¿Lo mejor de Halloween? La anécdota de Pedro Almodóvar en el concierto de Rosalía

Anoche, la cantante Rosalía paralizó Madrid. Lo hizo cortando la céntrica plaza de Colón para dar un concierto organizado por Red Bull en el que la afluencia de gente fue inaudita. Las circunstancias, desde luego, lo favorecieron. Y es que, a pesar del frío helador que asolaba la capital, el ser la noche de Halloween (al día siguiente era festivo) y que el concierto fuera gratuito, lo convirtió en un auténtico fenómeno de masas.

Y claro, ni famosos ni influencers quisieron perderse tal acontecimiento por nada del mundo. Así que, subidos a su grada VIP (como no podía ser de otra manera), todos ellos disfrutaron y compartieron imágenes del evento que hicieron las delicias de sus fans y, por supuesto, de nosotros, quienes muy atentos a los Instagram Stories de las hermanas María y Marta Pombo (auténticas reinas de esta red social) descubrimos una de las anécdotas más divertidas e inimaginables de la velada. Y no, esta vez no tiene que ver ni con looks ni con enamoramientos varios. Prometido.

Para empezar, el protagonista fue nada más y nada menos que Pedro Almodóvar, que, confeso fan de la jovencísima cantante española, se abrigó y se subió a la grada para disfrutar de sus canciones junto al ejército de influencers que poblaba el exclusivo recinto.

Y es que, tal y como se puede observar en las imágenes tan oportunamente grabadas por las hermanísimas (que el año que viene contraerán matrimonio), el director, dispuestísimo a arrasar, se asoma por la barandilla cuando pasa la estrella por debajo de camino al escenario y le grita: “¡Rosalía, guapa, soy Pedro!”.

Unas palabras que por el ruido de la calle, por los nervios de la artista o porque sin el apellido no reconoció su voz, no tuvieron ningún efecto en Rosalía, que ni siquiera volvió la cabeza tras la piropeada interpelación de Almodóvar.

Marta Pombo, quien se caracteriza por su gran sentido del humor, corrió a recordar en sus redes el momento en el que Penélope Cruz le entregó el Oscar, para poner la nota divertida al chasco del pobre Pedro.

Sin duda, una de las anécdotas más divertidas de la noche.