Ortega Cano dice 'sí, quiero': lo que significan las presencias y las ausencias
El diestro vive su segunda boda con numerosas heridas familiares abiertas y tras haber pasado el mayor calvario de su vida. Ahora es feliz con Ana María Aldón
Los que hayáis seguido 'La casa de las flores', la ahora famosísima serie de Netflix protagonizada por Verónica Castro ('Los ricos también lloran') sois conscientes de lo que hablamos, pero para los que no, os diremos que trata sobre una saga familiar con tantos problemas que, como sus fans están pidiendo, deben hacer una segunda temporada porque han quedado demasiados flecos sueltos. Lo mismo puede decirse de la familia que protagoniza esta crónica virtual (hay exclusiva de por medio): les ha pasado de todo...
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Tratar de resumir lo que rodea a José Ortega Cano y Ana María Aldón, que hoy por fin se han casado, daría para centenares de capítulos, pero vamos a intentar ir al grano porque si no, este artículo tendría la extensión de 'Guerra y paz' (y no elegimos esta novela de Tolstói como metáfora, sino por su longitud: unas 1.900 dependiendo de la edición).
Hoy la finca El Maestre, en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), podría equipararse a la 'florería' (no negaréis que suena bonito 'floristería' en argot mexicano) de la mencionada serie, pues se han entrecruzado diversos personajes, cada uno con su trama, a cada cual más enrevesada. Y en este caso, han sido las ausencias las que menos sorpresas han deparado.
Nos referimos a Rocío Carrasco, quien no tiene trato con el que fuera su padrastro desde hace milenios (tampoco con su madrastra, Raquel Mosquera), y a José Fernando, internado en un centro de rehabilitación, que no le ha dado el permiso pertinente. Para representarle estaba la madre de su hija Michu, con la nieta del torero, María del Rocío, lo que evidencia que lo pasado, pasado está. Por sintetizar con un simil acorde a la profesión del contrayente: ¡ole!
Así que vamos a las presencias, porque las hay como para dedicar varios meses de 'Sálvames', si no fuera porque entre los flecos que colean de su nueva 'colaboradora' oficiosa, Isabel Pantoja, y 'Gran Hermano VIP' tienen la escaleta llena a diario.
Que no cunda el pánico, que en este programa y en otros van a glosar esta boda todo lo que haga falta. No en vano estaba quien fuera una de sus colaboradoras estrella, Rosa Benito, que, por cierto, no acudió al enlace con Fidel de la otrora conocida como Rociito (también vendida a la misma publicación), así que igual alguno de los colaboradores tomará su nombre (quizás en vano) en algún momento.
No podemos pasar por alto la presencia de Antonio David Flores, con su mujer, Olga, y sus hijos. El ex guardia civil, enfrentado en los tribunales con su exmujer, en un litigio legendario que deja en pañales al de Joan Crawford y Bette Davis, cuenta con el apoyo de la que fuera su familia política, lo cual da más argumentos a la primogénita de Rocío Jurado para seguir haciendo más grande la brecha que la separa de los suyos.
Una paradoja enorme, pues, si contáis con buena memoria, que seguro que sí, Antonio David ha tenido lastradísima su economía por la demanda millonaria que perdió contra 'la más grande', por aquellas declaraciones que la intérprete de 'Como las alas al viento' hizo en Argentina a Mirtha Legrand, 'chiquita' para la Historia y, a día de hoy, nonagenaria y en activo, capaz aún de hacer tambalearse Gobiernos con sus incisivas preguntas. Pero como se ve que el perdón es terapéutico, el colaborador televisivo ha sido invitado a este bodorrio porque los últimos siempre acaban siendo los primeros...
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Otra imagen que nos ha deparado la llegada de invitados a la finca, que también parece tener la misma destinataria (Rocío Carrasco), es la de su hermana, Gloria Camila, y su hija, Rocío Flores Carrasco, con quien también mantiene diferencias (aparentemente) irreconciliables. Tía y sobrina, pero generacionalmente como hermanas, que se apoyan mutuamente en su desapego hacia la misma persona. Podríamos decir que 'los enemigos de mis enemigos son mis enemigos' o algo así.
Por lo demás, como hasta que no salga la revista a la que le han vendido la exclusiva no tenemos demasiados testimonios gráficos, nada podemos decir sobre los novios, de momento, y en cuanto a los estilismos que hemos podido ver a través de las ventanillas de los coches: ¡Que el cielo los juzgue!
Lo importante del día de hoy es que Ortega Cano y Ana María Aldón han dado un paso que querían dar hace mucho tiempo. Al final, siempre triunfa el amor. ¡Enhorabuena!
Los que hayáis seguido 'La casa de las flores', la ahora famosísima serie de Netflix protagonizada por Verónica Castro ('Los ricos también lloran') sois conscientes de lo que hablamos, pero para los que no, os diremos que trata sobre una saga familiar con tantos problemas que, como sus fans están pidiendo, deben hacer una segunda temporada porque han quedado demasiados flecos sueltos. Lo mismo puede decirse de la familia que protagoniza esta crónica virtual (hay exclusiva de por medio): les ha pasado de todo...