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La curiosa historia del 'no negocio' de Pepa Flores (Marisol) en Málaga
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una pizzería llamada trastevere

La curiosa historia del 'no negocio' de Pepa Flores (Marisol) en Málaga

En el local malagueño se siguen recibiendo flores y docenas de cartas dirigidas a la estrella, que vive cerca del mismo

Foto: Marisol, retratada por César Lucas. (Cordon Press)
Marisol, retratada por César Lucas. (Cordon Press)

En 1978, Marisol ya no era Marisol. Ya se había convertido en Pepa Flores. Y en aquel año, en plena Transición, estrenaba 'Los días del pasado', en la que trabajó a las órdenes de Mario Camus. Casi al mismo tiempo, en su Málaga natal, un miembro de la familia Stecchini abría su primera pizzería. Con el tiempo, el italiano confió ese local a su hermano Máximo, al que convirtió en encargado de confianza. Con el paso de los años, Pepa se retiró del mundo del espectáculo y Máximo dejó su trabajo en el restaurante. Los dos se conocieron, se enamoraron y emprendieron una vida juntos.

Cuarenta y un años después, aquella pizzería, llamadaTrastevere, sigue siendo uno de los locales más populares de la capital de la Costa del Sol. Sin embargo, existe una pequeña gran confusión en muchos malagueños: en la ciudad, todavía hay quien asocia el restaurante con la mítica Marisol. Sin embargo, ni ella ni su marido, por mucho que sea familiar de su dueño original, tienen nada que ver con él.

placeholder Marisol, Pepa Flores, en imágenes de RTVE.
Marisol, Pepa Flores, en imágenes de RTVE.

Las primeras pistas del equívoco las dio el diario 'Sur' hace unos años, cuando se publicó un reportaje sobre el aniversario de Trastevere. En el escrito se reveló la verdad: el marido de Pepa Flores había dejado de ser el encargado del local hace años. Sin embargo, los malagueños siguen pensando en su ídolo cuando pasan delante de la puerta. No solo ellos. Al restaurante siguen llegando flores, cartas y regalos para Marisol. El origen de la confusión no solo está en la familia Stecchini, sino en algunos de los reportajes sobre el local, situado en la avenida Cánovas del Castillo (en los 70 estuvo situada en la calle Sebastián Souvirón). "Yo creo que reforzaba la idea del retiro de Pepa. Era una idea romántica, la de la actriz que se ha retirado y ha montado una pizzería, algo que no puede estar más alejado del glamour o del mundo del espectáculo", confiesa un conocido de la actriz a Vanitatis.

placeholder Vista exterior del Trastevere. (Google Maps)
Vista exterior del Trastevere. (Google Maps)

Si por algo es conocido el Trastevere es por su pasta y su pizza, pero también por sus helados y su comida para llevar. También porque su actual dueño, sobrino de Máximo Stecchini, es toda una celebridad en Málaga: además de ejercer de entrenador del Málaga Club de Fútbol Sala, colabora en Radio Marca. De hecho, no es nada raro que este aparezca por allí cualquier día con un pléyade de jugadores para comer o cenar. Sin embargo, nadie ha olvidado la labor del marido de Marisol entre sus mesas. “Máximo fue una pieza clave en el desarrollo del restaurante. Acabábamos de salir de la Transición y no era muy común que un malagueño probase la comida italiana. Él era un extraordinario relaciones públicas del local y fue el que lo convirtió en lo que es. Por eso no me extraña que, años más tarde, igual que había conquistado a muchos clientes, conquistase también a Pepa Flores”, narraba a este medio, hace varios años, un amigo de la pareja.

Una vida discreta que no interrumpe un Goya

Pese a todo, a la que todos quieren ver cuando pasan por allí es a la propia Marisol. El mito no vive muy lejos de allí y alguna vez ha sido vista por el cercano paseo marítimo paseando a sus perros. Una rutina que no ha roto ni siquiera cuando, hace pocos meses, se anunció que era la receptora del Goya de Honor 2020 por “sus inolvidables interpretaciones y por ser una de las actrices más queridas y recordadas por el público”. Cansada de las noticias sobre la explotación a la que fue sometida cuando no era más que una niña y con una actitud hermética durante décadas, la artista no acudirá a la ceremonia pese a que se celebra en su Málaga natal. Justamente, porque ya no es una artista ni quiere serlo. Su propia hermana, Vicky Flores, lo confirmó en Telemadrid hace unas semanas. “Está agradecida y se lo ha tomado muy bien. Que vaya o no vaya, eso son otras cosas, pero por supuesto que estará agradecida porque es un honor que le den un premio. Lo va a recibir quien sea, ella no. No va a ir a por él, eso te lo aseguro”, aclaró.

placeholder Foto: Academia de Cine.
Foto: Academia de Cine.

A sus 71 años no ha querido saber más de un mundo del espectáculo del que conoció el lado más cruel. Las anécdotas son interminables. Por ejemplo, esta: a la niña mito la llevaron de gira por Nueva York para internacionalizar su fama. Cuando un ejecutivo yanqui de puro en mano le preguntó si prefería Málaga o la ciudad de los rascacielos, respondió que le gustaba la primera con la ingenuidad propia de su edad. La respuesta de los adultos que la paseaban como a un mono de feria fue una sonora bronca. Normal, pues, que Pepa Flores quisiese matar para siempre a Marisol.

Y, probablemente, también su extraña vinculación con este negocio en el que cada mes se siguen recibiendo cartas dirigidas a ella.

En 1978, Marisol ya no era Marisol. Ya se había convertido en Pepa Flores. Y en aquel año, en plena Transición, estrenaba 'Los días del pasado', en la que trabajó a las órdenes de Mario Camus. Casi al mismo tiempo, en su Málaga natal, un miembro de la familia Stecchini abría su primera pizzería. Con el tiempo, el italiano confió ese local a su hermano Máximo, al que convirtió en encargado de confianza. Con el paso de los años, Pepa se retiró del mundo del espectáculo y Máximo dejó su trabajo en el restaurante. Los dos se conocieron, se enamoraron y emprendieron una vida juntos.

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