Paseo de Gràcia, todas las claves de una de las calles más codiciadas del mundo

Es una de las calles más codiciadas del mundo. El paseo de Gràcia de Barcelona, avenida chic y lujosa, se ha convertido en objetivo de grandes marcas y de celebrities de medio mundo. Si Ron Wood, guitarra de los Rolling Stones, se compró hace cuatro años un piso en las inmediaciones de esta vía será por algo. Otros personajes que se han interesado en comprar en el lugar, aunque finalmente no se ha podido confirmar si adquirieron o no un inmueble, son Rania de Jordania y Madonna.

Todas las inmobiliarias de lujo buscan vender alguna propiedad en la avenida, donde uno de los récords es de Lucas Fox, que vendió un piso en el paseo de Gràcia por 7,5 millones de euros. El ‘apartament’, de 500 metros cuadrados y seis plazas de parking, estaba diseñado por el interiorista Jaime Beriestain, amigo de Ron Wood, precisamente. El comprador es anónimo aunque se puede afirmar que es un empresario 'no europeo'.

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De Gaudí a Muji

Con dos edificios emblemáticas de Gaudí además de otras construcciones modernistas, la vía es punto caliente para turistas de todo el mundo. Ante tal panorama, son todas las firmas de lujo y no lujo que quieren instalarse en la avenida. Lo contaba hace poco Joaquim de Toca, consejero delegado de Muji en España y Portugal. La marca acaba de abrir su tienda más grande de Europa y lo ha hecho en el paseo de Gràcia. “Era nuestro objetivo, buscábamos abrir en esta calle porque es una de las más famosas del continente”, señaló en la inauguración de la flagship store, situada en el edificio de La Unión y el Fénix.

Con 500 metros cuadrados, el establecimiento ofrece todas las categorías de producto de la marca en un mismo espacio. Colecciones de moda femenina, masculina e infantil, productos de belleza, mobiliario, cocina, útiles para el hogar, papelería, artículos de viaje, comida y, como novedades, libros relacionados con los productos vendidos, servicios de personalización de productos y asesoría personal para mobiliario y almacenaje.

Allí cerca está Uniqlo, marca también japonesa dedicada a la fast fashion. Y un poco más arriba está pendiente de apertura un Decathlon gigante, justo donde se encontraba el Bulevard Rosa, cerrado recientemente por haberse quedado algo anticuado. A las marcas populares de la parte sur del paseo, como Mango, Zara, H&M… se tiene que sumar el lujo, que aumenta a medida que uno sube la vía.

Loewe, Valentino, Suárez, Rabat, Hugo Boss, Louis Vuitton, Chanel… Nombren cualquier marca de lujo y allí la encontrarán, solemne y llena de extranjeros ricos. Y no solo las tiendas, casi todos los mejores hoteles de la ciudad están también allí concentrados. Uno de los preferidos por los extranjeros es el hotel Majestic, un local centenario que se ha ido renovando con el tiempo y ha logrado convertirse en un referente también para los barceloneses, que acuden a probar su amplia oferta gastronómica liderada por el chef Nandu Jubany, salsa de los mejores saraos culinarios de la ciudad.

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El equipo de F&B de @majestichotel listo para #Navidad! . L’equip de F&B de @majestichotel llest per #Nadal . Majestic’s F&B team ready for Christmas! . www.hotelmajestic.es . #hotelmajesticbarcelona #mymajesticexperience #f&b @nandujubany_oficial #davidromero #olivierthelier #chef

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El mejor desayuno del mundo

El Grupo Majestic, propiedad de la familia Soldevila desde hace décadas, acaba de ser galardonado con el premio al hotel con el mejor desayuno del mundo. Y no hay que olvidarse de su brunch dominical (con barra libre de Möet&Chandon), considerado el mejor de la ciudad como mínimo. El Monument es otra de las joyitas del paseo, un hotel que se ha convertido en referencia del lujo pese a ser uno de los últimos en llegar. Su oferta gastronómica es también notable, puesto que el Lasarte, local de Martín Berasategui en la capital catalana, acaba de renovar sus tres estrellas Michelin, algo casi inaudito en Barcelona (donde solo Jordi Cruz mantiene sus tres estrellas).

Cerca está el Condes de Barcelona, donde se alojan celebrities internacionales y patrias cuando visitan la ciudad, así como el hotel Mandarin, donde la chef Carme Ruscalleda y su hijo, Jordi Balam, mantienen el nivel con sus estrellas Michelin.