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Valeria Vegas nos habla del documental que redescubre a Sara Montiel, “la mujer que inventó el empoderamiento”
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ENTREVISTA Y FOTOS EN PRIMICIA

Valeria Vegas nos habla del documental que redescubre a Sara Montiel, “la mujer que inventó el empoderamiento”

Apasionada de la figura de Sara, la directora de 'Súper Sara' reflexiona con nosotros sobre su papel como estrella, el edadismo que la machacó y los vídeos inéditos que aporta su documental, que se estrena en Max el día 13

Foto: La actriz en una imagen del documental. (Cortesía Max)
La actriz en una imagen del documental. (Cortesía Max)

María Antonia Abad, la mujer que lo hizo todo antes que tú. Ese es el lema de un documental en el que Valeria Vegas, su directora, ha puesto algo más que el corazón. Una visión muy distinta de quién fue y qué hizo Sara Montiel desde la devoción absoluta.

Apasionada de la estrella desde la infancia, su documental ‘Súper Sara’, que llega a Max el próximo día 13, reinventa, una vez más, a una mujer que si de algo sabía era de reinventarse a sí misma.

Desde sus inicios en los estudios Cifesa a su paso por México o su regreso a España con ‘El último cuplé’, Sara Montiel se codeó con estrellas de Hollywood, fue una figura capital de nuestro cine y, con los años, se convirtió en una mina de oro para los programas del corazón.

‘Súper Sara’ reivindica su derecho a envejecer como quiso, su lado más kitsch y la importancia de quien fue nuestra primera estrella internacional.

Para ello, Vegas ha tenido acceso a vídeos familiares inéditos y testimonios variopintos que, de Samantha Ballentines a José Bono, conforman un amplio abanico que responde a la gran pregunta de este documental en tres capítulos. Juzgada salvajemente, debatida con edadismo, famosa hasta en el último rincón de España…¿cómo era ser Sara Montiel?

placeholder Cartel de 'Súper Sara'. (Max)
Cartel de 'Súper Sara'. (Max)

‘Vanitatis’ se ha reunido con Valeria Vegas para que nos cuente, antes de su estreno, qué tiene de nuevo esta miniserie documental que nos devuelve a nuestra manchega más universal.

Pregunta. ¿Qué aporta este documental sobre Sara Montiel que no hayamos visto antes?

R. Una visión completamente distinta. Cuando ya estaba metida en la fase de montaje, vi que había un juicio social que no se había hecho antes. En programas retro se ha abordado su vida pero aquí nos hemos planteado ‘vale, ¿y cómo era ser Sara Montiel?’ Porque de repente te das cuenta que lo del edadismo parece que lo inventó ella. No solo lo de las medias en la cámara, sino el estar siempre cuestionada.

Era una señora que cumplía 50, 60, 70 y seguía llevando transparencias o uñas largas como Rosalía. Y siempre se decía ‘¡Qué pinta tiene! ¿Cómo va así? Pues está gorda para ponerse eso’. Todo esto lo escuchamos en el documental porque tiramos mucho de archivo. Y ella no se amilanó ante nada. Creo que lo que hay es una visión muy actual del mito de Sara Montiel y por todo lo que tuvo que pasar, algo que en su momento no se valoraba.

placeholder Sara, entre mariachis, en una imagen exclusiva. (Cortesía)
Sara, entre mariachis, en una imagen exclusiva. (Cortesía)

P. Aparece muchísimo, por ejemplo, Jorge Javier diciendo cosas muy fuertes…

R. A mí me da apuro porque sale mucha gente ahí que has tratado… pero dijeron lo que dijeron en su momento. No he ido seleccionando y diciendo ‘Vamos a poner a Jorge Javier’. Es que de todo lo que teníamos de archivo, de lo que las cadenas nos vendían, salían él y otra gente.

En esa época había gente que era muy dañina. No es porque yo quiera ir contra esa persona. De hecho, he coincidido con Jorge muchas veces y me ha tratado siempre estupendamente. Pero es que al final sacábamos imágenes y de las 20 en 5 salía él.

P. También decían lo que pensaba mucha gente…

R. Al final son un reflejo de la creencia de la sociedad. Es decir, lo que Jorge decía era lo que, tristemente, pensaba mucha gente en ese momento. Que si ‘cómo va ella’, que si ‘qué horror’, que si ‘se ha vuelto loca’.

También aparece María Patiño, que le dice ‘¿Tú no te das cuenta de que la gente no te ve como te veía antes?’. Lo que tendríamos que hacer es encumbrarla y decir ‘¡Qué valiente esta señora!’. Es que parece que si no es Tina Turner y lo hace una de aquí nos parece lo peor.


P. ¿No crees que al final se diluye el embarramiento de su última etapa y nos acordamos del total de su figura y de su vida?

R. Yo creo que de todas estas estrellas que ya no están aquí, la más perjudicada es Sara. En parte por las decisiones que ella tomó, que le pasaron luego factura, y en parte porque la sociedad no se lo perdonó. La grandeza de Sara Montiel, para cierta gente, se diluyó.

Hay gente muy joven que la confunde con Marujita, y obviamente, como dice Bibiana en un momento, que creo que no está editado, no es lo mismo. Sin hacer a Maruja de menos, Sara fue el primer mito que tuvo este país.

placeholder Sara, madre amantísima. (Cortesía Max)
Sara, madre amantísima. (Cortesía Max)

P. Tampoco le perdonaron que corriese riesgos…

R. Exacto. No creo que otras estrellas hubieran posado con la edad que posó Sara para ‘Interviu’, en plan ‘estoy buena, aunque tenga casi 70’. Pocas se metieron a grabar canciones en inglés ni en bacalao, o llevaron unas uñas de 20 centímetros de color naranja. Sara, siendo una tía muy educada, era políticamente incorrecta. Y tenía la virtud de saber reírse de sí misma.

P. Diríamos que fue una adelantada a su tiempo…

R. Entraba mucho al juego, con Buenafuente y con toda esta gente que hace ahora ese tipo de televisión. Sara ya sabía hacerlo muchísimo tiempo atrás. Y conectaba muy bien con esa gente.

P. Hay una parte del documental que reflexiona sobre cómo ella misma, como Bette Davis y otras actrices, generaba su propio mito…

R. Primero generaban su mito, un automito que creaban con mucha pompa. Podían meter unas trolas como pianos pero luego sabían reírse del personaje. Es esta dualidad de Antonia y Sara. Antonia tenía la capacidad de reírse de Sara.

placeholder Imagen de la faceta de Sara como madre. (Cortesía Max)
Imagen de la faceta de Sara como madre. (Cortesía Max)

P. Hay imágenes de archivo que ponen la piel de gallina, como aquella en la que sostiene a sus hijos en brazos siendo tan solo unos bebés. Ella parecía ser consciente de la fabricación del recuerdo…

R. Creo que es el valor principal del documental. Esas cintas domésticas que nunca han visto la luz y que tenemos gracias a Thais y a Zeus, que se dieron cuenta de que se iba a hacer algo bonito en torno a ella. Gracias a ellos y gracias a Pepe Tous y a la propia Sara que se grababan.

Porque a lo mejor esos vídeos podrían no decir nada pero que ella, como tú dices, sea consciente de que un día no va a estar en esta dimensión y esté dejando ya un mensaje para la posteridad, le da mucho valor.

P. ¿Cómo os organizasteis con tantas imágenes de archivo?

R. Íbamos revisando cintas que no están clasificadas ni catalogadas, que eran un porrón. Yo no podía ver todas las cintas. Veía cinco, otra redactora otras cinco y luego desglosábamos. Cuando encontramos ese momento en concreto dije: ‘esto tiene que estar’. Porque parece premonitorio. Como si ella supiese que un día eso no solo lo iban a ver sus hijos sino más gente.

placeholder La estrella, con su hija Thais. (Cortesía Max)
La estrella, con su hija Thais. (Cortesía Max)

P. El grafismo, tan pop, es todo un hallazgo. ¿Cómo conseguisteis que tuviese tanto que ver con ella?

R. Yo tenía muchas referencias que eran un poco ‘mundo Sara’ y fuera del mundo Sara veía que lo kitsch, que ella tanto defendió, encajaba mucho con ella. Cuando le di al grafista, que es buenísimo, esas referencias, lo pilló enseguida. A veces yo iba con una idea demasiado preconcebida. O le ponía como referencia el cartel de ‘Laberinto de pasiones’, con esa imagen como de pintauñas; ese tipo de cosas que yo pensaba que le gustarían a Sara.

De Bibiana Fernández a José Bono

P. Los testimonios son muy ricos también. Conseguisteis a gente tan diversa como José Bono o Supreme Deluxe. Y un momento muy emotivo relacionado con una carta que hace años le envió Loles León…

R. Eso es precioso. Nos dieron un montón de cartas y telegramas que ella recibió cuando murió Pepe Tous. De todos se ve un poco la imagen: el de Rocío Dúrcal, Rocío Jurado, Bibiana, Paloma, San Basilio, la Casa Real…Y de repente en esa caja de recuerdos aparece esa cartita morada escrita a mano, firmada por Loles León. Todavía no habíamos cerrado la entrevista con Loles y ella se encontró con la carta. No la recordaba bien ni se la di antes para que la leyese, fue algo totalmente espontáneo. Se emocionó delante de la cámara y fue algo muy bonito.

placeholder Loles León junto a Valeria Vegas. (Max)
Loles León junto a Valeria Vegas. (Max)

P. ¿Te quedaste con ganas de tener algún otro testimonio en el documental?

R. Los que hay ya me parecen todos unos soldados increíbles, pero sí me dio pena que Almodóvar no pudiese hacerlo porque es muy fan. De hecho, sus películas están muy influenciadas por el cine de Sara y por la propia Sara, a la que ha hecho referencia tantas veces. En el momento de la grabación, octubre del año pasado, estaba con toda la promoción de ‘La habitación de al lado’ y se disculpó porque estaba un poco desbordado.

Me dio pena porque, aunque no siento que Almodóvar nos venda el documental mejor o peor, le habría dado mucha credibilidad porque lo contaría desde la pasión. Creo que toda la gente que ha participado, lo que tienen en común, es la pasión por Sara. Bibiana, Loles, Alaska, José Bono, Boris, las drags.

P. Muchas son las que la han imitado durante años...

R. Yo quería que estuvieran las drags, porque creo que ese es también el mundo de Sara. De hecho, yo la veía como la primera drag o la primera travesti, como se decía. El exceso y el brillo de ella ha sido una referencia para todas ellas.

P. Al final son testimonios muy variados…

R. Desde el biógrafo oficial hasta gente que la analiza muy bien, periodistas… Estoy súper contenta con el testimonio de estas 30 ó 31 personas.

placeholder Bono, otro de los testimonios del documental. (Max)
Bono, otro de los testimonios del documental. (Max)

P. ¿Y por qué se la suele meter en el grupo de folclóricas cuando no lo era?

R. Pues justo es algo que quiero recalcar. Entiendo que se la mete en ese grupo por lo de mujer fuerte, pero Sara no cantaba ‘Francisco alegre y olé’. Iba más allá de eso, aunque en algún momento se puso una peineta. Era una estrella de Hollywood, una estrella de España.

P. Las estrellas de esa época venían de la nada y de repente se convertían en Sara Montiel. ¿No crees que las de ahora están más estudiadas?

R. Lo que tiene en común ella con todas las demás de su generación es que son mujeres que venían de muy abajo, que lo pelearon mucho y una vez que lo consiguieron lo defendieron muy bien. No es para nada el producto prefabricado que llevamos consumiendo desde hace muchos años.

Todos sabemos que hay un montón de productos prefabricados, y algunos son maravillosos, pero no conceden entrevistas, no se enfadan, no dicen nada. Lo cuentan todo desde su Instagram y ya está. Y estas señoras, sin embargo, eran de verdad. Por eso nos han dejado momentos gloriosos. Si se enfadaban, se enfadaban. Si se equivocaban, se equivocaban. Ellas eran un poco sus propios agentes. No había una estrategia.

placeholder Sara, súperfamosa. (Cortesía Max)
Sara, súperfamosa. (Cortesía Max)

P. ¿Y qué nos dices del capítulo de hombres de su vida?

R. Es fascinante. Ella es una mujer que se casa con un director de cine de Hollywood. Luego se separa. Se divorcia cuando no existe divorcio y luego se casa con otro como por cumplir con la moral y la rectitud de la época. Después de eso, vuelve de Roma, que es donde se ha casado, y a las dos semanas ya está pensando en separarse cuando entonces se aguantaba con alguien toda la vida. Y luego ya tienes el tercero, que es Pepe Tous, que es el hombre de su vida. Era rompedora hasta en eso.

P. ¿Se puede decir que también fue una adelantada a su tiempo con respecto a su relación con ellos?

R. A mí nunca me pareció una figura débil frente a los hombres. Ni siquiera con el último, Tony Hernández. Tú siempre la ves a ella en una situación de empoderamiento. Es la que está manejando los hilos. Es Los Soprano (risas).

P. Siempre que hablaba de Miguel Mihura decía que le enamoró su inteligencia. Es curioso cómo una mujer sin una gran herencia cultural admiraba tanto algo así…

R. Creo que era una mujer muy de enamorarse de la intelectualidad, porque ella había carecido de ello. Esto es una cosa reconocida por su entorno. El venir de esa capa tan humilde no la amilanó, al revés. Ella reconoció que venía de ese estatus social y lo que le fascinaba era aprender. Por eso era una mujer que coleccionaba arte, que se relacionaba con directores… porque le podía la curiosidad.

A veces hemos cuestionado que las mujeres se enamoren de un hombre que tiene 30 años más, pero es que cuando vienes de esa humildad, ese hombre te puede parecer Dios porque te está explicando algo de arte, de arquitectura, de pintura, de ciencia, de física…

placeholder La actriz, en su momento de máxima popularidad. (Cortesía Max)
La actriz, en su momento de máxima popularidad. (Cortesía Max)

P. Al principio le gustaban hombres más mayores…

R. Sí, pero no es esta idea que tenemos de la chica joven cazadora de hombres porque Sara nunca tuvo que cazar. Sara era su propia jefa y era la que llevaba el dinero a casa. Nunca fue mujer supeditada a depender de un hombre. Fue bastante independiente.

P. Respecto al cine, es curioso cómo pasa desapercibida en las películas de Cifesa de finales de los 40, como ‘Locura de amor’, y luego se lanza a la aventura a México. ¿No crees que fue muy valiente al hacer eso?

R. Para mucha gente parece que Sara empezó a existir con El último cuplé y ya venía de una carrera larga. Tenía esa ambición para decir ‘aquí no me como un colín y me voy’. La mitad de la filmografía de Sara, o casi la mitad, la hace en España y ahí está comida por Amparo Rivelles, Aurora Bautista, Fernán Gómez. … Quizá porque entonces estaba en el momento inadecuado.

Tomar la decisión de irse a México aconsejada por Mihura y su entorno, sobre todo en los años 50, es ser muy emprendedora y muy luchadora. No tuvo las cosas fáciles y no se amedrentó ante nada.

placeholder La actriz, con su mascota. (Cortesía Max)
La actriz, con su mascota. (Cortesía Max)

P. Además llega en un momento de la edad de oro del cine mexicano…

R. Por fin está en el sitio correcto en el momento correcto.Y en México ha sido una estrellaza increíble.

P. Además, ‘El último cuplé’ fue la película más taquillera del cine español durante un montón de tiempo…

R. Esa película supone otro giro de guión fascinante. Te vienes de Hollywood a hacer una peliculita por la que nadie quiere apostar. ‘El último cuplé’ es un culebrón, y casi todas las películas que hizo Sara eran culebronazos, pero es que conectó muchísimo con la necesidad de la gente de emocionarse y las ganas de ese glamour. Entiendo que para la gente más joven aquellas películas, si las ves desde ahora, les parecerán una anticualla. Pero si te pones en la mentalidad de esa gente de posguerra, lo que estaban viendo era un sueño porque veían a una actriz súper bien vestida. La música, las canciones, esa belleza… Estaban como soñando despiertos.

Sarita la fantástica

P. En un artículo reciente se hablaba de microfamas, de que ya nadie es famoso para todo el mundo como Elvis, Marilyn o la propia Sara en nuestro país.¿Por qué crees que ya no hay estrellas así?

R. Ahora mismo estamos en otra partida. Creo que falta verdad y falta mentira. Sara tenía mucha verdad y mucha mentira. Hemos pasado una época en la que el artificio está muy mal visto. Ella reconocía que se había hecho un retoquito o lo que fuese. Yo creo que hoy en día lo que ocurre es que no hay gente capaz de jugar con esa ecuación.

Elvis también tenía algo de impostado en la pose y a la vez que era él mismo. Ahora lo que se lleva es o todo mentira o todo verdad. O gente impostada que habla en los reels de una manera digna o gente que predica la verdad y dicen ‘Yo nunca haría esto porque me gusta mi físico y lo asumo todo’. Hemos perdido el punto medio y en el punto medio es donde se genera la estrella.

P. En el documental también se repasan, justamente, sus grandes mentiras: del coche en el que iba a ir con James Dean a una cosa muy loca en un avión con Jackie Kennedy. De todas esas mentiras, ¿cuál era tu favorita?

R. Yo siempre decía ‘esta parte es muy importante porque es un relax y desengrasa un poco’. De las fantasías de Sara que nunca sabremos cuáles son verdad y cuáles no me gusta mucho la de Barbra Streisand, que la conoce limpiando y la llama hebrea. O que salvase la vida de Jackie Kennedy en un avión.

Es que por eso es Súper Sara. Y ojo porque tiene fotos con Elizabeth Taylor, con Liberace … Todas esas supuestas mentiras tenían algo de verdad. Que Boris y Bibiana cuenten, en montaje paralelo, una de esas fantasías de Sara, demuestra que están en la cultura popular.

P. ¿Te costó abordar la parte más dura en la que su administrador la estafó?

R. Tuvimos la suerte de que la abogada que estuvo llevando el tema también participó. Ese fue el único momento de su vida en el que fue vulnerable. Porque ni siquiera cuando le sale mal esta última boda disparatada con Toni Hernández, la ves mal. Ella misma dice: ‘¡qué mentirosa soy!’. Pero creo que el hecho de ver mermado tu patrimonio por una persona que ha sido tu hombre de confianza era una parte que había que tocar con mucho tacto.

Sara no se arruinó, no acabó en la calle, pero lo que ocurrió te hace pensar que para esta gente que a veces está arriba, como viviendo una torre, también importante es tener a alguien bueno al lado.

P. ¿Cuál fue tu relación personal con el mito Sara Montiel?

R. A mí me ha fascinado siempre. Yo recuerdo que cada vez que ponía la tele y aparecía Sara, hablamos de los 90, con un pelucón o enjoyada, me fascinaba porque me parecía muy distinta al resto de señoras. No tiene nada que ver Sara Montiel con, por ejemplo, Laura Valenzuela. A Laurita Valenzuela le doy sus méritos. Pero claro, Sara era un exceso que me parecía fascinante. Muy pronto capté que era una estrella.

placeholder Zeus, hijo de la actriz y ayuda fundamental para este documental. (Max)
Zeus, hijo de la actriz y ayuda fundamental para este documental. (Max)

P. ¿Recuerdas alguna anécdota en particular relacionada con tu fascinación por ella?

R. Una vez, yo tendría 12 años o una cosa así, convencí a mi hermano, que era un chaval de ocho años, para comprar un disco de ella que se llamaba ‘Amados míos’ porque yo lo quería tener. Y luego más mayor, cada vez que Sara participaba en estos programas del corazón, o de otra gente como Buenafuente, la veía tan juguetona que pensaba ‘esta persona me representa’. Yo supe que de mayor quería ser como Sara Montiel y reírme de mí misma. Era un modelo de conducta.

P. Dejas claro entonces que el documental no ha sido un encargo…

R. He ido presentando el proyecto por todas partes, claro. El día que me quede sin pasiones, seguramente dejaré de hacer documentales y montaré una whiskería.

Esa Mujer

P. Y volviendo al cine, porque estamos hablando de alguien que trabajó con Robert Aldrich y cuyas películas se ven en todo el mundo…¿cuál es tu favorita?

R. Me gusta mucho ‘Esa mujer’, de Mario Camus, porque me parece que es el folletín absoluto. Siempre que la veo, aún sabiendo lo que va a pasar, me encanta. Adoro ese giro de guión que de repente pasa de ser una monja a ser una cabaretera, triunfa y si podemos hacer spoiler, le quita el novio a la hija.

Uno piensa: ‘¿qué es este delirio? Y qué bien lo defiende ella. La veo en ‘Veracruz’ o en ‘Yuma’ y no se puede estar más guapa pero me gusta Sara cuando ya es la Sara mito y triunfa con ‘El último cuplé’ o ‘Las violetera’, donde ya es Sara haciendo de Sara.

placeholder Sara Montiel y Gary Cooper en 'Veracruz'. (Gtres)
Sara Montiel y Gary Cooper en 'Veracruz'. (Gtres)

P. Decís que se la 'enterró mal' pese al desfile de su féretro que se hizo en la Gran Vía de Madrid. ¿por qué crees que fue así?

R. Tuvo este paseo precioso, que yo cuando lo veo me emociono. Pero faltó mucha gente institucional y esto también es un reproche que no se puede dejar de hacer. Creo que estuvo mejor el pueblo que el gremio de los artistas.

Faltó mucha gente que había trabajado con ella, simplemente porque en los últimos 15 años la imagen de Sara se había convertido en otra cosa y les parecía bastante imperfecta. Parece que, como llevaba mucha prensa en el corazón encima, ya no tenían que estar allí ciertas personas. No quiero señalar a nadie en concreto, pero faltó gente.

P. ¿Qué te gustaría que se llevara la persona que vea el documental?

R. Que se lleve la misma sensación que las redactoras que comenzaron a trabajar conmigo el 26 de agosto. Empezamos la preproducción en una oficina y yo me reunía diariamente con cuatro redactoras más que son bastante jovencitas. Teniendo una idea difusa de ella, a la semana estaban diciendo ‘Qué guay’, a la segunda semana pensaron que era más potente y a la tercera ya acabaron amándola.

Para ellas es Antonia. Súper Antonia. Me gustaría que acabasen queriéndola mucho,empatizando y diciendo ‘esta señora inventó el empoderamiento’. Esta palabra que tanto usamos la inventó ella.

María Antonia Abad, la mujer que lo hizo todo antes que tú. Ese es el lema de un documental en el que Valeria Vegas, su directora, ha puesto algo más que el corazón. Una visión muy distinta de quién fue y qué hizo Sara Montiel desde la devoción absoluta.

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