Carlos Franganillo, de baja por el covid: un periodista trotamundos adicto al trabajo

Desde el pasado 15 de enero, los espectadores del Telediario 2 de TVE echan de menos la presencia de su conductor habitual, que finalmente en los micrófonos de la Cadena Ser ha confesado la causa de ausencia. Carlos Franganillo le confesaba a Àngels Barceló que él y su familia habían dado positivo por coronavirus y se encuentran en casa guardando cuarentena.

"He tenido la suerte de que han sido síntomas muy leves", aseguraba el periodista asturiano. "Hemos caído toda la familia, nos hemos tenido que encerrar, pero estamos a punto de ser libres otra vez". Franganillo reconocía durante la entrevista no haber desconectado porque es un "adicto a la información", a la vez que manifestaba estar "un poco saturado de darle vueltas al mismo tema una y otra vez".

“He conocido muchos expatriados que llegan a Moscú con su familia. En muchos casos la experiencia es buena. En otros no. Supongo que depende de la capacidad de adaptación del resto de la familia y de su voluntad de conocer un nuevo entorno”. Así hablaba de la ciudad de Moscú el ganador del Premio Ondas antes de ser padre. Se fue a Rusia en 2011 con su mujer, Ana Ortega, y allí tuvo a su primer hijo. Fue algo natural, como él ha contado algunas veces, pero la capital rusa no es lugar para vivir mucho tiempo, como también ha dicho.

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N. Costas

Al frente del telediario vespertino de La 1 desde hace algún tiempo, el periodista dice que lo que realmente le gusta es pisar la calle, acaso por eso sale siempre que puede a informar en directo de lo que sucede, algo que le ha granjeado numerosas alabanzas. También premios. De hecho, obtuvo el Premio APM a mejor periodista de 2019. Según el fallo, fue galardonado por “la transformación que ha realizado en el Telediario 2, que pone de relieve la capacidad de innovación en un informativo en una televisión pública, con la dificultad que ello supone”.

Hace ya unos años, de la corresponsalía de Moscú se fue a Washington DC, donde sustituyó a Lorenzo Milá. Y donde, además, tuvo a su segundo hijo. Ahora ha vuelto a Madrid, donde conoció a su mujer, que entonces se dedicaba a la banca. Se casaron en 2011, poco antes de mudarse a Moscú, y se fueron de luna de miel a Tailandia, según informó 'LOC' en su momento.

No le gustan los despachos

Nacido en Oviedo en 1980, el periodista tiene hasta club de fans. Su cobertura de la DANA sorprendió a muchos al ver al busto parlante del telediario en el lugar de la noticia, algo que no se estila tanto por estos lares. Es lo que a él le va y lo que hizo en su etapa en Moscú. Por eso, el cambio a Washington le gustó, pero le dio cierta pena, es trabajo de despacho.

Irse a la capital americana, no obstante, le ayudó en su nueva etapa como padre, según dijo: “El cambio no ha sido fácil y muchas veces echo de menos la etapa anterior, pero la nueva etapa es apasionante y hay otros componentes, familiares y personales, que también salen ganando”.

Su cara y estilo serio e informativo comenzaron a destacar en 2010, cuando cubrió la crisis de los mineros en Chile. Después pudimos verlo en el desastre de Fukushima, cuando comenzó a convertirse en un referente. De aquellas coberturas surgió su oportunidad en Moscú, de la que destacan sus reportajes desde Ucrania; y después su puesto en Washington DC, donde aprendió a moverse con la información más oficial.

"Lejos de la familia"

“Poder hacer periodismo internacional, no desde una redacción sino desde los lugares donde ocurren cosas es casi una excepción en estos tiempos -dijo cuando se mudó a EEUU-. Quejarme de algo sería muy injusto. La principal pega es estar lejos de la familia y amigos, y perderte muchas cosas importantes”.

Su carrera periodística empezó en ‘La Nueva España’ de Oviedo y en 2008 pasó a formar parte de la plantilla de TVE tras pasar unas oposiciones. Cuando fue nombrado nuevo rostro del Telediario 2, las redes se alegraron por la llegada de su bello y elegante porte. Él, mientras, siempre discreto, solo dijo que llegaba “con mucha ilusión, dando pasos sólidos y con nuevos estilos narrativos”.