Los apuros económicos de María Teresa Campos que retrasan su mudanza
Su elevado nivel de vida y su falta de trabajo han obligado a la presentadora a dejar de pagar la renta de la casa a la que planeaba irse a vivir con Edmundo Arrocet
No lucen bien las cosas para María Teresa Campos. Problemas de salud, rumores de distanciamiento con su pareja Edmundo Arrocet... y también pintan bastos para ella en el terreno de lo laboral y el económico, que por desgracia suelen ir de la mano.
Según publica en exclusiva la revista 'Lecturas', el último revés para la presentadora ha sido el verse obligada a bajar el precio de la (eterna) venta de su mansión y dejar de pagar el alquiler de la casa a la que planeaba ir a vivir con Bigote.
Sin trabajo a la vista ni ofertas en firme para volver a la televisión, la Campos estaba desembolsando 4.700 euros al mes por la renta mensual de una casa de 400 m2 en Aravaca en la que nunca ha llegado a vivir. En total, unos 25.000 euros que han sido la gota que ha colmado el vaso.
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Otra decisión radical respecto a su futuro financiero ha sido rebajar sustancialmente el precio de su chalé en Las Rozas que tiene a la venta desde hace meses. Aunque pedía inicialmente 4,3 millones de euros, según publica la revista estaría dispuesta a negociar a la baja para encontrar por fin comprador, como ya hizo con la venta de un dúplex que le había costado 1.350.000 euros, más 300.000 en reformas, y que acabó vendiendo por tan solo 1.300.000 euros.
Aunque hace unos meses asistíamos a la subasta de varios de los muebles de su mansión y también se ha publicado que procura prescindir de su chófer todo lo posible para ahorrar, su elevado nivel de vida y los 8.000 euros de mantenimiento mensual que le cuesta su mansión provocan que se haya visto obligada a tomar estas drásticas decisiones.
No lucen bien las cosas para María Teresa Campos. Problemas de salud, rumores de distanciamiento con su pareja Edmundo Arrocet... y también pintan bastos para ella en el terreno de lo laboral y el económico, que por desgracia suelen ir de la mano.