La vida normal de Álvaro Morte ('La casa de papel'), la nueva estrella de Netflix

"En persona es todavía más atractivo, además es una persona muy expansiva, tanto él como su mujer hablan con todo el mundo con plena normalidad, sin más. Cuando volvió de rodar la tercera temporada de 'La casa de papel' en Tailandia estuvo contando anécdotas. Si se le ha subido el éxito a la cabeza, desde luego no lo parece". Un vecino de Pozuelo de Alarcón, la localidad madrileña en la que reside Álvaro Morte, ilustra cómo el actor no ha dejado de interpretar el papel más relevante de su vida, el de un padre de familia enamorado de su pareja, la estilista Blanca Clemente, y de sus mellizos, Julieta y León.

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Ha sido capaz de mantener un estilo de vida normal a pesar del auténtico boom global que ha supuesto 'La casa de papel', la primera serie española en ganar un Emmy internacional y la serie de habla no inglesa más vista de Netflix. El furor que ha causado la serie ha desencadenado sucesos tan extraordinarios como que haya gente que se haya tatuado la cara del actor gaditano en su cuerpo o que se haya puesto a estudiar castellano solo para entender la versión original. Álvaro, ajeno a todo, se prepara ahora para el estreno de la cuarta temporada (ya en Netflix).

El actor ya era conocido por su participación en series como 'El secreto de Puente Viejo' o 'Amar es para siempre', pero ha sido su personaje del Profesor en 'La casa de papel' el que le ha cambiado la vida (profesional). La personal ya la cambió él a los 20 años cuando le comunicó a sus padres, un empresario y una ama de casa, que dejaba Telecomunicaciones para dedicarse a la interpretación: "Yo empecé a hacer Telecomunicaciones, ¿vale? (Risas) Y un día llamé a mi padre y le dije: Papá, que voy a cambiar de carrera… Me dijo: ¿Qué vas a hacer, arquitectura?… No exactamente… Voy a hacer Arte Dramático… ¿Pero de qué vas a comer? (Risas) Hoy por hoy está orgullosísimo", contó en una entrevista con 'El Patio de Butacas'.

Finlandia

Pasó un tiempo estudiando interpretación en Finlandia, en la Universidad de Tampere, "una ciudad con 200 y pico mil habitantes, que tiene veintitantas salas de teatro y todas funcionando a full". Y luego pasó por una travesía del desierto, como tantos actores, hasta encontrar un hueco en la televisión, el cine y sobre todo en el teatro, donde fue abriéndose un hueco.

Vive en las afueras de Madrid junto a su mujer y sus hijos. Les lleva al colegio como cualquier otro padre y cuando está en casa (que en tiempos de confinamiento es todo el tiempo), cocina él. En el mismo centro estudia la hija del cantautor Ismael Serrano y su mujer, Jimena, con los que mantienen cierta amistad. A sus 45 años el éxito le ha pillado con la cabeza bien amueblada. Entre otras cosas por la experiencia que vivió hace nueve años, cuando le comunicaron que tenía un tumor canceroso en una pierna.

Salió bien librado de aquello, pero desde entonces se cuida mucho, va al gimnasio. Sus vecinos están acostumbrados a verle corriendo por la calle. "Hoy por hoy puedo decir que prácticamente no hay nada que me preocupe de verdad, que me dé miedo", ha reconocido.

Con su mujer, además de los mellizos, comparte la productora de teatro 300 Pistolas. "Es el resultado de una idea que nació como un sueño... ¡Literal! ¡Blanca y yo estábamos viendo una obra de teatro clásico y nos estábamos quedando dormidos! ¿Por qué el teatro clásico ha de ser aburrido?", se pregunta Morte en la página web de la empresa. "El objetivo era recuperar los clásicos de una forma innovadora pero honesta, auténtica aunque sin artificios y llegando al espectador de una forma clara y directa, fresca y entretenida... ¡Cercana!".

Con ella ponen en pie espectáculos de teatro, pero también dan cursos de interpretación u ofrecen 'paquetes didácticos' a los colegios. Blanca Clemente, tres años más joven que él, prefiere mantenerse en un segundo plano y le apoya desde sus redes, pero no suele acompañarle a ningún sarao mediático. Prefiere quedarse con el Álvaro Morte 'real'.