Toda la verdad sobre el supuesto conflicto entre las mujeres de Ángel Nieto

La inesperada muerte de Ángel Nieto el 3 de agosto pasado tras el accidente de tráfico que sufrió en Santa Eulalia del Río (Ibiza) ha vuelto a actualizarse por varias circunstancias. Por un lado, los familiares directos no están de acuerdo con la decisión del Juzgado Número 2 de Ibiza de archivar la causa y, por otro, los supuestos desencuentros entre las dos mujeres en la vida del que fuera campeón del mundo.

Ángel Nieto se casó con Pepa Aguilar en 1999 y tuvieron dos hijos, Gelete y Pablo. Un matrimonio que duró un cuarto de siglo. Se separaron y el deportista unió su vida a la de Belinda Alonso. De esa relación nació Hugo, que desde su nacimiento fue un niño querido y protegido por sus hermanos mayores, Pablo y Gelete.

“Ángel se encargó de que todos formaran parte de una gran familia. Ese fue su gran tesoro”, confirmaron a Vanitatis en su funeral amigos como Carlos Martorell y el empresario Juan Palacios. La ausencia del jefe del clan no cambió esta manera de entender las relaciones afectivas entre ellos.

Las dos mujeres mantuvieron siempre una excelente relación que quedó de manifiesto tanto en el hospital como en el posterior funeral. Compartían las fiestas y reuniones importantes y no había motivo de distanciamiento entre la primera y segunda familia, como han explicado a Vanitatis amigos de Ibiza.

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De ahí que no se plantearan en ningún caso problemas hereditarios a la muerte del motorista. Ni por parte de Gelete, Pablo y su madre ni tampoco con Belinda. Y no solo por la buena disposición de todos ellos, sino porque legalmente tampoco puede haber problemas patrimoniales.

Según se ha publicado, no hubo sentencia de divorcio de ese primer matrimonio, pero Vanitatis ha podido confirmar que sí hubo una separación legal que demostraba la no convivencia conyugal. Ángel Nieto se comprometió con Belinda Alonso y se convirtieron en pareja de hecho con todos los derechos que esto implica, aunque no figurara en el registro correspondiente. Lo fundamental es acreditar esa convivencia. En el caso del deportista y su mujer lo fueron durante 18 años y estaba totalmente justificada públicamente. Por lo tanto, la única viuda es Belinda Alonso, aunque efectivamente Pepa Aguilar haya sentido la muerte de su exmarido profundamente.

El Tribunal Supremo ha reconocido en varias sentencias que “la formalización de la relación de la pareja de hecho puede entenderse en un sentido solemne y, por lo tanto, no es necesaria la inscripción de dicha relación con una antelación mínima de dos años. Se trata de un simple requisito de publicidad frente a terceros, pero no de constitución de la misma”.