Los éxitos del valenciano Edu Imbernón: de DJ internacional a Imbermind, su banda, pasando por las remezclas para Depeche Mode y The xx
DJ y productor de renombre internacional, este valenciano sin fronteras da su paso más audaz con Imbermind, su banda soñada. Tras años de éxito en solitario y remezclas icónicas, hoy se empeña en hacernos bailar para volar
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Eduardo Martínez Imbernón (Valencia, 1989) es, sin duda, uno de nuestros DJ y productores más internacionales. Conoce cuán agotador puede ser viajar de verano en verano para pinchar en los mejores clubes del planeta Tierra para, al día siguiente, revivir esa sensación confusa de no saber dónde uno está. Su cultura musical es especialmente extensa y poderosa. En todo lo que hace se percibe la herencia de los clásicos de la electrónica, como de igual modo se aprecia un nuevo sonido, el suyo, en el que predominan la luz y el positivismo porque, desde que el hombre es hombre, desde que salió de la caverna, necesita rodearse de los suyos para bailar y elevarse.
El gran sueño de Edu Imbernón era tener una banda. Ya la tiene —Imbermind— y acaba de presentar su primer álbum —‘Never Ending’—. Cabe subrayar que todo en Imbermind apunta alto: su exquisito sonido internacional (cantan en inglés), la cuidada imagen del grupo (de las portadas a las fotos de promoción, pasando por la puesta en escena sobre el escenario) y la inequívoca certeza de que están aquí para llegar muy lejos.
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En verdad, Edu vuelca en Imbermind décadas de experiencia en la música electrónica con una nueva —y muy deseada— sensibilidad colectiva. Desde su irrupción en 2008 hasta hoy, este valenciano ha protagonizado una trayectoria marcada por la experimentación, las remezclas icónicas —como las realizadas para The xx o Depeche Mode, entre otras superbandas— y una visión clara: crear un viaje emocional que va más allá de la pista de baile.
Hablemos con él sobre su transición al ‘formato banda’, la industria musical contemporánea, sus colaboraciones con músicos míticos y lo que espera del futuro.
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PREGUNTA. Acabáis de presentar vuestro primer álbum, ‘Never Ending’, en Florida Park, en Madrid. Un concierto genial, con su propia anécdota, al igual que Lola Flores, que perdió allí su famoso pendiente —“Vosotros me lo vais a devolver, porque mi trabajito me costó”—. A las dos canciones se cortó la señal. ¿Qué pasó?
RESPUESTA. Fue por uno de los cables de los doscientos que necesitamos. Habíamos hecho una prueba de sonido perfecta horas antes, pero las vibraciones de los DJ teloneros aflojaron la conexión de uno de los cables, ¡el cable vital!, que acabó soltándose.
P. Retomasteis como campeones. Con apenas cinco sencillos, los que nos han traído hasta este primer disco, ya tenéis toda una legión de seguidores y fans. ¿Detrás de vosotros hay una gran maquinaria orquestada por vuestro sello discográfico? Desde fuera, se os percibe como uno de los lanzamientos musicales más potentes de los últimos años en España.
R. Lo parece, pero no es así. Nuestra música se distribuye desde Londres a través del sello AWAL —que ahora es propiedad de Sony—, pero no hay un contrato discográfico al uso, no hay un lanzamiento a la antigua usanza orquestado por una discográfica. Todo el capital de Imbermind es interno. Creemos absolutamente en lo que hacemos y por eso, tal y como está la industria, preferimos dirigir nuestro propio camino. Todo lo que es producción audiovisual, puesta en escena, comunicación, diseño… Todo es cosa nuestra.
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P. Tu carrera en solitario atesora infinidad de trabajos. Has lanzado cerca de sesenta sencillos, dos álbumes, y cientos de remezclas y colaboraciones con otros artistas. La mayoría de tus muchos éxitos se codean, de media, con tres millones de reproducciones; de igual modo que andas cerca de los ocho millones con tu remezcla de ‘Crystalised’ para The xx. Después de tanto caminar en solitario, ¿necesitabas el calor de un grupo?
R. Llevo en activo, con una carrera en solitario muy intensa, desde los 19 años. De alguna manera, he ido alcanzando todos los sueños y objetivos que me he ido marcando: sitios míticos en los que tocar, sellos discográficos, colaboraciones… Todo eso lo he ido cumpliendo gracias a un patrón que iba repitiendo año tras año; pero la idea de la banda siempre ha estado ahí, el problema es que siempre estaba muy ajetreado. Mi mundo como DJ era un non-stop porque siempre es verano en algún sitio. Cuando cierras cien y ciento veinte fechas al año durante muchos años no queda espacio para otros proyectos.
“Mi mundo como DJ era un non-stop porque siempre es verano en algún sitio”
Hasta que llegó el covid y, por primera vez en toda mi vida, tuve tiempo para parar, respirar y pensar. El detonante de Imbermind fue la petición de una remezcla por parte de Depeche Mode —para la canción ‘Wagging Tongue’, de su último álbum ‘Memento Mori’ (2023)—. Eso fue el clic, lo que lo cambió todo. Si mi banda favorita de todos los tiempos me está pidiendo una remezcla porque han llegado a mi sonido y les gusta es que hay algo más. Era el momento de tirar hacia adelante y crear la banda de mis sueños.
“No solo hago música para bailar, hago música para volar, para cerrar los ojos y emocionarse”
P. ¿Cómo defines tú tu sonido? ¿Qué te hace diferente al resto?
R. Para mí, lo principal es contar una historia. Muchos DJ crean música para bailar, pero sin una narrativa detrás. Yo intento que haya un viaje, que puede durar los cinco minutos de una canción o las horas que te pida el cuerpo. No solo hago música para bailar, hago música para volar, para cerrar los ojos y emocionarse, para sentir cosas que se quedan contigo como recuerdos permanentes. Con la banda entramos mucho más profundo en el alma de la gente. Ya no es una sola persona frente al público, ahora es la energía conjunta de cuatro creadores.
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P. ¿Qué te está enseñando Imbermind que no esperabas?
R. A colaborar. El trabajo de un productor en solitario es un debate muy duro con uno mismo. La banda es un debate constante entre cuatro hasta que damos con algo con lo que todos estamos contentos. Es un trabajo en equipo real. Ahora mismo, me resulta difícil pensar en volver a componer solo. La presencia de Nico (Casal), que es pianista clásico de carrera y creador de bandas sonoras de éxito; de Luis (Clemente), multiinstrumentista y DJ; y de Álvaro (Monreal), la voz de la banda y multiinstrumentista también, permite que cualquier idea que tengamos en la cabeza se pueda traducir en una guitarra o en unos acordes de piano perfectos. Yo podría hacerlo, pero me llevaría mucho más tiempo y perdería el flow.
“Los cuatro hemos conectado increíblemente bien. Más allá del grupo, hemos creado una familia”
P. ¿Quién llegó primero al proyecto?
R. Nico y yo habíamos colaborado entre 2018 y 2021. Nuestros exmanagers, los dos ingleses, nos conectaron. Yo buscaba una colaboración con un artista con una vertiente más melancólica y musical, y me propusieron a Nico, que vivía en Londres. Nos hicimos superamigos y empezamos a componer al instante. Cuando se impuso la idea de la banda, fue el primero en el que pensé. Los cuatro hemos conectado increíblemente bien. Más allá del grupo, hemos creado una familia.
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P. ¿Cómo se gestó la remezcla de ‘Crystalised’ para The xx? ¿Cómo llegas a ese genio llamado Jaime xx, autor, por ejemplo, de ‘In Waves’, la gran joya sonora de 2024?
R. En 2009 saqué 'El baile alemán’, una canción que se hizo muy famosa, número uno mundial. Mi manager de entonces me enseñó un vídeo suyo en YouTube con apenas cinco mil reproducciones. Me enamoré de ellos. Contactamos con su manager y nos dijo: “Nos gusta el perfil, pero ya tenemos los remixes apalabrados, pero, en fin, que pruebe”. Al final, el remix que salió fue el mío. Desde ese momento mantenemos una relación de respeto mutuo. Siempre que sacan algo, hablamos y elijo canción. He trabajado en todos sus discos y espero seguir haciéndolo cuando vuelvan a entrar en el estudio.
Los próximos conciertos de Imbermind nos llevan a Marina Beach Club, en Valencia (23 de junio), y al Brunch Electronik Festival, en Barcelona (8 de agosto)
P. ¿Cómo se presenta este verano?
R. La banda requiere mucho trabajo y espacio mental, y yo ejerzo un poco de director de la película, por eso no estoy cerrando demasiadas fechas como DJ; voy a hacer cuatro o cinco fechas al mes, como mucho. Antes hacía dos semanas en Norteamérica y saltaba a Australia; ahora, máximo dos horas de tren o avión. (Risas)
Con Imbermind tenemos anunciado un concierto en Marina Beach Club, en Valencia, este 23 de junio, con una producción muy especial. Y luego estaremos en Barcelona, en el Brunch Electronik Festival, el 8 de agosto. Quedan más fechas por anunciar que estamos cerrando estos días.
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P. La última. Si cierras los ojos, ¿cómo imaginas el futuro?
R. Lo tengo claro. Veo a la banda como un referente internacional de un tipo de sonido específico, un híbrido entre el mundo baile y el mundo banda clásica. Nos visualizo ahí. Somos conscientes de que cantamos en inglés y eso, en España, complica las cosas un poco más. Pero la música es un lenguaje universal. Queremos llegar a todos lados, ese es el sueño de Imbermind.
Eduardo Martínez Imbernón (Valencia, 1989) es, sin duda, uno de nuestros DJ y productores más internacionales. Conoce cuán agotador puede ser viajar de verano en verano para pinchar en los mejores clubes del planeta Tierra para, al día siguiente, revivir esa sensación confusa de no saber dónde uno está. Su cultura musical es especialmente extensa y poderosa. En todo lo que hace se percibe la herencia de los clásicos de la electrónica, como de igual modo se aprecia un nuevo sonido, el suyo, en el que predominan la luz y el positivismo porque, desde que el hombre es hombre, desde que salió de la caverna, necesita rodearse de los suyos para bailar y elevarse.