Los dos delitos de la boda de Belén Esteban (y no hablamos de los vestidos)

Belén Esteban y Miguel Marcos, su pareja en los últimos cinco años, por fin se dieron el 'sí, quiero' este fin de semana. Pero su mediático enlace no ha estado exento de polémica porque, que sepamos, se han registrado dos delitos durante el evento, más allá de los que puedan haber atentado contra el buen gusto.

El primero de ellos ocurrió durante el enlace, cuyas imágenes estaban vendidas a la revista '¡Hola!', algo que no evitó que hubiera quien tratara de reventar la exclusiva por todos los medios: infiltrados con cámara oculta, camareros a los que no se les ha requisado el móvil, grúas, drones y hasta avionetas.

Los que han salido peor parados han sido dos paparazzi de la agencia de Diego Arrabal, que fueron detenidos por la Policía Nacional en el interior de la finca de Alcalá de Henares donde se celebró la boda. El propio periodista fue el que confirmó la noticia en directo en el programa 'Viva la vida', donde anunció que se emitirían las imágenes de Belén Esteban que había conseguido captar, pese que la novia trató de proteger la foto de los recién casados cubriéndose con una sábana blanca.

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Finalmente, se prevé que ni el vídeo ni las fotografías vean la luz hasta que se publiquen en la revista poseedora de la exclusiva, por temor a represalias judiciales al haber sido captadas en un recinto privado.

El segundo delito es más pintoresco: al día siguiente de contraer matrimonio, Belén descubrió que su teléfono móvil había sido hackeado al comprobar que le había desaparecido la aplicación de WhatsApp.

Minutos antes de que Belén confesara a su amiga María Patiño este hecho, la presentadora de 'Socialité' admitía que antes ella misma había recibido mensajes procedentes del número de su amiga. Víctor Sandoval y Antonio Rossi son otros de los amigos de Belén que también han recibido mensajes.

Para poner en preaviso a todos sus conocidos, la propia Belén Esteban ha hecho público el contratiempo en sus redes sociales. "Me han hackeado el WhatsApp, si alguien recibe un mensaje mío no soy yo", ha escrito en su cuenta de Instagram.

La colaboradora de 'Sálvame' acudió posteriormente a denunciar este delito de usurpación de identidad ante la Guardia Civil, que puede acarrear una pena de seis meses a tres años al responsable.