Sara Carbonero siempre se crece ante la adversidad
La periodista ha vuelto a demostrar que es una mujer fuerte. En los inicios de su relación con Iker Casillas recibió muchas críticas y todas las ha superado
Estas últimas semanas han sido muy complicadas para Iker Casillas y Sara Carbonero. Y esa misma dureza ha servido de ejemplo de cómo hay que gestionar determinadas situaciones cuando hay una imagen pública potente detrás. Primero fue Iker tras sufrir el infarto el que dio el ejemplo y ahora ha sido Sara la que desde el primer momento ha querido aclarar su situación. No tenía que hacerlo y lo hizo a través de su cuenta de Instagram.
Hay que imaginar ese momento en que toma la decisión. Su familia directa y amigos íntimos ya estaban al tanto, y aunque escucharlo de primera mano ya de por sí suponía una noticia difícil de procesar, más complicado sería aún cuando fuera público. Como comentaban en Telecinco, donde entró a trabajar después de un periplo por diversos medios deportivos como 'Marca', Cadena Ser o La Sexta, y por lo tanto con experiencia, Sara siempre se ha comportado como una mujer fuerte. Y recordaban cómo en su día algunos colegas no le perdonaban sus equivocaciones, que no eran diferentes a las de otros periodistas que hacían directos. Si se analizara con la misma lupa a los que la criticaban sería para echarse a llorar. Cumplía con su trabajo y hacía más que el resto porque a los otros nadie les puntuaba el físico.
No daba (ni da) munición al enemigo ni tan siquiera cuando desde la Asociación de la Prensa su presidente tuvo palabras absolutamente inaceptables en el Mundial de Sudáfrica. A Sara, junto con un equipo numeroso de Telecinco, la mandaron a cubrir la competición futbolera y en uno de los partidos su ubicación fue detrás de la portería del equipo español. Lo que desconocían los que la criticaron era que estaba ahí porque tenía que estar, al margen de ser novia de Casillas. Y nada tenía que ver Telecinco sino que su posición venía determinada con antelación. Con un poco de información la directiva de la asociación de todos los periodistas se habría enterado de cuál era el trabajo de la redactora televisiva. No hubo disculpas y Carbonero tampoco las pidió.
Recordando aquel episodio, resultaba difícil entender los ataques gratuitos dirigidos contra profesionales que han demostrado que lo son. Mucho más cuando esos comentarios tienen como referencia el envoltorio. En su caso parecía que tenía que pedir perdón al mundo por ser guapa. Y lo era y lo es además de haber tomado el toro por los cuernos contando públicamente que tenía cáncer de ovario.
Carbonero tuvo la suerte, como ella misma ha aclarado en muchas ocasiones, de elegir su conciliación familiar que “no todas las mujeres pueden”. Pidió una excedencia, se instaló en Oporto con Iker y sus niños y daba gracias a la vida “por ser tan afortunada y poder disfrutar a tiempo completo de mi familia. No echo de menos el día a día de una Redacción pero tampoco estoy de manos cruzadas”. Y así es, tiene su blog, su empresa Slow Love y participa como imagen de firmas comerciales que saben que la periodista es un valor seguro.
Su historia personal ha dado un vuelco. Una vez que a Iker Casillas le dieron el alta tras superar el infarto, Sara tiene por delante un camino que ya se ha encargado de explicar que “va a ser duro pero tendrá un final feliz”. Y como también escribía haciendo suyo el pensamiento del escritor japonés Haruki Murakami: “Cuando salgas de esa tormenta, no serás la misma persona que entró en ella. De eso se trata esta tormenta”.
Estas últimas semanas han sido muy complicadas para Iker Casillas y Sara Carbonero. Y esa misma dureza ha servido de ejemplo de cómo hay que gestionar determinadas situaciones cuando hay una imagen pública potente detrás. Primero fue Iker tras sufrir el infarto el que dio el ejemplo y ahora ha sido Sara la que desde el primer momento ha querido aclarar su situación. No tenía que hacerlo y lo hizo a través de su cuenta de Instagram.