El verano meditativo de María Dolores de Cospedal antes de los audios de Villarejo

Este lunes, María Dolores de Cospedal ha dimitido de la ejecutiva del PP por los audios de Villarejo. Sin embargo, mantendrá su acta de diputada. La decisión se suma a la de hace apenas unos meses, cuando dejó de ser presidenta del PP en Castilla-La Mancha. Antes de que saltase a la palestra el escándalo de los audios, Cospedal se planteaba disfrutar más tiempo de su familia y sobre todo de su hijo Ricardo, de doce años, como explicaba en agosto a Vanitatis en su nuevo estado de gracia fuera del Ministerio de Defensa. Este verano le ha servido para ordenar su existencia laboral y decidir que no quería ejercer de presidenta.

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"Es la primera vez que tengo todo el mes de agosto para no hacer nada relacionado con los cargos que he tenido en política. No hago cosas distintas al resto de españoles que disfrutan de sus vacaciones. Pasear, ir a la playa, leer y disfrutar de mi hijo, que es mi verdadera fiesta. Creo que se lo debo a Ricardo y a mi marido, a los que he dedicado muy poco tiempo estos últimos años".

Lo más llamativo para ella era que podía mantener en silencio su móvil. Una situación impensable cuando formaba parte del último Gobierno de Mariano Rajoy. La que fuera una de las mujeres más poderosas e influyentes junto a Soraya Sáenz de Santamaría acudió al Club Náutico de Palma, donde se celebraba la Copa del Rey de Vela. A diferencia de otros años, que no se movía de la urbanización Guadalmina en Marbella, donde pasa sus vacaciones desde hace tiempo, esta vez aceptó la invitación de sus amigos con hijos de la edad del suyo. En una de las ocasiones, Cospedal y su familia desayunaban en el Náutico antes de embarcarse para seguir la regata en alta mar. Allí coincidieron con esta periodista.

Desapercibida

Vestida para la ocasión con blusón de palmeras y gorra, pasaba totalmente desapercibida. Ese día, al preguntarle si le gustaría formar parte de alguna de las tripulaciones como hacían el rey Felipe y don Juan Carlos, fue muy clara: "A mí lo que me gusta es navegar. Subirme a un barco y que me lleven. Parar en una cala, bañarme y disfrutar de los amigos. No tengo más capacidades que la de dejarme llevar y pasarlo bien, que es lo que quiero hacer".

La exministra de Defensa, abogada del Estado de profesión, ha pasado la mitad de su vida en la política. Primero en las juventudes del PP y después en los diferentes cargos dentro del partido. A partir de ahora, su vida lejos del partido será bien distinta.

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