Alejandro Agag y su amistad (peligrosa) con Mohamed bin Salman, el heredero saudí

“Maravillosa primera carrera de la temporada. Gracias @hrhpmsalman @abdulaziztf @ksaf_samf”. Las palabras las escribió Alejandro Agag, yerno de José María Aznar, en Instagram. Y uno de los agradecimientos es para @hrhpmsalman, que no es más que el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salman (MBS), una de las figuras más polémicas del país. Estos días, Arabia Saudí es noticia por la desaparición de su princesa más rebelde. Basma bin Saud bin Abdulaziz Al Saud, de 55 años, que no ha sido vista en público desde principios de año. Lo más probable es que esté detenida en su domicilio de Riad junto a su hija mayor.

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El príncipe saudí es una de esas amistades peligrosas que frecuenta Agag y que le ponen al filo del conflicto. Porque Arabia Saudí es un país complejo: “Es sistemáticamente uno de los países del mundo que más ejecuciones realiza. Cada año mata a decenas de personas, muchas de ellas en truculentas decapitaciones públicas”, según el último informe anual de Amnistía Internacional. También se imponen castigos de latigazos y de amputaciones de extremidades.

Además, prosigue el informe, se persigue a quienes defienden los derechos de las mujeres, a la disidencia, a los periodistas discordes. Todo ello ha provocado que RTVE haya decidido no emitir la Supercopa, que se celebrará en el país gracias, en parte, a la intermediación de Gerard Piqué. El asesinato del periodista Jamal Khashoggi puso en entredicho, además, la política internacional del príncipe, que pilota el país desde hace dos años.

¿Dónde está la princesa?

Ante este panorama en el que el rey tiene el poder absoluto, nadie ha dado explicaciones del paradero de la princesa Basma, desaparecida desde marzo, al menos, tal y como contaba Ignacio Cembrero en Vanitatis. Basma debía volar con su hija, el 18 de diciembre del año pasado, de Yedda a Ginebra para recibir allí unos cuidados médicos urgentes por indicación de su médico suizo. No fue autorizada a viajar por motivos no aclarados.

Las amistades de Agag, sin embargo, no se limitan a MBS. El yerno de Aznar es uno de los hombres más poderosos del deporte desde que decidiera liderar la Fórmula E. Hace un años, en una entrevista a 'How to spend it', el suplemento del 'Financial Times' dedicado al lujo, el también exeurodiputado recordaba sus locales favoritos del mundo: "Al principio, nadie creía en la Fórmula E, así que tuve que hacer mucha labor de persuasión, la mayor parte en restaurantes", comenzaba. "En Nueva York, donde cené con Leo Di Caprio...; en Hong Kong, donde hicimos negocios con Lawrence Yu, presidente de la Hong Kong Automobile Association...; en Buenos Aires, para impresionar al equipo de Mauricio Macri... ; en Madrid, donde un amigo me invitó a cenar con el presidente Clinton...", seguía.

Londres, campamento base

Los Agag Aznar se mudaron a Londres hace años y desde entonces empezaron su vuelo como celebrities internacionales. El marido de Ana Aznar Botella es un personaje de alto nivel que se codea, como hemos visto, con lo más granado de la jet set mundial.

Y mientras el marido viaja por medio mundo, ella es profesora de Psicología en la Universidad de Winchester desde 2016. Doctora en la materia, madre de cuatro hijos y esposa de un poderoso empresario, Aznar Botella vive en el lujoso y tranquilo suburbio (a la manera anglosajona) de Richmond, paz de la que sale a veces para acompañar a su marido en saraos varios.

En España se había labrado una carrera en la política como asesor del expresidente Aznar y como eurodiputado del Partido Popular. Sin embargo, decidió dar un giro a su vida y cambiarlo todo por esta apuesta que él asegura que “va a cambiar la forma de desplazarse de la humanidad”.