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Arturo Fernández, el hijo del mecánico que atesoró un buen patrimonio inmobiliario
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Arturo Fernández, el hijo del mecánico que atesoró un buen patrimonio inmobiliario

El intérprete asturiano mostró varias veces su casa de San Sebastián de los Reyes. Además, pasaba sus veranos en un chalé de la urbanización Guadalmina y tenía otras propiedades

Foto: Arturo Fernández, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Arturo Fernández, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Arturo Fernández era famoso cuando eso era una buena cosa. Su popularidad se labró a base de trabajo, películas, obras de teatro y carisma. La elegante percha de este asturiano llegó a los 90 años con la popularidad intacta y hoy, en la hora de su muerte, son muchos los españoles que reconocen su honestidad y esbozan esa media sonrisa a la que Fernández abonó a su público.

[LEA MÁS: Los dos grandes amores de Arturo Fernández (y un romance de cine)]

El actor desplegó sus encantos en el teatro, el cine y la televisión, donde tenía un público fidelísimo. Gracias a esto, ahora ha podido dejar a sus tres hijos un buen patrimonio inmobiliario, fruto de años de trabajo ininterrumpido (estuvo encima del escenario hasta hace pocos meses).

placeholder En 2018, Arturo Fernández celebró su cumpleaños sobre el escenario. (Getty)
En 2018, Arturo Fernández celebró su cumpleaños sobre el escenario. (Getty)

Los tres hijos de Arturo Fernández son fruto de su matrimonio con María Isabel Sensat, una señora de la mejor sociedad catalana cuya boda con el actor de moda del momento supuso un auténtico terremoto en su familia. "La pequeña población de San Vicente de Montalt, en el partido judicial de Mataró, ha vivido hoy un acontecimiento en el que la popularidad de un actor ha concentrado la atención de todos sus habitantes y de los fotógrafos, deseosos de plasmar en imágenes su boda con una señorita de distinguida familia barcelonesa".

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Así empieza la crónica de 'ABC' de aquel mes de marzo de 1967, cuando se celebró la boda. Fruto de su unión nacieron tres hijos, que hoy son tres adultos que, por cierto, no han encaminado sus vidas profesionales dentro del mundo de la interpretación. Isabel, la mayor, tiene una tienda muy conocida de decoración. María Dolores, Boby, empezó su carrera como periodista y reside en Sevilla junto a su marido, Manuel Balbuena. Arturo, el hijo varón, es abogado y vive en Ibiza.

Todas las fuentes coinciden en que Arturo y su actual pareja, Carmen (nunca quisieron casarse), mantenían una relación excelente con los hijos de él (ella reconoció en televisión que el único defecto que tenían los hijos de Arturo era que no eran suyos también). Una de las últimas imágenes que hay del intérprete asturiano antes de la caída que le retiró de los escenarios es precisamente paseando por Sevilla con sus hijos y su mujer.

placeholder Con Carmen Quesada, su pareja. (Cordon Press)
Con Carmen Quesada, su pareja. (Cordon Press)

No muy lejos de allí, en Málaga, se encuentra uno de los rincones preferidos de Arturo Fernández. El intérprete y su mujer eran habituales de los veranos de Marbella, donde encontraron su refugio dorado en un chalé de la exclusiva urbanización Guadalmina que adquirieron a finales de los años 90. La suya no es una de las mansiones más espectaculares de la zona. Tiene poco más de 200 metros construidos, eso sí, sobre una finca de 1.200 metros cuadrados.

Bastante más famosa es la residencia madrileña del matrimonio, que Arturo Fernández mostró sin problemas en varios programas de televisión (a Telemadrid y a Bertín Osborne, por ejemplo). Arturo y Carmen Quesada vivían en una urbanización de San Sebastián de los Reyes, en una finca verde de cerca de 2.000 metros cuadrados. La casa, remozada en los años 80, cuenta con todas las comodidades, incluida una piscina donde el intérprete presumía de meterse hasta en invierno.

placeholder El actor, en una gala periodística. (Getty)
El actor, en una gala periodística. (Getty)

A raíz de enseñarlo en televisión, se hizo famoso el armario ropero de su habitación, donde las camisas y los trajes aparecían perfectamente ordenados por colores, así como sus zapatos. No está mal para el hijo de un mecánico ajustador que tuvo que exiliarse a Francia por su relación con la CNT. El recuerdo de aquello aún le hacía llorar.

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Además de estas dos casas, Arturo tenía varias propiedades en Madrid, como un apartamento de menos de 50 metros cuadrados en pleno Chueca, plazas de aparcamiento o una oficina. También tenía una propiedad en Villaviciosa.

"Llegué a Madrid con 300 pesetas. Hay momentos que no sé de qué viví, en serio. Yo lo único que quería era ser alguien en la vida para que mi madre estuviera orgullosa de mí". Y vaya si lo hubiera estado. Su productora, Jandro Producciones, de la que era administrador único, registró unas ventas de 564.400 euros en 2018.

Arturo Fernández era famoso cuando eso era una buena cosa. Su popularidad se labró a base de trabajo, películas, obras de teatro y carisma. La elegante percha de este asturiano llegó a los 90 años con la popularidad intacta y hoy, en la hora de su muerte, son muchos los españoles que reconocen su honestidad y esbozan esa media sonrisa a la que Fernández abonó a su público.

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