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Crítica de 'Legado': José Coronado en un 'Succession' de Netflix descafeinado y a la española
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EL 16 DE MAYO EN LA PLATAFORMA

Crítica de 'Legado': José Coronado en un 'Succession' de Netflix descafeinado y a la española

Una de esas 'series de planchar' que entretiene y se ve con cierto interés pero falla en sutileza y originalidad. Lo mejor, un José Coronado capaz de hacer creíble cualquier personaje

Foto: Coronado, magnate de la prensa en la nueva serie de Netflix
Coronado, magnate de la prensa en la nueva serie de Netflix

Las sagas de poder y sus triquiñuelas siempre están de moda. Hace pocos años, 'Succession' convirtió en oro lo que ya nos contaban en los 80 'Falcon Crest' o 'Dinastía'. Eso sí, con los grados de culebrón rebajados y un nivel de guion e interpretaciones que para sí quisieran otras series. El éxito de 'Succesion', traducido en numerosos premios y reconocimientos que la sitúan como una de las mejores producciones de la década, hizo inevitables productos derivados.

Este viernes 16, Netflix estrena 'Legado', miniserie con los mismos mimbres de 'Succession': un titán de la prensa, Federico Seligman, vuelve a España tras recuperarse de un cáncer y comprueba que sus hijos están destruyendo el imperio y el medio que él creo.

Decidido a revertir la situación, prepara una declaración, un arma de destrucción masiva con el fin de presionarles antes de su emisión y de hacer que vuelvan al sendero correcto (arrepentirse de un desvío de capitales o de las cuentas de suscripción fantasma para que el periódico siga a flote, entre otras lindezas).

A esa trama que vertebra la acción se suman otras subtramas como la muerte de un tal Bruno Escudero, que provoca que uno de sus familiares (interpretado por Iván Pellicer, el jovencito rebelde de 'Querer') se acerque a Lara, la hija pequeña de Seligman a la que da vida María Molera, con el objetivo de vengarse. Yolanda (Belén Cuesta), Andrés (Diego Martín), Guadalupe (Natalia Huarte) y Lara (María Morera) tienen sus propios menesteres en la narración. La primera, por ejemplo, tiene pareja abierta y uno de sus deslices tendrá consecuencias algo nefastas para el clan.

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placeholder Coronado y el resto del reparto de 'Legado'. (Netflix)
Coronado y el resto del reparto de 'Legado'. (Netflix)

El guion, que entra a saco y saca toda la artillería pesada en los primeros minutos (sin presentar antes a personajes para que nos importen), va desgranando sorpresas y tiene cierto afán de crítica a las corruptelas de los medios de comunicación y la política.

Abundan los chantajes a ministros, los accionistas que quieren tumbar al director del periódico o los intereses partidistas. Por ejemplo, otra de las hijas, Guadalupe, trabaja en un partido político de carácter progresista y quiere llegar al ministerio a pesar de los agravios de su marido a Hacienda o del poder de su padre.

Lo que más sorprende de 'Legado' no son sus más que obvios parecidos con 'Succession', sino cómo juega con ciertos elementos para remitir a la realidad de nuestro país. A todo el mundo le sonará de algo que la empresa editora se llame Progresa o que el presidente de un equipo de fútbol, amigo del protagonista, se llame Secundino. O que la Belén Cuesta con ciertos ramalazos de humor que a veces desentonan (y no es culpa de ella, que hace lo mejor que puede con su personaje), haya sido la responsable de traer las telenovelas turcas a una televisión que regenta gracias a su buena cuna.

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placeholder Dos momentos de 'Legado', lo nuevo de Netflix
Dos momentos de 'Legado', lo nuevo de Netflix

El problema de 'Legado', aparte de que lo subraye todo con sus diálogos, es que ya hemos visto todo lo que nos muestra. Y lo hemos visto mejor hecho (la puesta en escena no es demasiado destacable o imaginativa). No hablamos solamente de 'Succession', sino de otros relatos de poder que, desde aquella 'Torre de los ambiciosos' (1954) de Robert Wise a los mil y un relatos de sagas con poderío periodístico o financiero, nos han contado historias parecidas de manera algo más verosímil.

La pulcritud del personaje de José Coronado, actor capaz de hacer creíble a un caimán haciendo el pino, es digna de las fábulas sociales de Frank Capra, que en los años 30 del pasado siglo tenían sentido pero que, en pleno siglo XXI, pueden resultar algo sospechosas. Lo mismo que ese giro de guion que, en el cuarto capítulo, replantea todo el pasado del gerifalte. Un volantazo que cualquier profesor de guion criticaría, ya que no existe un mínimo antecedente que lleve al espectador hasta esa revelación.

'Legado' es una de esas 'series de planchar' que se ve con cierto interés, entretiene (sobre todo gracias a un reparto en el que están Susi Sánchez o Salva Reina) y se olvida con la misma facilidad con la que cambian los esquemas de poder en una época en la que, como cantó Mercedes Sosa, todo cambia. Incluso los imperios periodísticos de más de cuatro décadas como el que muestra esta ficción de consumo rápido y fácil digestión.

Las sagas de poder y sus triquiñuelas siempre están de moda. Hace pocos años, 'Succession' convirtió en oro lo que ya nos contaban en los 80 'Falcon Crest' o 'Dinastía'. Eso sí, con los grados de culebrón rebajados y un nivel de guion e interpretaciones que para sí quisieran otras series. El éxito de 'Succesion', traducido en numerosos premios y reconocimientos que la sitúan como una de las mejores producciones de la década, hizo inevitables productos derivados.

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