El motivo del viaje de Preysler a Miami (y lo que ha hecho mientras Vargas Llosa)

Trasvase de familia. Isabel Preysler viajó a Miami para celebrar con su nieto Alejandro su mayoría de edad y, de paso, disfrutar unos días con los mellizos Lucy y Nicolás, los hijos de Enrique y Ana Kournikova, que cumplieron el pasado 16 de diciembre dos años. Mientras, Mario Vargas Llosa ha recibido en Madrid a su hija Morgana y a las nietas, que se han fotografiado orgullosas con el abuelo. Durante un tiempo, y a raíz de la separación, tanto ella como su hermano Gonzalo no querían saber nada del escritor. El tiempo solucionó los desencuentros y ahora los Vargas Llosa (la exmujer del autor se llama Patricia Llosa) mantienen de nuevo una relación filial sin fisuras. Estas Navidades, el Nobel no pudo acudir al festival de música donde la nieta Anís cantó, con su voz prodigiosa, 'Noche de paz'.

El viaje a Miami de Isabel Preysler en solitario marca una fecha importante en el calendario de Alejandro que, durante décadas, fue el príncipe heredero de la saga familiar hasta que llegó su hermana Sofía, que tiene en la actualidad ocho años. El primogénito de Christian Altaba y Chábeli cumple este 14 de enero 18 años y, salvo unas apariciones en prensa cuando era pequeño en los reportajes exclusivos que hacía con su madre, nada se sabía de él hasta que apareció en la boda de Ana Boyer y Verdasco.

Vive en Miami con sus padres y no suele viajar a España de manera oficial. Es la abuela Isabel la que se desplaza o los paternos, que viven en Mallorca. Estas Navidades, la familia tampoco se ha instalado en la casa familiar de Puerta de Hierro. Por eso ha sido la socialite la que ha querido festejar esta importante fecha en la vida de su nieto mayor.

Alejandro no quiere (por ahora) tener perfil público y social como sí lo tuvo su madre, protagonista de unos de los temas de Julio Iglesias más escuchado en el mundo. Dice la leyenda que cada minuto alguien escucha en algún parte del planeta 'De niña a mujer'.

De bebé prematuro a deportista nato

Su nacimiento fue muy complicado. Vino al mundo a los seis meses de gestación y con un pronóstico difícil. Chábeli se encontraba en Punta Cana, en casa de su padre, donde había viajado desde Madrid para pasar unos días con Miranda y sus hermanos antes de volver a su casa de Miami. Ese año y pensando que no había problemas con el embarazo, el matrimonio Altaba Iglesias decidió pasar las Navidades en Madrid con el clan Preysler.

A la vuelta se complicó todo. Tuvo que ser ingresada de urgencia en el hospital Bávaro de Punta Cana y, una vez estabilizada, trasladada en el avión privado del cantante al centro clínico Jackson en Miami especializado en embarazos de alto riesgo.

Alejandro evolucionó satisfactoriamente y hoy en día es un chico fuerte, deportista y, según contaba su abuela Isabel Preysler, “muy cariñoso, comunicativo y divertido”. Tamara, que ha pasado temporadas con su hermana Chábeli en vacaciones, también lo definía de la misma manera. Y explicaba que “Chábeli es una madraza. En realidad pasa las 24 horas ejerciendo de ama de casa”. Y con su sentido del humor habitual añadía: “Cuando voy a su casa, que está en medio de la nada, llega un momento que me aburro de tanto espacio libre y se lo digo: 'Hija, es que a ti esto de ser la señora de tu casa te chifla y a mí no'. Le encanta que todo esté perfecto y le apasiona cocinar para todos”.

El matrimonio Altaba-Iglesias vive en Miami, cerca de su hermano Enrique, y tiene también un rancho en Carolina del Norte donde pasan temporadas. Es precisamente en este lugar de paz y de tranquilidad donde a Tamara su estancia se le hacía, al final, cuesta arriba.

Es muy posible que, dentro de poco, veamos al nieto primogénito de Isabel Preysler y Julio Iglesias soplando las velas con parte de su familia. Hasta ese momento habrá que esperar para ver cómo ha pasado 'de niño a galán'.