La familia Sánchez Vicario se entera por la prensa del divorcio de Arantxa
Los hermanos, la madre y el círculo cercano de la extenista en Barcelona no sabían que su marido la ha abandonado. Tenían la certeza de que esto sucedería tarde o temprano
El sábado fue un día intenso en la familia Sánchez Vicario. Josep Santacana había pedido el divorcio a Arantxa Sánchez Vicario y se enteraron al leer los periódicos. A la antigua. Porque ella no les ha contado nada, según ha podido saber en exclusiva Vanitatis a través del entorno más íntimo de la tenista. Así están las cosas: distanciados hasta tal punto que ni siquiera les ha llamado en uno de los momentos más duros de su vida.
Hubo llamadas de sorpresa y de alarma, porque en el fondo todos esperaban que fuera mentira, que sus certezas no se hubieran hecho realidad. A Santacana lo rechazaban de tal modo en la familia que cuando el padre de la tenista murió y él se presentó en el funeral en Barcelona, lo echaron a empujones.
Le pide la custodia
Parece que todos los miedos se han hecho realidad y tal y como informaba este sábado 'La Otra Crónica' de 'El Mundo', Santacana tiene otra pareja con la que incluso convive y le pide a Arantxa la custodia de los hijos porque considera que ella no está en condiciones mentales de cuidar de ellos. Un golpe duro que encara con dificultades.
En enero tenía que haber declarado ante el juez en Barcelona por una demanda que el Banco de Luxemburgo ha interpuesto en su contra por un aval no satisfecho. Pero dadas sus condiciones de salud, muy frágil en estos momentos, le facilitaron la posibilidad de declarar a distancia.
Una niña superprotegida
La relación de la extenista con el supuesto empresario empezó hace más de una década. Arantxa creció superprotegida por su familia, un matrimonio tradicional y conservador que dedicó sus esfuerzos a cuidar la carrera de sus hijos. Tres de los cuatro fueron tenistas de élite. Así que cuando la joven, con un divorcio a cuestas, presentó a su nuevo novio, en casa desconfiaron al momento.
Los padres encargaron a Buenaventura Castellano, su abogado de confianza, el que vio crecer a todos los hijos, que contratara a una agencia de detectives para conocer el pasado de Josep Santacana. Y la información que les llegó fue de todo menos amable. Un pasado oscuro lleno de deudas y relaciones dudosas.
Pero Arantxa, lejos de asustarse al saber la información, se enfadó con sus padres por haber "espiado" a su novio y en lugar de firmar un contrato prematrimonial como le pedían, le nombró administrador de sus bienes.
¿Avergonzada?
Así ha actuado la extenista desde entonces ante el desespero de la familia, que esperaba este desenlace desde hace tiempo. Quizás por eso no había dicho nada, porque la habían advertido tantas veces.
El problema añadido con el que puede enfrentarse ahora la deportista es que deba permanecer en Miami para estar cerca de sus hijos. Porque Santacana le pide la custodia y podría obtenerla, lo que la obligaría a quedarse en EEUU o viajar allí constantemente para ver a sus hijos. Si logra la custodia, el padre puede pedir que los hijos permanezcan en el país en el que ahora residen.
Así que sin dinero y sin apoyo moral, a la tenista española más importante de la historia se le avecina un calvario. Quizás ha llegado el momento de reconciliarse con los suyos.
El sábado fue un día intenso en la familia Sánchez Vicario. Josep Santacana había pedido el divorcio a Arantxa Sánchez Vicario y se enteraron al leer los periódicos. A la antigua. Porque ella no les ha contado nada, según ha podido saber en exclusiva Vanitatis a través del entorno más íntimo de la tenista. Así están las cosas: distanciados hasta tal punto que ni siquiera les ha llamado en uno de los momentos más duros de su vida.