Alba Díaz, Coki Prieto y Javier Calle: así se gestó el triángulo amoroso de la temporada

Antes de que apareciera el hashtag #todossomoscoki ya hubo otros apoyos importantes y casi mundiales con la princesa de Gales, cuando apareció en televisión confesando que en su matrimonio había demasiada gente: "Somos tres", dijo. No había redes sociales pero sí un sentimiento común a favor de la nuera de la reina Isabel y en contra del malvado príncipe Carlos. En aquel momento todos éramos Lady Di. Ahora ha sucedido algo parecido con Coki Prieto, a propósito de la infidelidad del que era su marido con Alba Díaz Martín, aunque la repercusión se reduce al triángulo Sevilla, Marbella, Madrid.

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La boda de Coki Prieto, nieta del conde Pardo Castellano y familia de los artistas Manuel y Arturo Pareja-Obregón, con Javier Calle fue uno de los acontecimientos sociales de Sevilla. Entre los muchos invitados, Froilán Marichalar y Alba Díaz, que no eran ni pareja ni nada que se le pareciera. Solo compañeros de estudios y, como se ha visto, sin futuro emocional. En ese momento la hija del Cordobés era menor de edad y nadie imaginaba que, al cumplir los 19 años, el novio, Javier Calle, rompería su matrimonio por ella. El divorcio se firmó hace quince días, aunque desde agosto Coki ya intuía que su marido jugaba con dos barajas. A grandes rasgos así ha sido la evolución de una historia de infidelidades que tiene a Sevilla y Marbella revolucionada.

La frase 'todos somos Coki' se ha convertido en el mejor apoyo para una chica de 28 años que ha visto cómo su matrimonio se fue a pique en menos de un año. Y como decíamos más arriba, antes que ella estuvieron Lady Di, Patricia Llosa y hasta la novia de Iñaki Urdangarin cuando solapaba su relación con la de la infanta Cristina.

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Los amigos comunes no daban crédito a lo que ha sucedido. Y, por supuesto, si tienen que hacer algún reproche no es para la jovencísima Alba, sino para el hombre casado de 35 años: "El compromiso lo tenía él y no ella, y además fue Javier el que pidió a Coki casarse después del reencuentro de hace dos años. En seis meses organizaron la boda y se casaron. A todos nos pareció muy bien. Estuvieron cuatro años, se separaron y Javier la buscó. Nos dio mucha alegría. Los dos son estupendos y por supuesto pensábamos que era para toda la vida".

Cuentan que Javier Calle es una buena persona, un buen chico, coqueto y le gustaba tontear con todas, pero teniendo muy claro que el amor de su vida era Coki. "En esos años de separación ninguno de los dos tuvo pareja oficial. Y cuentan esas amistades que la historia con Alba empezó en agosto, cuando la niña del Cordobés y Vicky Martín Berrocal comenzó a trabajar en uno de los locales en los que Javier Calle era relaciones públicas para sacarse un dinero.
"Alba tenía una relacion estupenda con Coki, era como su prima pequeña, entraba en casa como una más de la familia y la querían mucho porque la niña es un encanto. Quizá el que tendría que haber sido más responsable era Javier, pero bueno, hay veces que no se pueden poner puertas al campo".

Ese verano, Coki empezó a mosquearse por los muchos mensajes que su marido intercambiaba con ella hasta que, harta, dejó de creerse las excusas. Y fue entonces cuando se plantó. En octubre salió de la casa en la que vivía con su marido y hace dos semanas obtuvo el divorcio.

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"Está muy triste, muy decepcionada, pero sabe que estamos con ella", apuntan a Vanitatis sus amigos, que han hecho piña. El hashtag #todossomoscoki es ya tendencia.