Cantora: los cinco fenómenos 'poltergeist' más llamativos de la casa de Isabel Pantoja
El último que se ha viralizado ha sido la supuesta visita que le hizo Lady Di a la tonadillera. Pero en el hogar donde se criaron Chabelita y Kiko han pasado cosas muy raras
Cuando Paquirri compró Cantora en 1983, su idea era convertir ese campo en su paraíso familiar. Allí se hicieron los primeros reportajes del torero con Isabel Pantoja antes de casarse, los cumpleaños de los hijos, Francisco y Cayetano, los suyos propios, el bautizo de Kiko y todas las celebraciones importantes en la vida de Paquirri y Pantoja.
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Todo cambio cuando murió el torero. Cantora se cerró durante quince años hasta que la cantante decidió que ya era hora de disfrutar de este cortijo situado entre Medina Sidonia y Barbate. La joya de la Corona se convirtió en el reducto inexpugnable para Pantoja y los suyos. Volvieron las reuniones festivas, el piscineo, el gazpacho hecho por la dueña de la casa, las barbacoas y siempre el recuerdo de Paquirri por todas partes.
Esa presencia que intuyen los que han pasado por Cantora es la que ahora su hijo Kiko ha visibilizado a través de sus confesiones en 'GH Dúo', que se suman a otras experiencias especiales vividas por los miembros de la saga o por amistades que han dormido en la finca. Con sentido del humor o para quitar hierro al asunto, hay quien los denominaba 'poltergeist'. Algunos de ellos eran desconocidos y otros forman parte de las vivencias de la familia.
Lady Di en Cantora
Uno de los fenómenos mas sorprendentes fue, según relataba Kiko Rivera en el programa de Telecinco, la aparición del espectro de Lady Di la noche anterior a su accidente mortal en París. La princesa de Gales (o lo que fuera) quiso despedirse de Isabel, que fue siempre una de sus grandes admiradoras, tal y como relataba Kiko. El hijo contaba la experiencia con la misma normalidad que si hubiera llegado a la casa cualquier proveedor. Según su testimonio, Isabel Pantoja les dijo: “¡Poned la tele, rápido! ¡Corred! Sale en las noticias que ha muerto Lady Di. Ha venido a despedirse de mí porque yo la quiero”.
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El cuadro de Paquirri
Un retrato del torero vestido con el traje de torear es una de la referencias de la casa y al que festejan los invitados cuando llegan a Cantora. “¡Qué planta!”, ¡”Qué guapo!”, y “¡Qué pena que se fuera tan pronto!”, son algunas de las frases que se repiten siempre. Los habituales sabían que la imagen de Paquirri también formaba parte de las experiencias paranormales. Kiko Rivera fue el encargado de dar cuerpo a esa historia: “Mi hermana tendría 7 u 8 años y se reía sola en su cuarto. Cuando le preguntamos la razón nos dijo: 'El señor del cuadro, que me hace reír”.
Los marcos que se caen
En Cantora y por todos lados hay fotografías familiares. Muchas de Paquirri con su familia, con Kiko de bebé, en el bautizo, de cumpleaños y otras donde no aparece. Cuentan que, a veces, por un golpe de aire se vuelcan los marcos donde no está el torero.
Chabelita y las paredes
Cuando era pequeña, una de las distracciones de la niña era sentarse en el suelo y sonreír a la pared como si hubiera una imagen que los demás no veían.
Kiko Rivera cambia de color de ojos
Contaba el primogénito de la cantante cómo en su vida hubo un cambio radical cuando murió su padre. Y no solo por la gran tragedia que supuso la desaparición de Paquirri, sino porque a él también le afectó cuando aún era un bebé de siete meses: “Mi madre me contaba que yo tenía los ojos azules y que cuando pasó lo que pasó con mi padre se volvieron marrones”.
Cuando Paquirri compró Cantora en 1983, su idea era convertir ese campo en su paraíso familiar. Allí se hicieron los primeros reportajes del torero con Isabel Pantoja antes de casarse, los cumpleaños de los hijos, Francisco y Cayetano, los suyos propios, el bautizo de Kiko y todas las celebraciones importantes en la vida de Paquirri y Pantoja.