El hijo de Camilo Sesto, su albacea y Alcoy: los problemas crecen

La vida tiene estas ironías... Camilo Sesto, que falleció el pasado 8 de septiembre, no podía imaginarse que su figura iba a suscitar un interés tan inusitado a partir de entonces. El mismo protagonismo que se le escamoteó en los últimos años de su vida. Eso sí, por decisión propia: el intérprete estaba apartado del mundanal ruido en su chalet de Torrelodones. Salvo en ocasiones puntuales, como el lanzamiento de su disco 'Sinfónico' o para recibir el reconocimiento en su Alcoy natal como hijo predilecto, había optado por una retirada de facto. Por este motivo, entre otros, todo lo que le rodeaba está siendo sometido ahora a un exhaustivo escrutinio.

Su único hijo, Camilo Blanes Ornelas, ha establecido como cuartel general ese chalet repleto de recuerdos que se ha convertido ahora en el epicentro de la discordia. No por la propiedad en sí misma, que es indiscutiblemente suya, porque es su heredero universal como estipuló su padre en un inequívoco testamento, sino los objetos que se encuentran en ella. Muchísimos recuerdos, algunos con valor material y otros simplemente sentimental, susceptibles de formar parte del museo que la ciudad de Alcoy proyecta abrir posiblemente en 2021, porque nadie en el consistorio se atreve a dar una fecha tentativa, ya que el proyecto se encuentra en una fase muy preliminar. Y a tenor de los acontecimientos podría retrasarse aún más.

No se ha puesto aún la primera piedra, metafóricamente hablando, porque en realidad se utilizará para albergarlo alguno de los edificios de los que es propietario el ayuntamiento alicantino, y ya han surgido numerosos obstáculos en el camino. Quizás lo que mejor ejemplifique en qué punto se encuentran las cosas se resuma en esta contundente frase del abogado del hijo de Camilo Sesto: "Es algo que estamos gestionando con el ayuntamiento, así que no tenemos nada que comunicar".

Contesta amablemente nuestra llamada, pero declina hacer más comentarios sobre lo que se está publicando en estos días: el hijo de Camilo Sesto no habría entregado al ayuntamiento los objetos que esperaban que formasen parte de los fondos para el proyectado museo y que tanto ansiaba el propio intérprete de 'Algo de mí'. Tanto era así que había dejado dispuesto en su testamento que Cristóbal Hueto, uno de sus hombres de confianza, fuera el albacea y le daba la potestad de, además de velar por que se entregaran los enseres ya inventariados, eligiera entre las pertenencias del artista aquellas que a su juicio servirían para los fines del mismo.

Hace varias semanas, él mismo nos confirmaba que habían hecho la primera inspección ocular en el chalet de Torrelodones para comenzar ese trabajo, aunque con una sola visita no iba a resultar suficiente. Ahora, las cosas, lejos de haber evolucionado, parecen haberse encallado y dificultan la puesta en marcha de la iniciativa, que requerirá también de la contratación de un experto en museística para realizar el diseño del proyecto y cómo organizar la colección.

"Solamente nos han dado los premios, pero no otros objetos que serían fundamentales para el museo", nos dice Hueto, quien no quiere tampoco entrar en demasiados pormenores. Ya en otro contacto previo nos decía que "estoy deseando que todo termine", en alusión al homenaje que recibió Camilo en Alcoy y al posterior depósito de sus cenizas en el cementerio de la localidad alicantina, que también se retrasó porque su hijo tardó un mes en recogerlas en el tanatorio de San Isidro de Madrid, al parecer, por unas cuestiones burocráticas. "Ha obedecido a la necesidad de contar con la autorización de terceras personas", decía su equipo legal en un comunicado.

Posible batalla judicial

El deseo de Hueto -que todo termine- parece lejos de cumplirse. El abogado de Camilo Blanes, cuando le preguntamos por el albacea e insistimos si hay algún contacto con él, nos repite: "Nosotros estamos tratando este asunto con el ayuntamiento". Unas conversaciones, por cierto, que podrían evitar que el asunto acabara en los tribunales.

En el entorno del hijo del artista nos señalan, sin precisarnos más, que la discrepancia podría estribar en que lo inventariado para el museo hace referencia a "premios y reconocimientos" y no, por ejemplo, a los elementos de vestuario de 'Jesucristo Superstar' o a cuadros pintados por el artista, que son los que Huete se sentiría legitimado para añadir por haberse dispuesto así, al parecer, en el testamento bajo el epígrafe de 'objetos personales'.

El momento parece tan delicado que lo más sensato es recurrir al tan manido "lo mejor es esperar los acontecimientos". Por ahora, nuestras fuentes en el ayuntamiento de Alcoy, que en ocasiones anteriores habían mostrado una excelente disposición a contarnos cómo iba todo el proyecto y los pasos que iban a dar, han decidido guardar silencio.

Otra arista que ha surgido en estos días es que se ha publicado que faltarían de casa de Camilo algunas joyas, como las alianzas de sus padres, a lo que Cristóbal Huete, responde, entre contundente e irónico: "No sé nada de esas joyas. También se habló de maletines de dinero que habrían desaparecido".

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Mientras tanto, hay un enorme hermetismo en el entorno de Camilín, que es así como se conoce popularmente al hijo del cantante, incluso en las personas involucradas en el lanzamiento de su disco. Vanitatis ha sido el primer medio español en entrevistar a Adrián Reyes, productor del disco de Camilo Blanes, que lanzará Universal México, quien también nos decía que no podía desvelar nada del contenido, que ya lleva meses grabado, ni nada personal sobre el artista.

El protagonista, Camilo Blanes, sigue en silencio y todos sus asuntos están en manos de su representante y su equipo legal.