Nos colamos en la fiesta de Penélope y Bardem tras el estreno de 'Loving Pablo'

El estreno de 'Loving Pablo', la película dirigida por Fernando León de Aranoa, fue como los de antes. Hubo alfombra roja en la Gran Vía, muchedumbre en la puerta del cine Callao esperando a los protagonistas y fiesta posterior hasta las tres de la madrugada. Penélope Cruz y Javier Bardem estuvieron volcados con la prensa y dispuestos a caer bien a todo el mundo.

A diferencia de lo que sucede con otros actores, que una vez que presentan su trabajo se marchan, los protagonistas permanecieron en la sala hasta el final de la película. Aplausos, abrazos y una emocionada Pe, que contaba lo difícil que en determinados momentos había resultado rodar 'Loving Pablo' en Colombia.

Penélope tuvo un detalle muy bonito con Irene Villa, que la esperaba en la puerta para saludarla. La periodista y psicóloga no tenía muy claro si sería posible verla, porque la seguridad obligaba a los invitados a entrar en la sala. En cuanto Pe la vio se acercó a ella muy cariñosa y le comentó cuánto la admiraba.

Para rematar la noche y brindar por el éxito actores, amigos y familiares se fueron a celebrarlo a la discoteca Le Boutique, situada en la calle Serrano. Hubo cóctel, flamenco, música disco y la actuación en directo de Juan Peña, que no pudo acudir al estreno porque prefirió ensayar con su grupo. Durante una hora y media, el cantante amenizó la velada con sus temas más conocidos. La actriz colombiana Julieth Restrepo, que en la película interpreta a la mujer de Pablo Escobar, fue una de las invitadas más animadas junto a Luis Tosar, Hiba Abouk y Carlos Bardem y su pareja Cecilia, que bailaron durante toda la celebración.

Javier no se lanzó con el flamenco, pero sí se convirtió en palmero de Peña y subió a la tarima con él. Los hermanos Bardem fueron los verdaderos amos de la fiesta. Más Carlos que Javier, que prefirió moverse con la música disco y hacer de anfitrión entre los grupos de invitados. Esa noche destapó uno de los secretos de la película, ya que hay una escena en la que escapa de los militares desnudo por el campo. La figura es la de un Pablo Escobar gordo y fofo, tal como era realmente el narcotraficante. Bardem, muerto de risa, no quería contar el secreto de esa figura en pantalla, pero la empresaria y dueña de la clínica Smylife, Marisa Nufrio (una de la patrocinadoras), consiguió que se lo revelase. “El que aparece no soy yo. Tuve que engordar, pero no tanto”, aseguró.

Se echó de menos a Mónica Cruz, que prefirió no acompañar a su hermana esta vez ni en el estreno ni en la discoteca. Al preguntar a Pe cómo se encontraba tras la denuncia de la empleada de hogar aseguró que “ya lo explicamos en el comunicado. Está todo en manos de los abogados y, por lo tanto, cuanto menos se hable, mejor”.

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J. M.

La actriz no estuvo mucho tiempo en la fiesta. Llegó, saludó a los amigos, agradeció el apoyo y se marchó a casa. Fue Bardem el que se encargó de ejercer de maestro de ceremonia. Simpático y divertido, quiso mandar un mensaje a las mujeres y la huelga del día siguiente: “Me he criado con mujeres y por lo tanto les doy mi apoyo total. Mi madre sacó adelante a la familia. ¿Qué más puedo decir?”.

Entre los invitados se encontraban la embajadora de los Emiratos Árabes, el titular italiano Stefano Sanin, Sandra Ibarra, Buenafuente, Amaya Jiménez, cuya clínica, AGBiomedic, patrocinaba la película; Belinda Washington, Alberto Garzón (IU), Elena Anaya, la mujer de Juan Peña, Sonia González, que asistió con Marian Camino; Puyol y Vanessa Lorenzo, el director Fernando León de Aranoa, Raúl Olivo, Vania Millán y, por supuesto, el equipo técnico. A las tres de la madrugada se acabó la fiesta.