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Crítica de 'Los Sin Nombre' (Movistar Plus +): sectas y niños en la serie de terror más ambiciosa (y excesivamente barroca) del año
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ESTRENO ESTE JUEVES

Crítica de 'Los Sin Nombre' (Movistar Plus +): sectas y niños en la serie de terror más ambiciosa (y excesivamente barroca) del año

Con un gran nivel de producción que luce en pantalla, la serie amplía los conceptos de la película original pero no logra (ni pretende) superarla. Su estilo excesivo juega a veces en su contra

Foto: Miren Ibarguren y Rodrigo de la Serna en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus)
Miren Ibarguren y Rodrigo de la Serna en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus)

La nueva oleada de cine de terror de los años 90 tuvo dos vertientes claras. En Hollywood, el éxito de 'Scream' provocó una oleada de 'slashers' disfrutones y de perfil adolescente. También hubo revulsivos más adultos del género como 'El sexto sentido', con aquel inquietante final sorpresa que no había que desvelar bajo ningún concepto.

En España, los productores apostaron por nueva savia y nuevas historias inquietantes. La razón, el descubrimiento de un joven talento llamado Alejandro Amenábar y el éxito de su 'Tesis', una maravilla que va mucho más allá de la etiqueta de terror o de thriller.

Uno de los beneficiados de aquella apuesta fue Jaume Balagueró, que con 'Los Sin Nombre' se marcó un tanto en 1999, consiguiendo una atmósfera turbia y utilizando en su trama, de una forma algo distinta, a personajes infantiles, elemento bastante común en todo cuento gótico que se precie de serlo.

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placeholder Miren Ibarguren, una madre en estado de alarma en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus  )
Miren Ibarguren, una madre en estado de alarma en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus )

Más de un cuarto de siglo después, el propio Balagueró ejerce de productor ejecutivo de una versión en formato serie para Movistar Plus + bajo la dirección de Pau Freixas, que busca dar una vuelta de tuerca a aquel film partiendo de la misma historia: Claudia es una madre que ve cómo su hija Ángela, una niña que parece tener un don para salvar vidas (de volver a darle vida a un pájaro a 'resucitar' a una joven a la que acaban de atropellar), es secuestrada y hallada muerta poco después. O eso parece.

Siete años más tarde, cuando Claudia ha rehecho su vida y está esperando un hijo, recibe una misteriosa llamada. "Mamá, soy yo, Ángela. ¡Por favor, ven a buscarme!", le dice alguien que parece ser su hija al otro lado del teléfono. A partir de ese momento, comienza una búsqueda incansable que destapará un culto terrible.

'Los Sin Nombre' cuenta, para empezar, con la grata sorpresa de ver a Miren Ibarguren en un rol dramático y muy exigente que eliminará prejuicios en aquellos que la siguen viendo enrolada en la comedia.

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placeholder Freixas dirigiendo a la protagonista de 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus)
Freixas dirigiendo a la protagonista de 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus)

Se nota el empeño de Freixas por dar forma episódica y enriquecer lo que ya vimos en la película original. Por ejemplo, cada uno de los seis capítulos comienza con un flashback que revela un matiz nuevo y finaliza con un cliffhanger tenso que deja al espectador con ganas de más. Además, la historia trata de trascender el susto puro y duro reflexionando sobre temas como la pérdida y la superación del trauma.

El guion también denota el empeño de dotar de tridimensionalidad a los personajes. El investigador que ayuda a Claudia, encarnado por Rodrigo de la Serna, fue un niño argentino robado que tiene trauma propio a sus espaldas, por lo que su empeño en encontrar a Ángela tiene un cariz personal.

La abuela de la niña, una eficiente Susi Sánchez en la que es (y se agradece) la interpretación más calmada de toda la serie, es una mujer aficionada al esoterismo y Milena Smit, que usa el lado más inquietante de su registro, encarna a una joven que cree haber sido salvada por Ángela y piensa que se trata de una criatura especial.

El trabajo en los caracteres hace obviar alguna que otra laguna del escrito (¿por qué un policía argentino? ¿cómo es posible que el personaje de Milena Smit publique un libro sobre una menor incluyendo una foto de la misma?)

placeholder Susi Sánchez y Miren Ibarguren, madre e hija en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus  )
Susi Sánchez y Miren Ibarguren, madre e hija en 'Los Sin Nombre'. (Movistar Plus )

Las costuras de 'Los Sin Nombre' también dejan ver que Movistar ha mimado el producto: la fotografía expresionista, los espacios que van desde la comisaría a domicilios llenos de claroscuros o esos espacios abandonados y verdaderamente siniestros muestran el esmerado trabajo de la dirección de arte y de fotografía.

El problema de la ficción es que, pese a los añadidos de la historia, la desaparición de Ángela y la posibilidad de que esté viva no parecen dar suficiente material para seis capítulos, lo cual provoca cierta reiteración en cuanto a pistas y pistas al estilo Fincher. Una historia algo alargada, en definitiva.

Freixas apuesta por el barroquismo (atentos a la acción del capítulo final en el metro de Barcelona) y la jugada quizá no sale tan redonda como podríamos esperar. La banda sonora, llena de coros ominosos, resulta tan insistente como la cascada de miniclímax que cierran muchas secuencias a base de muertes impactantes o secretos terroríficos relacionados con el dibujo de esos dos círculos y esa mariposa cuyo simbólico valor de transformación resulta obvio.

No es muy habitual que en España se produzcan miniseries de terror y es justo valorar el impulso que significa 'Los Sin Nombre' en ese sentido. Y aunque el género no sea muy dado a la sutileza, las vueltas de rosca de este thriller algo extenso hacen que no alcance (ni tampoco parece pretenderlo) a superar la película que le sirve de punto de partida.

La nueva oleada de cine de terror de los años 90 tuvo dos vertientes claras. En Hollywood, el éxito de 'Scream' provocó una oleada de 'slashers' disfrutones y de perfil adolescente. También hubo revulsivos más adultos del género como 'El sexto sentido', con aquel inquietante final sorpresa que no había que desvelar bajo ningún concepto.

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