Por qué 48 horas en Róterdam, el nuevo destino 'cool' de Europa, equivalen al doble

Aunque está en Holanda, en Róterdam no hay molinos, ni canales, ni tulipanes, ni casitas con tejados a dos aguas. La ciudad se reinventó en 1940, cuando fue arrasada por completo durante la Segunda Guerra Mundial, y renació de sus cenizas convertida en una criatura excitante y moderna que puede presumir de tener un carácter autónomo y diferente al del resto de los Países Bajos.

¿Conoces esa sensación de estar caminando por calles anodinas, con los mismos establecimientos de siempre, que podrían estar en cualquier ciudad del mundo? Pues bien, eso aquí no pasa.

Ecléctica, multicultural y portuaria, Róterdam es perfecta para una escapada de fin de semana. Llenarás tu Instagram de imágenes de lo más 'cool' y tu estómago de nuevas experiencias culinarias.

Michael y Emy: una pareja muy Róterdam

En Róterdam, ciudad trabajadora y práctica, el restaurante Tres se ha consolidado como el reflejo más auténtico de su espíritu. Al frente están Michael van der Kroft y Emy Koster, una pareja joven, carismática y talentosa que encarna perfectamente la esencia de Róterdam. Michael, como chef, y Emy, como jefa de sala y sumiller, han convertido su local en un punto de referencia dentro del barrio emergente de Kop van Zuid-Entrepot, donde el pasado industrial se mezcla con la modernidad más vibrante. Desde su ubicación en un antiguo almacén frente al puerto, Tres proyecta una energía tan acogedora como sofisticada.

La experiencia en Tres comienza en un lounge a pie de calle, pero el verdadero espectáculo se reserva para el sótano, donde una cocina abierta, un laboratorio de fermentación y una barra para solo doce comensales crean una conexión íntima entre chef y comensal. Abierto desde finales de 2019, el restaurante ha sido galardonado con numerosos reconocimientos internacionales y calificado como el Noma holandés. En este templo culinario subterráneo, Michael canaliza su obsesión por crear desde cero, elaborando desde embutidos marinos hasta salsas fermentadas artesanales. Su historia personal añade encanto al proyecto: dejó atrás su carrera como rider para entregarse a la cocina.

La propuesta de Tres se basa en cuatro menús estacionales que celebran únicamente ingredientes de origen holandés, seleccionados con meticulosidad casi científica por Michael. Su cocina es un juego de técnica y experimentación, donde cada ingrediente tiene historia y cada plato, múltiples capas de sabor. Su último menú explora el mar a través de dieciocho elaboraciones sorprendentes, como la estrella de mar hecha con tela de leche o un tortellini de calamar y miso. Platos como la pera con garum, cuya elaboración requiere nueve meses, muestran el nivel de dedicación y complejidad. Todo aquí está pensado para estimular al máximo los sentidos.

A la experiencia culinaria se suma un cuidado maridaje narrativo diseñado por Emy, donde cada copa de vino viene acompañada de una historia, y no de tecnicismos. Para quienes no consumen alcohol, la opción de maridajes sin alcohol es igual de sofisticada, con kombuchas, mocktails y zumos especiados creados con el mismo nivel de exigencia que los platos. Así, Tres se vive como una obra coral: Michael, Emy y la ciudad en perfecta armonía. Si quieres descubrirlo, reserva con tiempo; el secreto pronto dejará de serlo.

Una ciudad con el estómago contento

Después de esta experiencia religiosa, se impone descubrir los iconos que han convertido a Róterdam en una capital del diseño, la innovación y la arquitectura contemporánea. En el Museumpark se encuentran el Depot Boijmans Van Beuningen, primer almacén de arte accesible al público del mundo, y el Museo Boijmans Van Beuningen, con una colección que va de El Bosco a Dalí. Muy cerca, las casas-cubo de Piet Blom, construidas en los años setenta, ofrecen una experiencia arquitectónica única gracias a sus líneas inclinadas y su diseño vanguardista.

Justo enfrente se alza el Markthal, epicentro gastronómico de la ciudad, donde los techos están decorados con una monumental obra digital. Otros emblemas son la Estación Central, con su espectacular fachada angular; el Erasmusbrug, el puente en forma de cisne que conecta el centro con Kop van Zuid; y el recién inaugurado Fenix Museum of Migration, que abre sus puertas en mayo en un antiguo almacén portuario con una poderosa historia ligada a las rutas migratorias hacia América del Norte.

Vuelve el hambre: no solo alta cocina

Michael y Emy trabajan cuatro días a la semana, mediodía y noche, pero el resto lo tienen libre para hacer lo que les apetezca. Y una de las cosas que más les gusta en el mundo es disfrutar de la variada oferta gastronómica de su vibrante ciudad, tan ecléctica que podrás viajar a Surinam o a Turquía pasando por Vietnam y Corea en pocos metros. Como buenos anfitriones, nos descubren sus lugares y platos favoritos.

En Róterdam, la comida callejera internacional es un reflejo de su diversidad cultural y se disfruta en cada esquina. Un clásico local son las patatas fritas de Bram Ladage, una cadena icónica donde las sirven con una irresistible salsa de cacahuetes, perfectas para un capricho en el Markthal o en otros puntos de la ciudad. La oferta continúa con Boguette, un restaurante vietnamita donde preparan con maestría el bánh mì, ese delicioso bocadillo que fusiona la baguette francesa con los sabores intensos del sudeste asiático; el de cerdo es la estrella de la carta. Y para los amantes de la cocina coreana, Gamasot es parada obligatoria: no te vayas sin probar su reconfortante sopa de ternera ni el mandu de kimchi y pepino.

La multiculturalidad de Róterdam también se saborea en De Kade, un local que rinde homenaje a las raíces surinamesas con platos caribeños cargados de sabor. Destacan sus especialidades de carne y pescado y un bocadillo de bacalao desmigado tan peculiar como sabroso. Por su parte, Harbii Kebab ofrece cocina tradicional turca en formato generoso y auténtico. Aquí elaboran su propio pan en horno de piedra y preparan delicias como el atom, con yogur y pimientos picantes; el müttebel, una crema de berenjena con tahini; y su célebre yaprak döner, finas láminas de carne cortadas a mano que se caramelizan hasta alcanzar un sabor inigualable.

Otras cocinas de allí

Róterdam también presume de una excelente oferta de restaurantes de cocina local contemporánea que apuestan por el mejor producto y el vino natural. Uno de los más encantadores es De Matroos en Het Meisje, un bistró marinero junto al puerto que sirve comida de mar fresca, honesta y muy bien ejecutada. Su carta, protagonizada por pescados y mariscos, se acompaña con una cuidada selección de vinos de mínima intervención. En esa misma línea, Bistrot-Bar Frère, regentado por los chefs Kim y Rik, propone una carta afrancesada con platos como steak tartare vegano o cazuela de pollo con hierbas, siempre acompañados por vinos naturales.

La creatividad de la nueva cocina holandesa se luce también en Diepnoord, un restaurante de cenas con platos tan originales como calamar con salsa y ceviche de mejillones o ñoquis de col con ajo negro. A esto se suma una excelente carta de cócteles y, cómo no, una cuidada oferta de vinos naturales. Finalmente, Verward lleva esta tendencia al extremo y recomienda un maridaje emocional: el vino que acompaña tu picoteo no se elige por la comida, sino por tu estado de ánimo. Una experiencia que convierte la cena en un momento íntimo y sorprendente.

Bares, cafeterías y coctelerías

Róterdam vibra con el pulso de las tendencias urbanas y su escena de bares, cafeterías y coctelerías no se queda atrás. En la ciudad abundan los locales con personalidad, desde cafés de especialidad hasta bares de vinos naturales y coctelerías con alma. Entre ellos destaca Cult, un bar moderno y luminoso con una extensa carta de vinos naturales y cócteles, cuya terraza es especialmente codiciada cuando brilla el sol.

Los amantes del buen café encuentran su templo en Harvest Café & Bakery, un local inspirado en Melbourne que cuenta con un barista multipremiado y una carta de desayunos y brunches ideal para arrancar el día. Para quienes buscan cócteles con carácter, Bar Break ofrece un ambiente rockero con clásicos bien ejecutados y buena música, mientras que The Rumah es el sitio de moda para disfrutar de cócteles con ron, temazos de los ochenta y el mejor ambiente nocturno de la ciudad.