Los negocios de Pablo Alborán: locales, pisos y una empresa millonaria
El cantante malagueño, que el pasado mes de mayo cumplió 30 años, tiene una carrera musical exitosa y otra empresarial muy suculenta
Pablo Alborán se ha criado artísticamente a ojos del público, que empezó a saber de este cantautor malagueño cuando era apenas un chaval que apostaba por sí mismo colgando sus canciones en YouTube. Su sensibilidad conectó masivamente con la gente y Alborán fue eyectado a la popularidad nacional a la velocidad de una bomba nuclear. El impacto fue fuerte y tuvo que parar un tiempo, pero ahora, con más poso, más mayor, es un artista asentado con una carrera imparable.
Pablo ha estrenado este miércoles, 6 de noviembre, su nuevo videoclip junto a la artista internacional Ava Max. El artista ha convocado a sus fans a través de sus redes para que acudan a la madrileña plaza de Callao para verlo en primicia. Después toca pasarse por el programa de Pablo Motos, 'El Hormiguero'.
Discos de platino y entorno familiar
Esa inteligencia a la hora de llevar su carrera la ha trasladado al terreno de los negocios. Desde que en el año 2010 Alborán lanzara el archiconocido 'Solamente tú', el cantante no ha hecho más que ganar premios y reconocimientos. Sus galones son los de un cantante que hubiera tenido éxito en los años 80 o 90: ha vendido millones de discos (sobre todo de los tres primeros), acumula más de 30 discos de platino y hasta un Goya por el tema que compuso para 'Palmeras en la nieve'.
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Él siempre presume de que, cuando se marea, tiene un entorno familiar sólido al que aferrarse. Pablo Alborán viene de una familia muy conocida en Málaga. Su padre es el prestigioso arquitecto Salvador Moreno Peralta, nieto del primer marqués de Alborán e imprescindible para entender la transformación arquitectónica de parte de la ciudad. Últimamente, también ha sido responsable de devolver a los peatones parte del centro de Torremolinos. Además, Alborán tiene dos hermanos que también triunfan en sus respectivas profesiones.
Pablo tiene la cabeza bien amueblada, al menos a juzgar por los datos económicos de que disponemos. El cantautor malagueño no ha tirado el dinero que ha ganado en estos años, lo ha invertido en bienes inmuebles en Madrid y Málaga. Parte están a su nombre y parte están gestionados desde la sociedad Sirona Investments, de la que Pablo es administrador único y accionista mayoritario.
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Alborán constituyó esta empresa, dedicada al alquiler de bienes inmobiliarios por cuenta propia, en el año 2014. Desde su fundación no ha hecho más que ganar dinero. Según los datos de 2017, los últimos de los que dispone el Registro Mercantil, la entidad tiene un activo de 7.674.505 euros y en el último ejercicio declaró unas ganancias cercanas a los 400.000 euros.
Locales para alquilar
Pablo Alborán ha decidido rentabilizar sus ganancias en la música comprando locales comerciales en las mejores calles de Madrid y Málaga, locales que luego alquila. En Málaga, Sirona Investments (y por lo tanto, Pablo) es propietaria de un local en la calle de La Bolsa (Málaga) y otro en el Edificio Calafate. En Madrid cuenta con otros dos locales. Uno de 190 metros cuadrados entre Diego de León y Velázquez, y otro en la calle Ortega y Gasset. Todos ellos se han adquirido mediante hipotecas (en algunos casos millonarias), por lo que la factura mensual de Alborán debe ser de infarto.
Pablo Alborán se crió en El Limonar, uno de los barrios más exclusivos de la capital de la Costa del Sol, y no ha querido abandonar esa zona a la hora de independizarse. En el año 2012 adquirió un piso no muy grande con plaza de garaje y trastero en la mejor zona del barrio. Un refugio para cuando puede parar su vida profesional y volver al mar, a ver a sus amigos del Liceo Francés, donde estudió, y a recuperar al antiguo Pablo.
En Madrid también tiene un piso en propiedad, en una gran avenida fuera del jaleo del centro del que no daremos más datos para preservar su intimidad. El piso cuenta con una gran terraza desde donde Alborán puede centrarse en componer.
Como ven, el cantautor tiene sensibilidad para la música... y mente para los negocios.
