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De Mar Flores a la infanta Elena: lo peor y lo mejor que Cayetano ha escrito de sus parejas
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De Mar Flores a la infanta Elena: lo peor y lo mejor que Cayetano ha escrito de sus parejas

El hijo de la duquesa de Alba escribe unas memorias en las que opina de todo y de todos. Habla sin tapujos de las mujeres que han marcado su vida y carga contra una: Mar Flores

Foto: Cayetano Martínez de Irujo, junto a Mar Flores. (Getty)
Cayetano Martínez de Irujo, junto a Mar Flores. (Getty)

Cayetano Martínez de Irujo es crítico con su entorno, pero también lo es consigo mismo. Se define como una persona emocionalmente inestable e incapaz de comprometerse. Lo cuenta todo sin tapujos, se ha dicho ya estos días, en sus polémicas memorias: 'De Cayetana a Cayetano', editadas con buen ojo por La Esfera. Ese frágil estado mental en el que ha vivido casi toda su existencia le pasó factura cuando supo que iba a ser padre: sufrió una gran crisis. Acaso una de las más grandes de su vida.

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Lo cuenta en esa autobiografía, donde hay espacio para las mujeres de su vida. No todas, eso supondría un libro aparte, porque como hemos dicho, no se compromete y sus noviazgos terminan después de turbulentas relaciones. Ni siquiera con la mujer de su vida, Genoveva Casanova, la única con quien se ha casado y la madre de sus hijos, ha sabido mantener una relación responsable. "No podía ofecerle lo que ella necesitaba -escribe-, no me pedía un anillo de boda, pero sí una relación formal, algo imposible para mí en ese momento de mi vida".

Mar Flores

El mejor refugio de Cayetano es África, una cabaña a dos horas de Mombasa, en la costa keniana, a donde ha ido a esconderse en los peores momentos de su vida. "Llegué hasta allí huyendo del acoso que vivía en España por parte de un sector de la prensa", recuerda. Y aprovecha el momento para lanzar un dardo sobre la que era entonces su novia, Mar Flores: "Entonces mantenía una relación con una persona bastante popular y, soprendentemente, los fotógrafos llegaban antes que nosotros a cualquier lugar al que nos desplazásemos. Vivía una situación asfixiante".

Habla de Mar Flores pero intenta no nombrarla. Todo son reproches, arrepentimientos. Incluso cuando habla de otros asuntos aparece su figura para enturbiarlo todo. Cuando habla de Eugenia, por ejemplo, recuerda: “Si tuviese que destacar un momento de nuestra relación, fue cuando me pidió con enorme cariño que la llevase al altar. Nunca se lo agradeceré bastante. De ese momento, solo me arrepiento de haberla obligado a que invitase a mi novia de entonces”.

Para Cayetano, Flores fue “la horma de mi zapato en el peor de los sentidos. Yo, que pensaba que todas las mujeres estaban a mi disposición, saboreé mi propia medicina: era una mujer maquiavélica y fría, de doble personalidad”.

Genoveva Casanova

placeholder Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova, en una imagen de archivo. (Getty)
Cayetano Martínez de Irujo y Genoveva Casanova, en una imagen de archivo. (Getty)

Todo lo contrario de Mar Flores es Genoveva Casanova. Hija de una amiga de Cayetano, amazona como él, Genoveva llamó la atención del conde de Salvatierra desde el primer momento: "Me crucé con una chica rubia, la saludé, le sonreí y me caí de la bicicleta a una zanja”. Iniciaron una relación que se truncó cuando ella quedó embarazada y decidió seguir adelante. “Se me cayó el mundo encima”, recuerda Cayetano, quien aceptó finalmente la decisión de la mexicana. Fue tras una sentencia de ella: "Te oigo llorar todas las noches, no creo que tus hijos quieran ser lo peor que te ha pasado". Nunca logró aposentarse como marido, pero sí lo ha hecho como padre.

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“Genoveva, lógicamente, quería un marido de verdad: que la quisiera, que la arropara, que no se ausentase todo el tiempo y, sobre todo, que no se fuera con otras. Yo ni siquiera lo sabía ocultar, era evidente. Los dos años de matrimonio fueron duros para ella. A pesar de que a partir de la boda me sentía más comprometido que antes, y estaba haciendo el esfuerzo de mi vida, no lograba comportarme como un marido al uso. Debo decir que Genoveva hizo el máximo, no puedo reprocharle nada. Creo que ella se había resignado en algún momento. Le he perdido perdón muchas veces”.

La infanta Elena

placeholder Cayetano Martínez de Irujo saluda a la infanta Elena. (Reiters)
Cayetano Martínez de Irujo saluda a la infanta Elena. (Reiters)

La relación sentimental entre Cayetano y la infanta Elena ha sido una de las grandes sorpresas del libro de memorias 'De Cayetana a Cayetano' (La Esfera). "Un buen día, una persona cercana a la familia me citó en su despacho para convencerme de que tenía que acercarme a la infanta Elena”, recuerda el conde de Salvatierra, que ha escrito un libro lleno de bombazos. “Por puro patriotismo y responsabilidad histórica. Eran los años en los que el príncipe aún no mostraba intención de formar un familia”.

"Según me hicieron ver, la infanta necesitaba a su lado una persona con conciencia del significado de una dinastía y de la importancia para España de la Casa Real".

"La relación duró tres meses. Era un mal momento en mi vida. Yo buscaba la normalidad. [...] Entendí que no podía continuar. No estaba preparado para mantener una relación seria con una mujer, ni con la infanta de España ni con ninguna otra".

Bárbara Mirjan, su actual pareja

placeholder Cayetano Martínez de Irujo, junto a su novia Bárbara Mirjan. (EFE)
Cayetano Martínez de Irujo, junto a su novia Bárbara Mirjan. (EFE)

Hace ya tres años que Cayetano mantiene una relación con Bárbara Mirjan, una chica 20 años menor que él, pero quien parece aportarle la estabilidad que tanto necesita. Hija de un libanés y una española, estudiante en la prestigiosa universidad londinense King's College, Mirjan es ahora su inseparable compañera. "Mi relación con Bárbara es magnífica. Nos reímos mucho juntos. Saca lo mejor de mí. Si nos hubiéramos conocido tiempo atrás no hubiéramos durado, habría sido otra mujer perdida en mi vida".

Ese equilibrio es lo que ha hecho que Cayetano se aposente. "Ahora es cuando puedo mantener una relación equilibrada. Cada día evoluciono algo más en ese camino, no salgo huyendo despavorido ni me produce angustia estar juntos". Y hasta entra en detalles de sus vidas cotidianas, íntimas: "A Bárbara no se le caen los anillos por arreglar la casa o ir a la compra o conseguir un billete de avión. Me ha ido ganando día a día".

Cayetano Martínez de Irujo es crítico con su entorno, pero también lo es consigo mismo. Se define como una persona emocionalmente inestable e incapaz de comprometerse. Lo cuenta todo sin tapujos, se ha dicho ya estos días, en sus polémicas memorias: 'De Cayetana a Cayetano', editadas con buen ojo por La Esfera. Ese frágil estado mental en el que ha vivido casi toda su existencia le pasó factura cuando supo que iba a ser padre: sufrió una gran crisis. Acaso una de las más grandes de su vida.

Infanta Elena