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Blanca F. Ochoa, la mujer que aprendió a esquiar antes que a montar en bici y lloraba viendo 'Heidi'
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MUERE A LOS 56 AÑOS

Blanca F. Ochoa, la mujer que aprendió a esquiar antes que a montar en bici y lloraba viendo 'Heidi'

Contaba que cuando se emitió en TVE la serie 'Heidi', se sentía muy identificada cuando a la niña la alejaban de la montaña para vivir en la ciudad con Clara, la otra protagonista

Foto:  Blanca Fernández Ochoa en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Blanca Fernández Ochoa en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Blanca Fernández Ochoa aprendió a esquiar antes que a montar en bicicleta. No lo llevaba en los genes, pero sí existió una predisposición geográfica cuando sus padres se trasladaron de Madrid a Cercedilla. El padre trabajaba como gerente de la Escuela de Esquí en Navacerrada y la madre se encargaba de la cocina del local. La familia era un punto de referencia para todos los que subían a la sierra madrileña a esquiar. Siempre había un Fernández Ochoa por las pistas dispuesto a echar una competición amistosa.

De los ocho hijos que tuvo el matrimonio, dos eran chicas y Blanca era la pequeña. Los hermanos la mimaban lo justo cuando se trataba de subir a Navacerrada para esquiar. Y no valía el 'estoy cansada' o 'no tengo ganas'. Cuentan que fue Paco el que se percató de la fuerza innata que tenía para este deporte. “Lo que aprendí en los primeros años me lo enseño Paco”, decía cuando la preguntaban quién era la persona que más había influido en ella. “Y por supuesto crecer en Cercedilla, donde era imposible no subir a la montaña, aunque ahora para los niños es muy diferente a como lo hacíamos nosotros. A mí me soltaron en el Escaparate (una de las pistas) y me dijeron: “Y ahora baja y si no lo haces, ahí te quedas". Y claro que lo hice. A toda pastilla para demostrarle a Paco y al resto que era igual que ellos. Tendría diez años más o menos”.

placeholder Blanca Fernández Ochoa. (EFE)
Blanca Fernández Ochoa. (EFE)

Y ese arrojo le vino muy bien muchos años después cuando se convirtió en la primera mujer que ganó una medalla olímpica, pero también fue definitivo para que los padres tomaran la decisión de enviarla a un centro de alto rendimiento en el Valle de Arán. No tuvo opción. Con once años dejó su vida familiar, de amigos y de colegio en Cercedilla para vivir una nueva vida como deportista de élite. “Lo pasé mal, lloraba y me acordaba de mi casa”.

Contaba que cuando se emitió en TVE la serie 'Heidi', se sentía muy identificada cuando a la niña la alejaban de la montaña para vivir en la ciudad con Clara, la otra protagonista. En vacaciones volvía a su hogar y después otra vez al “exilio” para continuar con su entrenamiento de élite. Contaba que a la vuelta de Navidad había que recuperar el tiempo perdido y que esos primeros días tenía agujetas y bajaba las escaleras de espalda porque le dolían los gemelos de tanto entrenamiento.

Una de sus amigas, la actriz y presentadora Verónica Mengod, la recuerda como una “gran mujer, noble, que se esforzaba por hacerte la vida agradable y divertida cuando nos juntábamos. Ella y su hermana Lola eran muy gamberras”. Se conocieron a través del golf, otra actividad deportiva que le llegó por su hermano Paco, igual que el mus. “Hemos viajado juntas a torneos y siempre daba lo mejor. Recuerdo en uno de sus cumpleaños que lo celebramos jugando al golf. Blanca y Lola trajeron unas pelucas y había que vernos. Me queda su sonrisa y el buen rollo que comunicaba”.

placeholder La esquiadora. (EFE)
La esquiadora. (EFE)

Fernando Romay fue amigo y compañero de programa de televisión y le cuesta hablar en pasado cuando se refiere a Blanca. “Los Ochoa son una raza de campeones y cuando supe de su desaparición pensé que era voluntaria y que sabríamos de ella al cabo de los días. Lo que no me esperaba era este desenlace”.

Grabaron juntos 'Hace falta valor', un programa en Canal Sur en el que debían torear. “Yo iba muy tranquilo porque estaba convencido de que iba a ganar. Y no fue así. Ella no competía, salía a ganar igual que lo hacía en las pistas cuando esquiaba. Es una mujer empática y simpática con unos valores de vida importantes. La muerte de su hermano Paco le afectó mucho, igual que a todos los que le conocimos”, explica Fernando Romay, que recuerda como Blanca se afeitó la cabeza cuando el medallista olímpico comenzó con la quimioterapia.

El destino ha marcado la misma fecha para los dos grandes deportistas. Blanca y Paco han muerto a los 56 años. Descansen en paz.

Blanca Fernández Ochoa aprendió a esquiar antes que a montar en bicicleta. No lo llevaba en los genes, pero sí existió una predisposición geográfica cuando sus padres se trasladaron de Madrid a Cercedilla. El padre trabajaba como gerente de la Escuela de Esquí en Navacerrada y la madre se encargaba de la cocina del local. La familia era un punto de referencia para todos los que subían a la sierra madrileña a esquiar. Siempre había un Fernández Ochoa por las pistas dispuesto a echar una competición amistosa.

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