Quién lo tiene más grande: los millonarios compiten en Ibiza con sus megayates

Ser multimillonario suele implicar competir. Competir por demostrar que se tiene mucho dinero, más que el millonario de al lado. La competencia se centra en los gastos: ropa, viajes, casas, coches y yates. Ah, los yates. Pasear estos días por Ibiza es darse cuenta del gran abismo que separa a los multimillonarios del resto de mortales. Porque los yates que navegan por las aguas pitiusas son de otro mundo. Como el de David Geffen, el Rising Sun, que lleva más de una semana de Mallorca a Ibiza sin parar, recibiendo en unas y otras aguas a las celebrities que por allí recalan. En su yatazo han estado desde el actor Orlando Bloom hasta la cantante Katy Perry y la filántropa Marie-Josée Kravis.

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Este magnate norteamericano, conocido por ser el productor de grandes series, películas y discos, es el propietario de uno de los barcos más grandes del mundo. Es increíble leer sobre sus características, demuestra que ese abismo que nos separa al común de los mortales, incluso a los ricos, de los magnates internacionales es insalvable.

Geffen tiene hasta una cancha de baloncesto en su yate, una embarcación de 138 metros de eslora, 82 habitaciones divididas en cinco pisos, todo en una superficie de 8.000 metros cuadrados. Hay cine privado, bodega y todos los lujos imaginables, claro. Al ver las fotografías de Geffen y sus invitados, uno puede llegar a pensar que están en la terraza de un super club náutico o algo por el estilo, pero no, es el megayate del magnate.

Otro conocido multimillonario que surca los mares rodeado de famosos estos días es Giorgio Armani, que a bordo del Main está estos días en Formentera. El Main es otro de los barcos más deseados del mundo, con un tamaño espectacular, lo que destaca en las pequeñas aguas de las Pitiusas. Con 65 metros de eslora, el yate tiene 14 cabinas para tripulantes y otras 14 para los invitados.

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Estos dos superyates tienen como vecinos estos días a otras lujosas embarcaciones como el A, diseñado por Philippe Starck, el velero más grande del mundo, una embarcación que destaca en pleno mar de Ibiza por su imagen espectacular. El propietario es Andrey Milnichenko. El barco, que mide 143 metros de eslora y tiene 56 cabinas, costó unos 500 millones de euros. No es mucho dinero si tenemos en cuenta que su propietario, uno de los hombres más ricos del mundo, tiene una fortuna personal estimada en 15.000 millones de euros.

Los multimillonarios rusos, oligarcas con riquezas nacidas a la sombra de Vladimir Putin, suelen escoger el Mediterráneo como base de sus vacaciones. Caso del Odessa II, de Len Blavatnik, un multimillonario ruso afincado en Londres (en el barrio de Kensington, sí), quien con sus 17.000 millones de euros de fortuna compró este yate de 63 metros de eslora. Le costó 100 millones.

Rusos millonarios

Otro de los megayates que está en Ibiza es el Ocean Victory, de Viktor Rashnikov, industrial ruso del acero que gastó 300 millones de euros en su barco. Con sus 140 metros de eslora, capacidad para 36 invitados, gimnasio, barbacoa y hasta beach club en su interior, este es otro de los yates más imponentes del mundo. ¿Se pensaba usted que era rico, verdad? Ya, es difícil seguir el ritmo de un multimillonario. Y debe ser estresante competir todo el día por saber quién la tiene más grande. La fortuna, claro.