La fiesta gay Tanga! contra Vox: Pedro Trapote, dueño de la discoteca, responde

El pasado 3 de marzo, como ocurre todos los primeros domingos de cada mes, estaba prevista la celebración en la discoteca Teatro Barceló de la fiesta Tanga!, destinada fundamentalmente al público LGTBI. Pero sus organizadores, con el empresario Ferrán Poca a la cabeza, decidieron anularla a última hora. ¿El motivo? En esa misma sala de fiestas se había celebrado el viernes un acto de Vox.

Dicho acto se denominó Cañas por España. La sala Teatro Barceló de Madrid acogió, en presencia de Santiago Abascal, a 700 personas de entre 18 y 30 años en el segundo aniversario de las juventudes de la formación. Dicho evento significó el nacimiento de un gran cruce de declaraciones que aún hoy sigue coleando en las redes sociales.

Según el comunicado publicado en Instagram por los titulares de la convocatoria Tanga! Party: “El acto de Vox en el Teatro Barceló es completamente incompatible con los valores y filosofía de nuestra fiesta. Que nuestro objetivo es celebrar una fiesta donde se respete la diversidad y la individualidad de cada uno y donde el público se encuentre a gusto y en libertad. Tenemos una responsabilidad con el colectivo LGTBI y no podemos mirar hacia otro lado ante ese tipo de actos cómplices con grupos de ultraderecha”. El comunicado continuaba pidiendo a la empresa de la sala: “No volver a trabajar con partidos o formaciones que atenten contra el colectivo y demostrar que lo respeta y que está comprometido con el mismo”.

Trapote: “Nuestros locales están abiertos a todos”

Vanitatis se ha puesto en contacto con el empresario Pedro Trapote, dueño de los locales Barceló y Joy Eslava, además de la famosa chocolatería San Ginés. Trapote está casado con Begoña García Vaquero y es un habitual de la fiestas de la alta sociedad.

El empresario ha mostrado su sorpresa ante la decisión de los organizadores de Tanga! Party de cambiar su fiesta a una sala contigua, llamada But, por el acto de Vox y ante la posibilidad de llevarse el evento definitivamente a otro lugar.

“Soy empresario y no entro en cuestiones políticas. Nuestros locales, como cualquier restaurante o lugar de ocio, están abiertos para quien los quiera alquilar. Se organizan fiestas de todo tipo, desde cumpleaños a puestas de largo o eventos de empresas. Una de esas fiestas fue la de Vox el viernes pasado. Era para gente de 18 a 30 años y no había sesión de discoteca igual que se hace en otras reuniones festivas. Lo que no se puede es incumplir contratos y decir ‘a estos no, a estos sí”, declara Trapote a Vanitatis.

Y añade: “Llevo más de cuarenta años gestionando salas de ocio y nunca me había pasado esto. Somos una empresa privada y espero que todo se solucione porque nunca he sido hombre de polémicas”.