Carlos Falcó y Rafa Medina, caballeros de la elegancia en el Casino de Madrid

Decía George Bernard Shaw que un caballero es aquel que da más al mundo de lo que toma de él. Y eso es más o menos el ideario de la revista 'Gentleman', que este lunes por la noche celebró su quince aniversario con una fiesta conmemorativa en el Casino de Madrid. Y entre los presentes, a los que se rindió un pequeño homenaje en forma de premio, estaban hombres de todo tipo para demostrar el “valor de la elegancia”. Del marqués de Griñón, Carlos Falcó, a Germán López Madrid (Volvo); de José Luis Bonet (Freixenet) al cocinero David Muñoz, que no pudo estar presente en el evento y envió un agradecimiento virtual a través de un vídeo.

Uno a uno, los homenajeados fueron subiendo al escenario para agradecer las portadas que habían protagonizado y en las que la publicación había destacado su labor. Los aplausos más enfervorecidos, sin duda, se los llevó el joven campeón de patinaje Javier Fernández, que había llegado al evento con una gabardina de color madera debido a las bajas temperaturas madrileñas.

Otro de los agraciados fue Carlos Falcó, que asistió a la fiesta acompañado por su mujer, una Esther Doña que optó por un atuendo sencillo: un pantalón de cuadros con un jersey oscuro de manga ancha. El marqués quiso poner un punto de originalidad en su atuendo (un traje gris) con una colorida corbata.

Sin embargo, la presencia más hipnótica de la noche volvió a ser la de Rafa Medina, epítome de la elegancia patria desde hace ya varias décadas. Presentado con una introducción que hablaba de la importancia de su madre, Naty Abascal, como figura, Medina dio un discurso breve y conciso. Además, demostró que solo él puede lucir una corbata de cuadritos cegadores y no morir en el intento. Su presencia en el cóctel posterior a la entrega de premios fue fugaz, pero suficiente como para acaparar miradas del 90 por ciento de los asistentes.

Por la fiesta también se dejaron caer Inés Sanz, los premiados Fernando Schwartz, Germán López Madrid o Eugenio Recuenco, y un sonriente Jesús Álvarez. Una noche de caballeros en un Casino de Madrid que volvió a ser el mejor (y el más elegante) escenario para este tipo de eventos.