Gloria Estefan: “En EEUU estamos mal, están haciendo daño a mucha gente buena”

"Tranquilo, yo no muerdo", comenta divertida Gloria Estefan (La Habana, 1957). La decisión —tan poco ortodoxa— de comenzar así esta entrevista viene a cuento por los nervios de quien escribe. Son tantos ya los artistas y celebridades entrevistadas que uno va a piñón fijo y sin problemas, hasta que le toca un mito como Gloria Estefan y empieza a sudar la gota gorda y a plantearse seriamente si estará a la altura de la cantante, compositora y productora latina de raíz cubana más importante de todos los tiempos (con las bendiciones de Celia Cruz, Olga Guillot o La Lupe, entre otras grandes damas del Caribe). “Además, aunque quiera morderte, te tengo muy lejos”. (Risas).

Hables con quien hables en el mundo de la música —discográficas, emisoras de radio o televisión—, aquí o en América, todo el mundo coincide a la hora de señalar que Gloria Estefan es una persona especialmente generosa que no duda en comprometerse con las causas en las que cree: desde la comunidad latina a los derechos de las mujeres, pasando por los de los más pequeños, los del colectivo LGTBIQ+ y el bienestar animal.

Su carrera comenzó en 1976, cuando conoció a Emilio Estefan Jr. (Santiago de Cuba, 1953), que primero fue su jefe, luego su amigo y luego el amor de su vida. Entre Miami Sound Machine y su carrera en solitario, Gloria atesora 20 álbumes de estudio, varios recopilatorios, videoclips, películas y miles de entrevistas en las que, de la manera más constructiva posible, siempre ha dicho lo que pensaba. También tiene grandes planes de futuro de los que pronto hablaremos.

Hoy, Gloria Estefan vuelve a España para cantarle a la vida. Exactamente, lo hará el domingo 20 de julio en el Tenerife Cook Music Fest que se celebra en la bella Santa Cruz, capital de la primavera.

Mediodía en Miami. Seis de la tarde en Madrid. Bendito WhatsApp.

"Han pasado 18 años desde la última vez que estuve en España. ¡El tiempo pasa volando!"

PREGUNTA. ¿Cuánto tiempo hace que no venías a España?

RESPUESTA. ¿La última vez que estuve en España…? Soy muy mala para las fechas, pero creo que fue cuando presentamos el disco ‘90 millas’ en la plaza de toros de Las Ventas… Sí, en 2007, imagínate, hace 18 años ya. ¡El tiempo pasa volando! Les extraño mucho, la verdad.

P. ¿Qué lugar ocupa España en tu corazón?

R. Uno muy grande, para mí y para toda mi familia. Primero, mi abuelo era asturiano, de Pola de Siero. Estábamos muy unidos, mucho. Murió conmigo. Él se pasaba el día cantando sus canciones asturianas que yo me sabía de memoria. España estaba muy dentro de mí antes incluso de poder conocerla, era algo mítico.

Mi abuelo no logró reencontrarse con su familia. Su madre lo había mandado a Cuba durante la Guerra Civil con un tío suyo que ya estaba allí. Conoció a mi abuela, se casaron, abrió negocios, tuvo éxito y de Cuba terminamos todos en Miami, después de la revolución. Él nunca pudo regresar.

"Cuando por fin viajé a Asturias, mi familia de allí me enseñó a escanciar sidra y conocí los 'praos' de los que mi abuelo me había hablado"

Cuando por fin puede viajar a Asturias, allá por la gira del 96, conocí a mi familia. Me enseñaron a escanciar sidra, a beber vino de una bota, pero, sobre todo, pude conocer los ‘praos’ de la familia de los que él siempre me había hablado con tanto amor. Conocí a un sobrino de mi abuelo que es idéntico a él. Fue muy emocionante. Aún seguimos en contacto.

P. Sin embargo, tu primera visita a España había sido en 1985, cuando la Vuelta Ciclista a España eligió la canción ‘Conga’ —tu primer éxito planetario, que ahora cumple 40 años— como sintonía de la retransmisión televisiva.

R. Exacto, los españoles conocieron a Gloria Estefan cantando en inglés, siendo mi idioma natal el español. (Risas).

P. Nieta de migrantes. Hija de exiliados. Hace poco comentaste: “No reconozco a mi país en este momento”. ¿Qué está pasando en Estados Unidos?

R. Realmente hay mucha consternación. Estamos mal, yo estoy mal. Hay miedo. Hay migrantes que llevan aquí décadas, pagando impuestos, trabajando duro, sin ni un solo delito en su historial… y los están deportando. Lo sé de primera mano: uno de los músicos de mi grupo tiene una pareja cubana desde hace 15 años, y se la acaban de llevar. Ella vino aquí hace 25 años con una visa de la lotería, el programa del Gobierno de los Estados Unidos que promovía la diversidad y una inmigración regulada. Ahora la chica está en un centro de detención en Luisiana, él está desesperado porque no sabe cómo ayudarla. Estas cosas están pasando y soy incapaz de entenderlas. Le están haciendo daño a mucha gente buena.

"Se están llevando a la gente al Alcatraz de los Caimanes. ¡Es una locura! Aunque fueran criminales, ¿qué falta de humanidad es esa?"

Y luego está ese proyecto abominable del Alcatraz de los Caimanes aquí en La Florida, en el humedal de los Everglades, a 60 kilómetros de Miami, donde se están llevando a la gente. ¡Es una locura! Porque, aunque fueran criminales, que la mayoría no lo son, ¿qué clase de falta de humanidad es esa? Aquello está infestado de caimanes, cocodrilos y serpientes que usan como elemento disuasorio para que no se fuguen. Los tienen en barracones en el lugar más caliente y húmedo de toda La Florida; y luego están los ciclones, que cuando lleguen se lo llevarán todo por delante. Es inhumano.

P. Vayamos a la música. Atesoras más de 20 álbumes de estudio. No podemos hablar de todos, pero elígenos uno, por favor. Ese disco que para ti es algo más que un buen trabajo.

R. ¡Dios mío! Me lo pones difícil. Mmm… ‘Mi tierra’ (1993), por supuesto, porque fue una gran declaración de amor a nuestras raíces y una celebración muy linda de la música cubana, honrando a nuestros músicos. Es un disco irrepetible porque contamos con los más grandes. Hoy no se podría volver a hacer porque muchos ya no están.

"Nos habían dicho, antes de publicar 'Mi tierra', que era imposible que pudiese triunfar en España, que las emisoras jamás lo iban a poner"

El éxito de ‘Mi tierra’ en España hay que agradecérselo a Luis Merino —figura clave en las emisoras musicales de la Cadena SER—. Nos habían dicho, antes de publicarlo, que era imposible que ese disco pudiese funcionar en España, que las emisoras jamás lo iban a poner. Luis había conocido a Emilio en Madrid, en la radio, cuando Emilio era el mánager de Jon Secada. Emilio comentó con Luis su preocupación por el futuro ‘Mi tierra’, y Luis le dijo: “Quiero escucharlo". Se vino a Miami, lo escuchó, le enamoró y empezó a sonar en España. ‘Mi tierra’ se convirtió en algo glorioso.

P. Es un gran disco.

R. Gracias, pero déjame añadir que, como todo artista, uno suele amar lo más reciente. Creo que con el último álbum, ‘Raíces’ (2025), Emilio ha hecho algo realmente especial; me preguntó si confiaba en él, y le dije que sí, por supuesto. ‘Raíces’ es la versión moderna de ‘Mi tierra’ y celebra los ritmos cubanos con arreglos actuales. Esta es la primera vez que entro en el estudio conociendo muy profundamente las canciones, llevaba un año escuchándolas. Tuve una libertad exquisita para sacar otras emociones, para hacer cosas nuevas. Me quedo con estos dos: ‘Mi tierra’ y ‘Raíces’.

P. Cuarenta años de ‘Conga’. ¿Si alguien te hubiese dicho en ese momento todos los éxitos que estaban por venir, le hubieses creído?

R. No sabía cómo iba a pasar, pero yo le decía a Emilio que tenía un presentimiento muy fuerte —les hago mucho caso— de que íbamos a tener éxito dentro y fuera de Estados Unidos. Te hablo de cuando aún tocábamos en bodas, quinces —fiestas de los 15 años— y otras celebraciones. Tenía el presentimiento, pero ese no era mi sueño. Yo entré en Miami Sound Machine para divertirme cantando, porque estudié Psicología y Comunicaciones.

"Mi sueño no era triunfar. Yo entré en Miami Sound Machine para divertirme cantando, porque estudié Psicología y Comunicaciones"

Y sí, creíamos en ‘Conga', absolutamente. En las bodas, al final, Emilio siempre tocaba con su acordeón un popurrí de congas santiagueras viejísimas y la gente se volvía loca; hasta nos pasó con unos holandeses que no entendían ni el inglés ni el español. Tras el éxito de ‘Dr. Beat’, buscando material para el próximo disco, dije: "Vamos a incluir este ritmo". La canción la escribimos en un vuelo a Londres. Siempre ha sido un hit, incluso cuando no era más que una maqueta.

P. Todo el mundo que te conoce dice lo mismo: que eres una bella persona con un corazón enorme. Y ese corazón ha ayudado a muchos artistas: Shakira, Ricky Martin, Jon Secada, Selena Gómez… ¿Te sientes orgullosa de esa ayuda?

R. Claro. Yo pienso que vine al mundo para estar al servicio de los demás. Me hace muy feliz poder ayudar, no solo a mi familia y a los que me rodean, también a los fans. Poder tenderle la mano a artistas con potencial es casi un deber. Nosotros solo escuchábamos: “No, no y no”. Ayudar a otros a cruzar esa brecha nos hace muy felices.

Me enorgullece ver el éxito latino en el mundo. Cuando Karol G hizo cuatro estadios en Madrid —mi hija tocó con ella— sentí felicidad absoluta. Cuando veo a Bad Bunny cantando en nuestro idioma en ‘Saturday Nigh Live’, el show más gringo del mundo, sentimos felicidad.

"Tenderle la mano a artistas con potencial es un deber. Nosotros solo escuchábamos: 'No'. Ayudar a cruzar esa brecha nos hace felices"

Hoy seguimos ayudando a gente joven como Gusi o Nico Ruiz, que tiene una voz espectacular. Emilio también ha producido a la nueva generación de The Wailers, los de Bob Marley, en su primer disco en 25 años. No paramos.

P. Emilio y tú lleváis juntos 49 años. ¿Cuál es el secreto?

R. Él fue mi jefe durante un año, así que son ya 50 desde que nos conocemos. No hay ningún secreto. Creo que fue el destino, que nos puso a cada uno en el camino del otro. Yo no tenía en mente casarme ni nada de eso. Pasé mi juventud cuidando a mi padre enfermo, y lo que quería era estudiar, trabajar, tener la vida que no había podido tener. Lo último en lo que pensaba era en enamorarme.

"Vi la persona que era Emilio antes de tener una relación amorosa. Y aunque había atracción, no queríamos arruinar la parte profesional"

Pero fue una unión que surgió muy naturalmente. Lo conocí primero como ser humano, como jefe, como hijo, como nieto. Vi el tipo de persona que era antes de que tuviéramos una relación amorosa. Y aunque había mucha atracción, no queríamos arruinar la parte profesional con una complicación.

Pero todo fluyó. Aunque somos muy distintos en cuanto a personalidades, nuestro balance es bueno. Raramente discutimos. Nos interesan las mismas cosas. Pensamos lo mismo sobre la política, los negocios y la familia, que es nuestra prioridad número uno.

"El ego no cabe entre Emilio y yo. Todo lo que hemos vivido juntos, lo bueno y lo difícil, nos ha hecho muy fuertes"

Yo le admiro y le respeto mucho. Hay mucho respeto mutuo. Uno es el motivador del otro. Cada uno quiere que el otro triunfe. Una vez me tumbó del número uno con Alejandro Fernández, ¡pero me puse feliz por él! Así que manejamos bien esas cosas, gracias a Dios. El ego no cabe entre nosotros. Todo lo que hemos vivido juntos, lo bueno y lo difícil, nos ha hecho muy fuertes.

P. ¿Cómo fue crecer en una familia en la que siempre estaba la añoranza de lo que quedó atrás? La casa, los amigos, el trabajo, la vida…

R. Yo le hacía un chiste a mi mamá: "¡Tú te tragaste a José Martí cuando saliste de Cuba!". Para ella era imprescindible que no olvidáramos. Ellos planeaban regresar. Tenían boleto de ida y vuelta cuando dejaron Cuba. Pero cuando vieron que eso no iba a suceder, fue aún más importante para ella inculcarnos el idioma, nuestras raíces, la cultura, la música y la comida.

Mi abuela logró comprar su casita en Miami gracias a un negocio de comidas que montó. Y mi madre, imagínate, tenía un doctorado en Pedagogía de Cuba, era cubanísima, y también muy española: fan de la Real Academia. Era una mujer brillante.

"Crecimos en Miami, en un lugar que daba espacio para celebrar nuestras raíces. Todo era muy cubano-americano. Y eso fue muy lindo"

Crecimos en Miami, en un lugar que daba espacio para celebrar nuestras raíces. Había muchos cubanos. Ahora es todo mucho más internacional, con gente de toda Centroamérica, Sudamérica, Europa… pero en ese entonces todo era muy cubano-americano. Y eso fue muy lindo. Me empapé de esa mezcla.

Tengo mucho que agradecerle a mi madre. No podría haber hecho el disco ‘Mi tierra’ sin todo ese bagaje que ella me transmitió. Si no hubiera cantado esas canciones que ella y mi abuela me enseñaban: piezas de los años 20, 30… hasta de finales del XIX, no habría hecho ese disco. Se las arreglaba para que me llegasen los discos de la familia desde Cuba dentro de cajas de compota de mango —porque yo no comía otra cosa (risas)—. Conseguía que algún piloto nos los trajera. Me llegaban Celia Cruz, Cachao, Olga Guillot, Javier Solis, Los Panchos… Y también los discos de Joselito, mi primer amor platónico, y de Marisol, que me los compraba mi abuelo aquí en Miami.

Todo eso fue una parte enorme de mi formación, y la agradezco inmensamente. Para nosotros era vital que nuestros hijos —Emily y Nayib— hablasen español. Y nuestro nieto, Sasha, igual: habla perfecto italiano —sus otros abuelos son italianos—, español, inglés y francés. La próxima semana nos lo llevamos a España de vacaciones.

P. Con todo el movimiento que siempre hay a tu alrededor, ¿cómo se relaja Gloria Estefan? ¿Qué te proporciona placer, aunque sea hacer nada?

R. ¡Exactamente eso! Hacer nada, pero en la naturaleza. Mi lugar feliz es la playa. Tenemos una casa con muchos árboles en la costa. Veo a las tortugas poner sus huevos, y luego a las tortuguitas nacer. Por la noche, se acercan linces rojos a la casa. Si estoy viendo la tele, los veo pasar junto a la ventana con sus cachorros en la boca. Es increíble.

"Durante la pandemia, estuve siete meses sin salir de esa casa. Abrazaba árboles porque no podía abrazar a mis hijos ni a mi nieto"

Me encanta salir en bote —soy capitana, he hecho tres cursos de navegación—, montar en bici, todo lo que tenga que ver con la naturaleza. Durante la pandemia, estuve siete meses sin salir de esa casa. Abrazaba árboles porque no podía abrazar a mis hijos ni a mi nieto. Me acompañaban mis animales y mis árboles. Siento una conexión muy grande con la naturaleza. Eso me llena.

P. ¿Qué le queda por hacer a Gloria Estefan?

R. ¡Irme de vacaciones tras el concierto de Tenerife! (Risas). Me hace gracia cuando la gente dice: "Ay, volvió con una canción", y yo pienso: ¡pero si nunca me fui! (Risas).

Lo que me queda por hacer a corto plazo es estrenar el musical ‘Basura’, basado en la historia de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, el principal vertedero de Asunción, la capital del Paraguay. La historia va sobre los chicos que viven al borde de este basurero, uno de los más grandes de Latinoamérica. Un ingeniero, que también era músico, fue a ayudarles y, como no tenían instrumentos, los hicieron con basura. Es una historia preciosa.

Llevamos tres años trabajando en este musical, mi hija y yo hemos compuesto toda la música. Se estrena el 30 de mayo de 2026 en Atlanta. Después pondremos toda nuestra energía para llevarlo a Broadway en 2027. Es lo más hermoso que he hecho a nivel creativo. Llegar a Broadway con esta historia es mi próxima gran meta. Y también poder disfrutar más de mi familia, de mi nieto Shasa… El tiempo vuela. ¡Ya tiene 13 años! Parece mentira.

GLORIA BENDITA

Gloria Estefan acumula 38 números uno en las listas Billboard. Posee 3 premios Grammy y 5 Grammy Latinos.

Desde 2015, tiene la Medalla Presidencial de la Libertad, una de las más altas distinciones civiles que concede el Presidente de los Estados Unidos.

Cuenta con su estrella en el Paseo de la Fama de Hollywood y otra en el de Las Vegas. Igualmente, fue distinguida por los Kennedy Center Honors por su aporte a la vida cultural estadounidense.

Más distinciones: el MTV Video Music Award, el American Music Award for Lifetime Achievement y el premio Compositor del Año que otorga Broadcast Music, Inc. (BMI).

Forma parte del listado de ‘Las 50 artistas que nunca serán olvidadas’... y mucho más.