Es noticia
Menú
Inés Sastre, una vida ‘secreta’ en París, un amor por confirmar y su refugio en España
  1. Famosos
la modelo, espléndida a los 44

Inés Sastre, una vida ‘secreta’ en París, un amor por confirmar y su refugio en España

Tras la aparición de sus fotografías con Jorge Pardo, estamos a la espera de acontecimientos que confirmen o desmientan su relación sentimental

Foto: Inés Sastre, en una imagen de archivo. (EFE)
Inés Sastre, en una imagen de archivo. (EFE)

La cuadratura del círculo es ser famoso sin mostrarse, sin que se sepa casi nada de ti. Esa es la paradoja con la que se ha construido su imagen pública Inés Sastre, quien se deja ver apenas lo suficiente como para ocupar un pie de foto en un artículo y hace declaraciones con cuentagotas, aunque nunca ha escurrido el bulto y ha hablado sin cortapisas de su vida sentimental. Al mismo tiempo, es muy activa en Instagram, donde cuelga instantáneas de su vida personal, muchas de ellas con su hijo, pero consigue, paradójicamente, que pasen inadvertidas.

Por eso, ha vuelto al foco informativo cuando se han publicado unas fotografías con el empresario Jorge Pardo en Madrid en actitud muy cariñosa. Según parece son amigos desde hace bastantes años, pero Vanitatis no ha podido confirmar que sean pareja, como podrían inducir a pensar las imágenes, ya que su representante manifiesta que "no está al tanto de la vida sentimental" de su representada.

Una modelo muy cotizada

Premeditado o no, la vigencia de la modelo vallisoletana sigue siendo la misma, pese a dosificarse y a espaciar mucho sus apariciones públicas. En su agencia de representación tampoco nos han precisado cuáles son sus proyectos, porque prefieren hablar de ellos cuando se hagan realidad, pero lo cierto es que sus editoriales de moda o las campañas de publicidad que ha protagonizado en los últimos años han sido todo un éxito, como su aparición desnuda en el calendario Pirelli el año pasado.

Inés Sastre es un misterio y es precisamente esa entelequia en la que se ha convertido su personaje lo que le ha permitido mantenerse en lo más alto en su madurez. Otras modelos de su generación, que no mencionaremos para que nadie se sienta ofendido, son poco más que un ‘has been’ y en algunos casos ni eso. La fama cuesta, pero lo difícil es mantenerse, aunque no se puede aplicar la misma fórmula a todo el mundo. Inés Sastre, aparentemente casi sin hacer nada (aunque las evidencias de que continúa en activo y en lo más alto están ahí), sigue teniendo un caché al alcance de pocas. Emana ‘star quality’, para entendernos: aporta un valor añadido intangible que sigue siendo muy preciado en el mercado publicitario.

El tiempo pasa inexorable y, en efecto, poco queda de esa casi adolescente que debutaba en el cine de la mano de Carlos Saura en uno de los fracasos más estrepitosos del cine español, ‘El Dorado’ (1988), un desastre financiero que marcó una época. Fue para el inicio de un camino, el cinematográfico, que ha sido menos fértil de lo que le hubiera gustado o podría haberse previsto. Sobre todo porque en una etapa de su vida encadenó proyectos internacionales que, sin embargo, no dieron frutos reseñables.

Sin pretender hacer comparaciones, porque están a años luz, tanto en sus carreras como modelos y delante de las cámaras, le ocurrió lo que a Mar Flores, que no lograron consolidarse como actrices. Pese a todo, Inés puede presumir de haber compartido reparto con estrellas internacionales como Gérard Depardieu, Christopher Lambert, Andy García o Bill Murray, y aún así parece que su historia de amor con el cine está en punto muerto: hace ya once años de su último estreno, la película italiana ‘La cena per farli conoscere’. En cualquier caso, la actriz sigue compartiendo en IG imágenes suyas con estrellas como Sean Penn o Leonardo Dicaprio. Quién sabe si se trata de un guiño a una profesión a la que dedicó muchas energías y a la que tal vez vuelva algún día. Más de una década ha pasado de su última película y en principio no parece que vaya a retomar esta faceta.

¿Qué ha hecho Inés todo este tiempo? Vivir y educar a su hijo, que no es poco. Y le ha pasado de todo: se enamoró, se desenamoró, se volvió a enamorar… Hasta apareció en los Paradise Papers en noviembre de 2017, una investigación periodística basada en el análisis de más de 13 de millones de documentos de dos proveedores de servicios ‘offshore’ en las Islas Bermudas y Singapur y 19 registros mercantiles de jurisdicciones opacas. En ese momento, los letrados que representaban a la modelo en Francia aclararon a El Confidencial que los dos trust y una sociedad 'offshore' radicada en las Islas Vírgenes se habían creado para gestionar su patrimonio familiar y no sus ingresos habituales, que ya no tributaba en el Reino Unido sino en Francia, donde reside, y que estaba al día con la Agencia Tributaria de ese país. Un escándalo que a ella apenas le pasó de refilón…

París es la ciudad que ha elegido la modelo vallisoletana para echar raíces y para que crezca su hijo, Diego, que nació en la capital francesa el 21 de agosto de 2006. La relación con el padre del niño y su exmarido, el aristócrata italiano Alex Corrías, hizo aguas enseguida. Es más, la paternidad lejos de unirlos parece que les separó. Eso se desprende de una entrevista que publicó 'Vanity Fair' en noviembre de 2012 en la que Inés nos obligaba al leer entre líneas al afirmar: “Por supuesto que me hubiese gustado no estar sola. Creo que mi marido aprenderá a ser padre por el bien del niño, porque es lo más precioso”. ¿Es esto un dardo envenenado o tal vez somos un poco mal pensados?

En efecto, su matrimonio fue uno más de sus diversos fracasos sentimentales junto a hombres que, por lo general, han sido acaudalados, mayores que ella y con físicos a años luz de su belleza. Ha habido excepciones, claro. Precisamente por esa característica común, la buena posición, hubo quien puso a la modelo la etiqueta de ‘cazafortunas’, que en el mencionado reportaje de 2012 desmentía su amigo Felipe Rein Gómez-Acebo: “Es exactamente lo contrario. El balance general es que si alguien ha estado pagando las cuentas, es ella”.

[Inés Sastre: repasamos el currículum amoroso de la modelo]

Inés Sastre tiene una economía más que desahogada y es propietaria en Sotogrande de una casa que adquirió en 2005 a la que vuelve cada verano. La elitista urbanización gaditana, al igual que ella, hace equilibrios entre la exposición mediática de sus asiduos, entre otros Ana Rosa Quintana, Luis Alfonso de Borbón (con quien tuvo una relación sentimental en su juventud) o Jaime de Marichalar, y la suficiente dosis de privacidad como para pasar inadvertido si uno lo desea. La modelo puede veranear tranquila sin que nadie le importune y se expone lo justo para que sepamos que está. Además, puede disfrutar de una de sus grandes pasiones: el golf.

Sotogrande es el lugar ideal para que el hijo de Inés siga manteniendo vínculos con España, aunque está recibiendo su formación en Francia, al igual que la modelo, que estudió en la Universidad de la Sorbona. Allí hemos podido verla con algunas de sus parejas, como Michele Alfano, propietario de la maderera Alfano Legmani, con quien estuvo cuatro años y con quien se la vio por última vez precisamente en Sotogrande en el verano de 2017. Una relación en la distancia, ella vivía en París y en Roma, que acabó, según ella misma declaró, en una buena amistad. Posteriormente, dio una nueva oportunidad al amor junto a Estanislao de Aranzadi, de 53 años, un acaudalado economista. Y ahora estamos pendientes de lo que pueda suceder con Jorge Pardo. El tiempo tiene la última palabra.

La cuadratura del círculo es ser famoso sin mostrarse, sin que se sepa casi nada de ti. Esa es la paradoja con la que se ha construido su imagen pública Inés Sastre, quien se deja ver apenas lo suficiente como para ocupar un pie de foto en un artículo y hace declaraciones con cuentagotas, aunque nunca ha escurrido el bulto y ha hablado sin cortapisas de su vida sentimental. Al mismo tiempo, es muy activa en Instagram, donde cuelga instantáneas de su vida personal, muchas de ellas con su hijo, pero consigue, paradójicamente, que pasen inadvertidas.

París
El redactor recomienda