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Casa de Alba: un nuevo divorcio (empresarial) entre hermanos y un 'pelotazo'
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Casa de Alba: un nuevo divorcio (empresarial) entre hermanos y un 'pelotazo'

Alfonso Martínez de Irujo abandona Euroexplotaciones Agrarias, una de las empresas insigne de los Alba, tras un desencuentro sobre los beneficios. La compañía ha dado un subidón

Foto: Los hermanos Fitz-James Stuart.(Getty)
Los hermanos Fitz-James Stuart.(Getty)

Para que pueda haber un héroe, tiene que existir un supervillano a la altura. En el relato de ficción que se ha construido en torno a la Casa de Alba, luchan por ocupar esos dos puestos el duque de Alba y Cayetano Martínez de Irujo. A ratos pareciera que uno es el bueno, a ratos el otro. Sin embargo, en la realidad de una familia que maneja millones en activos y un patrimonio histórico considerable, las batallas son más soterradas, menos sanguíneas. Al final, los hermanos son socios también en el terreno profesional y, como en cualquier trabajo, no siempre están de acuerdo en el rumbo de las cosas.

Todos tienen claro, además, que el jefe de esa macroempresa que son los Alba es Carlos Fitz-James, el duque. Suyo ha sido el empeño de poner a disposición del público ese patrimonio que hasta la fecha tan celosamente guardaban abriendo los principales palacios de la familia. Y suyo también el nuevo impulso que se nota en las empresas del clan. La mejor muestra, Euroexplotaciones Agrarias SA.

Esta empresa gestiona varias fincas y terrenos en Córdoba dedicados a la producción agrícola y ganadera (cultiva cereales y cuenta con más de 55.000 cabezas de ganado). Es una de las empresas del sector que más subvenciones recibe, tanto de Europa como del Ministerio de Agricultura y de la Junta de Andalucía. En concreto, el año pasado percibió casi 980.000 euros en este concepto.

placeholder Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar, conversa con el duque de Alba. (Getty)
Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar, conversa con el duque de Alba. (Getty)

La familia controla a través de esta entidad miles de hectáreas que ha ido heredando de sus antepasados y que hoy se han convertido en un negocio bastante más rentable que en el pasado. En concreto, según la memoria del ejercicio 2018 que acaban de presentar, los resultados el año pasado ascendieron a 4.610.851 euros, frente a los 364.513 euros del año anterior. El aumento de la rentabilidad financiera se ha elevado más de un 900% en un año, un auténtico pelotazo.

Tensiones en la junta

¿La explicación? La decisión del duque y su equipo de vender uno de los terrenos vinculados a Euroexplotaciones Agrarias, lo que les ha reportado más de cuatro millones de euros. Un dinero que han decidido revertir en el propio beneficio de la empresa. Así lo decidieron en una junta de accionistas celebrada a mediados de junio en el Palacio de Liria que no estuvo exenta de algunas tensiones.

En la reunión estaban todos los accionistas. A saber: el duque de Alba (que posee un 84% de las acciones), Alfonso Martínez de Irujo (2,89), Jacobo Martínez de Irujo (2,89), Eugenia Martínez de Irujo (2,45), Cayetano Martínez de Irujo (1,12) y Fernando Martínez de Irujo en su calidad de secretario. Tras aprobarse las cuentas anuales sin objeción, se procedió a votar la propuesta de reparto de los fabulosos resultados de la empresa.

placeholder De izquierda a derecha, Cristina de Borbón, Alfonso Diez, Carlos Fitz-James, Eugenia Martínez de Irujo, Jacobo Siruela, Inka Martí y Cayetano Martínez de Irujo. (Getty)
De izquierda a derecha, Cristina de Borbón, Alfonso Diez, Carlos Fitz-James, Eugenia Martínez de Irujo, Jacobo Siruela, Inka Martí y Cayetano Martínez de Irujo. (Getty)

"Se aprueba la aplicación de resultados propuesta por el señor presidente [el duque de Alba] que consiste en no repartir dividendos y en aplicar a la cuenta de reservas voluntarias todo el resultado de la compañía que asciende a 4.610.850 euros", avanza la Memoria. "La aprobación es con el voto en contra de Don Alfonso Martínez de Irujo Fitz-James Stuart, que representa 658 acciones, equivalentes a un 2,89% del capital social, y de Don Jacobo Fitz-James Stuart Martínez de Irujo, que representa 658 acciones, equivalentes a un 2,89% del capital social".

placeholder Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar. (Getty)
Alfonso Martínez de Irujo, duque de Híjar. (Getty)

En román paladino, Jacobo y Alfonso no querían que los beneficios derivados de la venta de ese terreno redundaran por completo en la empresa familiar, pero su escaso poder accionarial les otorgaba nulo poder de maniobra (aparte del derecho al pataleo). Por ello, a pesar de votar los dos hermanos en contra, se acató la decisión del duque. En una familia tan herida de desavenencias como los Alba, esto no podía sino dejar una huella.

Alfonso abandonó la empresa familiar en la misma junta de accionistas. Vendió sus 1.316 acciones a la propia empresa, mediante una amortización de acciones por el ejercicio de separación de socios. Le pagaron 252.672 euros, tal y como apareció reflejado posteriormente en el Boletín Oficial del Estado. Un adiós, meditado o no, a una de las empresas familiares con más solera de los Alba.

Se trata, eso sí, de una despedida sin estridencias, al estilo del duque de Híjar, uno de los hermanos más discretos del clan y también uno de los más peculiares. No solo por sus amplios conocimientos financieros y empresariales, que desarrolló en la Banca Morgan, en París; en el Banco Saudí o en el Instituto de Empresa. También por su desconocida faceta como músico. Dicen que Alfonso es uno de los mejores guitarristas clásicos del país, aunque esto quizá merecería un artículo aparte.

Volviendo al frío terreno de los números, hoy, además del duque de Alba y sus hijos Carlos y Fernando, en el órgano de administración de Euroexplotaciones Agrarias solo queda ya Fernando Martínez de Irujo, consejero y secretario. Los otros hermanos han ido desapareciendo paulatinamente, al compás de las vicisitudes vitales de la familia.

Para que pueda haber un héroe, tiene que existir un supervillano a la altura. En el relato de ficción que se ha construido en torno a la Casa de Alba, luchan por ocupar esos dos puestos el duque de Alba y Cayetano Martínez de Irujo. A ratos pareciera que uno es el bueno, a ratos el otro. Sin embargo, en la realidad de una familia que maneja millones en activos y un patrimonio histórico considerable, las batallas son más soterradas, menos sanguíneas. Al final, los hermanos son socios también en el terreno profesional y, como en cualquier trabajo, no siempre están de acuerdo en el rumbo de las cosas.