La vida de Xavi Hernández y familia en Catar: playas privadas y clubs de lujo

A Xavi Hernández le llovieron las críticas estos días. Al igual que Gerard Piqué, se pronunció acerca de la sentencia del 'procés' con una frase clara en su perfil de Instagram: 'Vergüenza'. Hace meses dijo que, pese a que en Catar no hay democracia, funciona mejor que España, algo que ha vuelto a reiterar esta semana. "Qatar es un país muy fácil para vivir, muy cómodo, acogedor y seguro".

Su nivel de vida en el país árabe es el de un expatriado de lujo, con una mansión con piscina privada y vistas al mar que hace las delicias de los seguidores de Nuria Cunillera, su mujer, en Instagram -se cuentan por miles, 26.000, en concreto-. Con dos hijos y su hermano afincado allí con él, Xavi defiende a un país que no es para pobres. ¿Y para criar a una niña? ¿O para ser mujer? Cierto que está muy lejos de Arabia Saudí, donde las mujeres siquiera podían conducir hace pocos meses, pero los derechos de mujeres y niños distan mucho de los de Occidente.

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En 2015, Xavi se ‘jubiló’ como jugador del Barça y se marchó a Doha, donde cobra 10 millones al año por entrenar al Al Sadd. El exblaugrana ya ha prorrogado hasta 2020 porque siempre ha dicho que se siente muy cómodo en este país. La vida que lleva la familia que formó con Nuria Cunillera es de lo más apacible. La mayor de los dos hijos de la pareja, Asia, ya va a la guardería y el bebé que tuvieron en noviembre de 2018 pasa el día con su madre, quien ha colgado fotos en redes amamantando al pequeño.

El centrocampista se mudó con toda la familia, padres y hermano incluidos, quienes ayudaron a la pareja a adaptarse a los nuevos aires. Catar sigue siendo un país que se rige por la sharia o ley islámica, en el que no hay democracia y en el que las mujeres, por ejemplo, deben caminar detrás de los hombres en muchos espacios públicos. No solo las mujeres deben seguir unas normas estrictas en este país, los hombres tampoco pueden vestir como quieren.

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Con unas temperaturas que rozan los 40 grados algunos días, los hombres, por ejemplo, no pueden lucir bermudas en actos oficiales. Esta semana comienza en Catar el Mundial de Atletismo y son muchos los periodistas que andan informándose de las normas que deberán seguir en un país en el que, sin ir más lejos, la prueba de maratón deberá disputarse a medianoche por las altas temperaturas. No verán a nadie con tirantes por sus calles. El régimen catarí exige decoro.

Asiduos al Nobu

Con tan solo el 30% de habitantes originarios de Catar, la vida para el extranjero, siempre que tenga dinero y derechos, puede llegar a ser envidiable. Los Hernández Cunillera suelen salir a cenar a locales de lujo como el Nobu, de la cadena de Robert de Niro, que tiene sede en la capital catarí. Otros lugares que les gustan son el hotel Banana Island Resort by Anantara y el Four Seasons Doha, con playa privada incluida, donde las mujeres puden lucir bikini sin problema.

El Gobierno catarí es de los más flexibles entre los países árabes en cuanto a vestimenta, aunque hace poco publicó un comunicado en el que pedía decoro y respeto a los turistas, que son muchos. Según sus normas, en los espacios públicos las mujeres no pueden lucir ni piernas ni hombros sin tapar, y deben cubrirse la cabeza cuando entran en una mezquita. Nada de eso sufre la mujer de Xavi, que vive en la burbuja de los expatriados millonarios, que van de hotel en hotel pasando por resorts y clubs de lujo. Hace poco, la pareja estuvo en la tienda Gucci de la capital, donde fueron agasajados con todas las amenities disponibles, desde champán hasta un pastel.

Críticas de Amnistía y la ONU

Los extranjeros viven muy bien si han ido a trabajar por un sueldazo. Si lo han hecho por necesidades económicas, están en riesgo de perder hasta el derecho a volver a su país cuando quieren. Las mujeres sin recursos tampoco lo tienen fácil y las cataríes en general viven supeditadas a los hombres. Amnistía Internacional lo tiene claro: emitió un informe sobre Catar en 2017 donde no deja en buen lugar al país, pese a que anunciaron reformas desde que se supo que sería sede de los Mundiales de Atletismo en 2019 y los Mundiales de Fútbol en 2020. “La legislación sobre la condición jurídica de las personas discrimina a las mujeres en relación con el matrimonio, el divorcio, la herencia, la custodia de los hijos e hijas, la nacionalidad y la libertad de circulación”, denuncia la entidad.

Además, el Comité de los Derechos del Niño de la ONU instó a las autoridades a “investigar delitos de violencia de género y hacer comparecer a los perpetradores ante la justicia”. Este comité, tal y como recuerda Amnistía, pidió a las autoridades “que reformasen la Ley de Nacionalidad para permitir que las mujeres transmitieran la nacionalidad a sus hijos e hijas en igualdad de condiciones con los hombres cataríes. Pese a la aprobación de un proyecto de ley que daba derechos de residencia permanente a los hijos e hijas de mujeres cataríes casadas con hombres de otra nacionalidad, persistía la discriminación, pues las mujeres no podían transmitir la nacionalidad y la ciudadanía a sus hijos e hijas”.

Violencia contra los niños

Son pequeños ejemplos -siempre los detalles- que pueden convertir la vida de alguien en un suplicio. Otra de las preocupaciones de estas entidades son “la discriminación de género en la infancia, la violencia contra los niños y niñas en la escuela y la familia, y las leyes que limitaban el derecho a la nacionalidad de los niños y niñas nacidos en Catar”. La lista es muy larga y va desde la falta de derechos de los trabajadores inmigrantes hasta de las mujeres. Tanto es así que en los autobuses hay lugares especiales para ellas, para protegerlas y para que no se mezclen con los hombres. Nada de eso afecta, sin embargo, a Xavi Hernández y su familia.