Rajoy, vida de funcionario en Alicante en un hotel a 200 euros la noche

Ha pasado de vivir en un palacio a vivir en un hotel frente al mar. De Moncloa al Meliá Alicante. De vivienda ‘gratis’ a pagar 200 euros por noche. El expresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a su plaza de registrador de la propiedad, un gesto que tiene muchas consecuencias.

La primera, el traslado. Porque al recuperar su plaza se ha tenido que ir a vivir, al menos de lunes a domingo, a Santa Pola, donde está el registro del que es titular. Allí estaba destinado hace más de 25 años, cuando pidió la excedencia de funcionario para entrar en política. Y allí ha vuelto a sus costumbres. Amigos de siempre, bares de siempre, caminatas de siempre. Que no se diga que engañó en eso: Rajoy es un tipo conservador.

Así que cada mañana, sobre las 7 am, sale del Meliá Alicante, donde ha fijado su residencia por ahora, y marcha por el paseo marítimo, conocido como el Postiguet, durante media hora o más. Lo hace acompañado de dos escoltas, que le siguen a sol y sombra. Porque este registrador de la propiedad fue presidente hace pocos días.

"Estoy bien pagado"

Como exjefe del Ejecutivo, Rajoy tenía derecho a un sueldo de unos 80.000 euros anuales, algo a lo que ha renunciado. Prefiere volver a la función pública con su puesto de registrador, un empleo por el que cobrará, como mínimo, 100.000 euros anuales. Siempre lo había dicho: “En mi trabajo estaba muy bien pagado”.

Con este generoso sueldo, el exlíder del PP debe sufragarse la vivienda, algo que tampoco es demasiado excesivo si tenemos en cuenta que la media de alquiler es de unos 900 euros mensuales por unos 100 metros cuadrados, según el portal Idealista, en la zona del Puerto de Alicante, donde ahora está alojado. El hotel Meliá, de cuatro estrellas, situado en el Puerto, es uno de los más caros de la ciudad costera.

Podría vivir de rentas

Además, Rajoy tiene varios inmuebles, por lo que podría vivir de las rentas. De todos los líderes políticos con quien debía debatir antes de perder la moción de censura, Rajoy era quien más propiedades tenía. El expresidente del Gobierno cuenta con un apartamento (en Sanxenxo) y una plaza de garaje en Pontevedra, de donde es originario, que compró en 1987. Dos años más tarde, en 1989, se compró también una oficina. Para sus escapadas más soleadas el presidente tiene el 25% de un bungalow en Mogán, Canarias, comprado en 2004.

En la capital cuenta con otros inmuebles. Tiene un apartamento de 70 metros cuadrados en el paseo de la Castellana, en Madrid, que compró en 1981, y una vivienda (comprada en 1989) que es la que cuenta registrada como habitual, algo que ya no es así. Esa vivienda habitual a la que se refería el expresidente en la declaración de bienes del Congreso es un chalé en Aravaca que ha aparecido varias veces en prensa. En Vanitatis mismo le dedicamos un artículo en 2011, cuando ganó las elecciones. La casa, que costó 1,5 millones de euros, es un dúplex de 279 metros cuadrados en una urbanización en la que por 1.000 euros al mes de gastos de comunidad, se puede disfrutar de dos piscinas y una pista de tenis.

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Sus amigos de Santa Pola

Por ahora, solo podrá disfrutar de sus propiedades durante los fines de semana o las vacaciones de verano. Serán su mujer, Viri, y sus hijos quienes puedan sacar partido a los inmuebles. Y también podrán visitar a Rajoy en Alicante, algo que entra dentro de sus hábitos. Rajoy tiene apego a los suyos y nunca dejó de lado a los amigos que cosechó cuando era registrador en Santa Pola. Entre ellos se cuenta al registrador que sustituyó a Rajoy en su marcha, Francisco Riquelme, íntimo de toda la vida. Fue en la boda de la hija de Riquelme donde Rajoy fue 'cazado' bailando a Raphael.

Así que solía visitar Alicante y uno de sus restaurantes favoritos era el Batiste, en el paseo marítimo, un establecimiento clásico, con más de 50 años de historia, de cocina tradicional y muy bien hecha. Una parada obligatoria para los amantes de la buena mesa, sin duda, con un precio medio de unos 35-40 euros. ¿Adivinan dónde ha comido estos días el ex presidente? Sí, claro, en el Batiste. Lo decíamos, es un señor de costumbres.