Liria, ajeno al conflicto familiar tres meses después de su apertura: "Rozamos el 100%"

Hace tres meses que el palacio de Liria se abrió al público y parece que la respuesta no podía ser mejor. La vida en palacio y su éxito de público viven ajenos a los conflictos familiares. Desde la Fundación Casa de Alba confirman a Vanitatis que la venta de entradas ha sido alta y constante desde la apertura y que están “rozando el 100% de ocupación”. La decisión del actual duque de Alba, Carlos Fitz-James Stuart, de cambiar la filosofía de la casa y abrir las puertas del palacio ha dado sus frutos.

LEA MÁS: El día que Letizia cenó en el palacio de Liria

Y eso que el gesto enfrentó a los hermanos, en especial al mayor, el citado duque, con el pequeño, Cayetano Martínez de Irujo, en una disputa que podría haberles alejado para siempre.

Ajenos a los enfrentamientos familiares, desde la Fundación Casa de Alba son claros. “Estamos muy contentos por la gran acogida que está teniendo entre los madrileños y visitantes de la ciudad”, aseguran ante las preguntas de Vanitatis. La respuesta ha sido muy positiva desde el primero momento. La misma tarde del primer día de apertura, el 19 de septiembre de 2019, la periodista Paloma Barrientos pudo comprobar cómo un cartel en la puerta junto a las taquillas anunciaba que no había entradas hasta el mes de octubre. La misma web en la que se pueden adquirir las entradas advertía en el mismo momento de que estaba todo completo hasta el 10 de ese mes.

Zonas 'prohibidas'

Así ha sido la tónica general. Y eso que el duque de Alba vive en palacio con su familia. La visita completa es de una hora, aproximadamente, y se realiza en grupos de veinte personas como máximo. Cada visitante recibe una audioguía que explica las características del recinto, tanto en lo arquitectónico como sobre los tesoros patrimoniales. Eso sí, no hay acceso a los jardines posteriores ni al cementerio de perros, y los inquilinos del palacio acceden por una puerta lateral.

El horario de visitas es de 10 de la mañana a ocho de la tarde. Se fijó de este modo para poder compaginarlo con la vida doméstica. Porque la vida doméstica continúa y en ocasiones el titular de la Casa reúne en almuerzos a personalidades tanto nacionales como extranjeras. Y para que no hubiera conflictos de intereses desde el primer momento, se definió así el horario.

¿Removerse en la tumba?

Lo que no se pudo evitar es el conflicto familiar. Desde el primer momento, el hijo menor de la fallecida duquesa de Alba, Cayetano, se opuso con firmeza a la apertura del palacio. En sus memorias, ‘De Cayetana a Cayetano’ (La Esfera), utilizó términos mucho más duros y llegó a escribir que “todos ellos [sus antepasados] se removerán en sus tumbas” si vieran Liria abierto al público. “No me manifiesto en contra de todas las decisiones últimas, es más fácil: siento que se pretende diluir el recuerdo de mi madre y su obra. Ella jamás pudo imaginar tal descomposición”.

Las acusaciones fueron rebatidas por su hermano mayor, quien dio una entrevista en la que justificaba los motivos que le llevaron a abrir el palacio: “Lo he considerado dado las peticiones que había para visitar Liria. Hay una gran demanda social y, por tanto, he decidido compartir con toda la ciudadanía el disfrute de la colección”. Según el duque, no tiene por qué haber incompatibilidades entre vida privada y pública: “Todo está organizado para que sea compatible enseñar la casa y, al mismo tiempo, poder vivir cómodamente en ella”.

Liria, tras Dueñas y Monterrey

Hasta este septiembre, Liria se abría durante dos horas cada viernes, en un horario muy restringido y con una lista de espera de más dos años. El palacio es bien de interés cultural, lo que implica la obligación de mostrarlo al público. Lo que ha hecho el actual duque de Alba ha sido redirigir esta normativa y convertir su casa en museo. La misma decisión que había tomado unos años antes, tras la muerte de su madre, sobre el palacio de Dueñas, en Sevilla, la casa más querida de Cayetana. El éxito fue rotundo y ya forma parte de uno de los circuitos turísticos preferidos de la ciudad.

Tras Dueñas, le tocó el turno a Monterrey, una de las propiedades más emblemáticas del estilo plateresco de Salamanca. Allí solía instalarse a menudo la duquesa con su segundo marido, Jesús Aguirre.