Malú, Albert Rivera y los fines de semana que 'cocinaron' (y protegieron) su amor
Desde que empezó su relación, la cantante y el político se han entregado a sus tareas diarias de lunes a viernes. Pero cuando llega el viernes lo aparcan todo
Cantaba Marc Anthony: “Contigo todos los lunes parecen viernes. Con él te vas y conmigo siempre te vienes”. Pero los que cumplimos con la jornada laboral tipo de 40 horas sabemos que de lunes a jueves la vida transcurre sin grandes sobresaltos y cuando llega la recta final, las posibilidades se multiplican.
Malú y Albert Rivera no son una excepción. También ellos tienen agendas apretadas: una entregada a su música y el otro recién salido de una campaña electoral que le ha tenido viajando por toda España.
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Ahora que las aguas han vuelto a su cauce y que las elecciones han dado paso a los pactos y a una presencia menos intensa, Albert y Malú también han relajado su cerco de privacidad y se han dejado ver en espacios públicos donde podían ser retratados. De hecho, así ha sido: 'El programa de Ana Rosa' de Telecinco ha sido el primero en emitir unas imágenes donde se ve a la pareja por primera vez junta.
Atrás queda el secretismo de unas citas que el líder de Ciudadanos y la intérprete de 'No voy a cambiar' llevaban a cabo cuando colgaban el uniforme.
Por fin es viernes
Relataba la redactora del programa de Mediaset que acudió a unos grandes almacenes a las afueras de Madrid el pasado viernes 7 de mayo cuando realizó las imágenes que se han repetido hasta la saciedad. No en vano es la primera de ambos juntos, realizando algo tan normal como comprar cremas en una zona destinada a la cosmética. En las imágenes se les ve charlar cordialmente con las empleadas del establecimiento, probarse los ungüentos y compartir risas. Seguramente todo esto antes de comenzar su fin de semana “escondidos, solos tú y yo”, como cantaban Bisbal y Chenoa.
Antes de esa 'pillada' gráfica, Vanitatis se hacía eco de otra cita que la pareja mantenía aprovechando que la semana iba llegando a su fin. En este caso era una comida celebrada en el restaurante La Dorada de Pozuelo de Alarcón (Madrid) que tenía lugar el jueves 30 de mayo (bien dicen que los jueves son los nuevos viernes, o sea, los 'juernes'). En esta ocasión nuestro medio se hacía eco de esta cita (semi)secreta en la que Rivera abandonaba el local para dirigirse al parking y acercar el coche para recoger a Malú (no olvidemos que la cantante ha estado usando muletas desde que sufrió una rotura de ligamentos del tobillo derecho de la que fue operada).
El amor, de puertas adentro
Si todo esto forma parte de una estrategia de la pareja para sacar su relación a la luz pública es algo que iremos comprobando poco a poco y que ya adelantamos en Vanitatis a finales del mes de abril. Según había sabido esta publicación, los asesores de Rivera habrían recomendado que era mejor evitar la foto juntos hasta pasadas las elecciones y que posteriormente fuera saliendo de manera natural, intentando 'normalizar' un noviazgo que el político al fin había reconocido entonces aunque sin mencionar a Malú.
Durante este tiempo, y suponemos que seguirá siendo así hasta que se calme la tormenta, la pareja ha convertido el colosal chalet alquilado por la cantante en La Finca de Pozuelo en su 'búnker' particular. Una refugio de las dimensiones de su propio amor y las repercusiones mediáticas que están ocasionado. Todo en esta historia de amor es superlativo y su 'nidito' de amor no iba a ser menos: 14.000 m² de extensión, 2.709 metros cuadrados construidos, tres controles de seguridad para poder acceder a la comunidad... “Malú desembarcó en esta urbanización hace apenas una semanas. No hace ni un mes. Tenía prisa por alquilar algo, así que se decidió por la casa de los Cereceda, que se alquilaba o vendía ya amueblada, por lo que no había que estar decorando la vivienda o haciendo obra alguna. Se podía llegar con la maleta y listo”, comentaba entonces las fuentes de toda solvencia.
La artista posee una casa en La Florida, otra en Aravaca y una tercera en El Plantío, zonas situadas a las afueras de Madrid, pero ninguna de ellas protegida con las medidas de seguridad de las que puede presumir La Finca. Unas medidas que hasta ahora han servido para proteger la privacidad de una relación que empieza a derribar sus propios muros.
Cantaba Marc Anthony: “Contigo todos los lunes parecen viernes. Con él te vas y conmigo siempre te vienes”. Pero los que cumplimos con la jornada laboral tipo de 40 horas sabemos que de lunes a jueves la vida transcurre sin grandes sobresaltos y cuando llega la recta final, las posibilidades se multiplican.