El pueblo poco conocido de la ‘Toscana española’ que merece la pena visitar este verano

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Si este verano buscas un lugar bonito, con historia y sin agobios turísticos, Valderrobres, en Teruel, puede ser justo lo que necesitas. Está en la comarca del Matarraña, una zona que muchos llaman la “Toscana española” por su paisaje de colinas suaves, viñedos, olivares y pueblos de piedra que parecen detenidos en el tiempo.

Lo primero que ves al llegar es un puente de piedra que cruza el río Matarraña. Desde ahí, entras al casco antiguo por el Portal de San Roque, y todo lo que sigue son callejuelas empedradas, casas antiguas y un ambiente muy tranquilo. En lo alto del pueblo está el castillo, que ofrece unas vistas geniales del entorno. No hace falta ser un amante de la historia para disfrutar del paseo.

La zona del Matarraña ha ganado ese apodo porque sus paisajes recuerdan un poco a los de la Toscana italiana: muchas colinas verdes, campos de almendros y pueblos con encanto. Además de Valderrobres, hay otros pueblos cerca que también valen la pena, como Beceite, Calaceite o La Fresneda. Lo bueno es que, a diferencia de la Toscana italiana, aquí no hay tantos turistas ni precios desorbitados.

En los alrededores hay rutas para caminar o hacer bici, ríos donde darte un baño en verano y muchas zonas para desconectar de verdad. La naturaleza está muy bien conservada y es fácil encontrar sitios donde estar en silencio, respirar y no mirar el móvil en un rato. Y si te gusta comer bien, aquí no te va a faltar de nada: buenos embutidos, aceite de oliva, vino local, migas turolenses o ternasco. Productos sencillos, de calidad, y servidos con calma.

Valderrobres está a unas dos horas en coche desde Zaragoza y a algo menos de tres desde Valencia o Barcelona, lo que lo convierte en un destino ideal para una escapada de fin de semana o unos días de descanso sin complicaciones. Además, hay varias casas rurales y alojamientos pequeños que ofrecen una experiencia muy cercana y relajada, lejos de las multitudes.

Este es un destino que se adapta a muchos tipos de viajero. Puedes ir en pareja para disfrutar de un plan tranquilo y con encanto, pero también es perfecto si te apetece viajar solo, leer en una terraza, pasear sin rumbo o conocer la España menos turística. Aquí no hace falta hacer grandes planes: con dejarte llevar, ya vale.