Carolina Herrera, de subastas y comunión por Madrid

Carolina Herrera pasa muchas temporadas en Madrid aunque su cuartel general lo tenga en Nueva York. La diseñadora vive con su marido, Reinaldo Herrera, en un impresionante apartamento del Upper East Side que las mejores revistas de decoración han reflejado en sus páginas. En febrero de este año, al cumplir 79 años, dejó la dirección creativa y se convirtió en embajadora global de la firma.

Abandonó el día a día laboral, pero no su actividad social relacionada con el poder social de Manhattan, de Madrid y su contacto con la prensa especializada. Esta 'libertad' le ha servido para disfrutar de más tiempo libre y poder viajar más a menudo a la capital de España, donde suele alojarse en casa de su hija en el barrio de los Jerónimos.

Además de disfrutar de sus tres nietos españoles, hijos de Carolina Adriana y del torero Miguel Báez, se dedica a vivir la vida. Y como no podía ser de otra manera, no ha faltado a la comunión de Atalanta Báez, la hija mediana de Adriana Carolina (sus otros nietos son Olimpia, de 12 años, y el benjamín Miguel, de 8). Una ocasión especial que ha unido a la expareja y a la que no ha asistido el abuelo Reinaldo.

A la matriarca le gusta pasear por el Retiro, visitar el Prado y acudir a muchas de las subastas que se organizan en Madrid y donde puede coincidir con Carmen Cervera, otra entusiasta. Aunque en el caso de la baronesa Thyssen sus visitas están más relacionadas con la venta de joyas que ofrece el Monte de Piedad de la calle príncipe de Vergara que con mobiliario de siglos pasados.

Fiel al Ritz

En el caso de la diseñadora venezolana, aprovechó la comunión de su nieta para acudir a la Fundación Amberes, donde se han expuesto durante el fin de semana más de cuatro mil piezas pertenecientes al hotel Ritz y que se subastarán hoy y mañana. La diseñadora estaba al tanto de esta subasta ya que cuando viene con Reinaldo a Madrid suele alojarse en este hotel y esta vez lo ha hecho en el Palace.

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A.S.

Los objetos se agrupan en mil quinientos lotes cuyos precios de salida varían desde los 30 euros de unos óleos a un juego de caviar con platos de madreperla regalo de Imelda Marcos al hotel, un tapiz de la escuela francesa a partir de 2.000 euros o un piano de cola de 6.000 euros, una pieza cotizada para los mitómanos. Frank Sinatra lo tocó en varias ocasiones en las que estuvo alojado en el Ritz.

Este histórico establecimiento fue inaugurado por Alfonso XIII y la reina Victoria Eugenia el 2 de octubre de 1910. En el 2015 la empresaria Alicia Koplowitz (más la compañía Belmond) vendió por 132 millones de euros el Ritz a un consorcio formado por el grupo hotelero Mandarin y la familia Olaya de Arabia Saudí. El 28 de febrero de este año se cerraron las puertas del emblemático establecimiento para su reforma. Si se cumplen los plazos, en diciembre de 2019 volverá a estar operativo.

La subasta es una manera de poder adquirir parte de la historia social del Madrid del siglo pasado. ¿Adquirirá algo Carolina Herrera?