Iván Redondo en la intimidad: un suegro pintor, nueva imagen y Paloma Rocasolano
Estos días está en boca de todos por sus renovados poderes como mano derecha de Pedro Sánchez. Conoció a su mujer, consultora de comunicación, en la universidad
Es el nombre que está en boca de todos. Iván Redondo ha ampliado su poder, de ser la mano derecha de Pedro Sánchez a controlar todo el Gabinete del presidente, includida la Secretaría de Estado de Comunicación. A Redondo le conoce todo el mundo, pero en realidad no le conoce nadie. El jefe de gabinete de Pedro Sánchez es una sombra para el público que tanto habla de él. Pero, parafraseando a Albert Rivera, "hay vida más allá de la política". La de Redondo está entre Madrid y el País Vasco, donde nació y donde encontró el amor.
Iván, de 38 años, proviene de una familia numerosa de Donosti de cuatro hermanos (él es el tercero, iba a ser el pequeño hasta que nació la niña). Es licenciado en Humanidades y Comunicación por la Universidad de Deusto. Fue en las aulas de la facultad donde conoció a su mujer, Sandra Rudy, una profesional al estilo de las actuales 'primeras damas': independiente, empresaria y muy poco encorsetada en el cliché.
Rudy, que también tiene 38 años, es experta en comunicación estratégica y corporativa. Aunque tuvo alguna experiencia como periodista en Localia TV, su carrera se ha centrado en el otro lado de los medios. Ha trabajado en agencias como Ulled, llevando a clientes de distintos sectores. También en el departamento de comunicación de Punto Radio. Pero lo que le ha dado más alegrías es Erre & Asociados, la consultora de marketing político y comunicación que fundó con su marido, Iván.
Iván y Sandra constituyeron la empresa en el año 2009. Para evitar incompatibilidades, cuando Iván fue nombrado jefe de gabinete de Pedro Sánchez, dejó las riendas de la consultora en manos de Sandra. Fue entonces cuando le cambiaron el nombre: de Redondo & Asociados pasó a llamarse Erre & Asociados, la letra común de sus dos apellidos. Ella es ahora la accionista mayoritaria y la jefa. Las cosas le van bien. Como publicó El Confidencial, la consultora ganó un 167% más en 2018 (el año en que entró a trabajar con Pedro Sánchez) que en el ejercicio anterior. La firma facturó 249.560 euros y obtuvo unos beneficios de 41.299, el mejor resultado de su historia.
Los sueldos del matrimonio son públicos, y entre los dos se embolsan más de 130.000 euros al año. Erre & Asociados pagó en salarios a su único trabajador (Sandra) 61.402 euros, frente a los 25.035 euros del año anterior. En su calidad de director del Gabinete del Presidente del Gobierno (lo es desde el 8 de junio de 2018), el salario de Redondo también es del dominio público. Según el BOE, cobra un mínimo de 76.295 anuales, aunque la cifra puede ser muy superior debido a un complemento de productividad que no es público.
Sandra nació en San Sebastián, en el seno de una familia centrada en el arte. Es hija del pintor navarro José Ramón Rudy Arredondo (conocido como Rudy), dedicado fundamentalmente al paisajismo. Rudy proviene de la localidad navarra de Bera, pero reside desde hace años en Irún, donde se ha consagrado a reproducir los fantásticos paisajes del norte. "El artista es autodidacta y su obra recoge los matices propios de la vieja escuela del Bidasoa. Se caracteriza por emplear un estilo realista para representar paisajes de Lapurdi, Gipuzkoa y Navarra", explica 'El Diario Vasco' en una nota. El pintor ha estado exponiendo hasta este fin de semana en la sala Laboral Kutxa de Irún.
Sandra e Iván residen en Madrid, de alquiler, aunque sus viajes al País Vasco y Navarra son constantes. Redondo ha cambiado varias veces de domicilio, por motivos profesionales. De San Sebastián dio el salto a Madrid y, durante su etapa como mano derecha de José Antonio Monago, a Cáceres. Como dato curioso, Redondo fue asesor de comunicación del Gabinete de Presidencia de Sindicato Nacional de Enfermería (SATSE), donde coincidió con Paloma Rocasolano, la madre de la reina Letizia.
Pocas veces, o ninguna, se ha salido del guion. Ni siquiera cuando a principios de 2018 se sometió a un injerto capilar que ha devuelto a su cabellera la lozanía de la juventud. Esa nueva imagen es quizá el único espacio a la frivolidad que se ha permitido Iván Redondo.