La baronesa Thyssen y su hijo Borja en Navidad: tú a Gstaad y yo a Andorra

A diferencia de otros años en que Carmen Cervera se encargaba de organizar las navidades de su familia ya fuera en Andorra, Sant Feliu o Madrid, esta vez no ha sido así. Mientras la baronesa cenaba la noche del 24 con sus mellizas, su sobrino y unos amigos en Andorra, su hijo Borja eligió Gstaad como cuartel general para disfrutar de estas fechas alejado de su madre.

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Este distanciamiento en días tan familiares no cuadra con la estrecha relación que el hijo mantenía con su madre tras años de enfrentamientos judiciales y afectivos. Este verano pasaron parte de las vacaciones juntos navegando por el Mediterráneo y por eso resulta extraña la ausencia de Carmen Cervera en Nochebuena y Navidad. Por qué no ha estado en Gstaad es una incógnita.

Los Thyssen Cuesta con sus cuatro hijos y la cuidadora de los pequeños viajaron a esta elitista estación de esquí en la que se instalan en invierno las grandes fortunas. En otras ocasiones, y cuando la baronesa era la jefa de la expedición, se instalaban todos en algún hotel de Gstaad. El Alpina, el Palace o similar. Esta vez Borja y Blanca (los B&B, como los llaman los amigos) han preferido alquilar un apartamento para estar mas cómodos y seguramente por ser precios más ajustados dentro del altísimo nivel económico que se necesita para pasar estas fechas, que se consideran temporada superalta. A la vida doméstica cotidiana habría que añadir las clases de esquí de los cuatro niños y el gasto diario de supermercado. Suele ser Borja el que hace la compra y es habitual verle solo o acompañado de algunos de sus hijos con el carrito lleno de yogures por el comercio cercano a su casa.

El matrimonio ha hecho vida de familia, pero también ha paseado en solitario por la calle principal de Gstaad, donde se encuentran las tiendas de lujo de las que Borja y Blanca son clientes habituales en Madrid y Barcelona.

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Tanto Borja como la baronesa poseen pasaporte suizo y oficialmente ambos tienen su domicilio fiscal en Andorra, mientras que Blanca Cuesta y los niños viven en Madrid, en la urbanización La Finca. Este distanciamiento no lo lleva bien el padre, pero debe cumplir los requisitos legales o se arriesga a nuevos conflictos con Hacienda. El matrimonio está planeando buscar una ciudad fuera de España para poder vivir como una familia.

El año pasado sí fueron unas navidades diferentes. Por primera vez la baronesa reunía precisamente en Gstaad a su hijo, nuera, nietos y las mellizas en la estación de esquí para celebrar juntos estas fechas tan señaladas, como publicó Vanitatis en exclusiva. Esta vez no ha podido ser. Habrá que esperar al último día del año para el reencuentro.