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Josep Lluís Trapero, una vida dedicada a la familia y al huerto que heredó de su padre
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Josep Lluís Trapero, una vida dedicada a la familia y al huerto que heredó de su padre

El mayor de los Mossos hasta hoy, cuando ha sido destituido, fue padre por primera vez en 2019. Vive apegado a su familia y la muerte de su padre le marcó de manera profunda

Foto: Trapero, en su etapa como jefe de los Mossos. (EFE)
Trapero, en su etapa como jefe de los Mossos. (EFE)

Con su aura de hombre serio, solitario, huraño y silencioso, Josep Lluís Trapero se convirtió durante un tiempo en un héroe para los independentistas, los mismos que luego lo tiraron a los leones y le llamaron traidor por no apoyar su causa. El jefe de los Mossos d’Esquadra, el ‘major’ Trapero, ha sido destituido este lunes, firmando el final laboral de una travesía que le sacó del anonimato al compás de la situación política en Cataluña.

Trapero fue el máximo ejecutivo de los Mossos entre los años 2013 y 2017. En el año del referéndum, Carles Puigdemont intentó blindarle y le atribuyó el rango de ‘major’. De hecho, es el único con este rango que hay en los Mossos. Ese nombramiento, sin embargo, no le impidió ser cesado tras el famoso 1 de octubre. En noviembre del año pasado, tras ser absuelto de los delitos de desobediencia y sedición, fue reincorporado como jefe de los Mossos por el entonces consejero Miquel Sàmper.

Durante este tiempo, Trapero solo ha querido pasar lo más desapercibido posible. Mientras estuvo apartado de los Mossos, trabajó en Barcelona, en un pequeño despacho de la sede del cuerpo en Travessera de les Corts, en el que se dedicaba a investigar documentación, y el tiempo libre lo dedicaba a su familia. En el año 2019 tuvo a su primera hija con su mujer, Sonia, y juntos le dedican todo el tiempo que pueden.

placeholder Señal institucional de TV de la Audiencia Nacional en la que aparece Josep Lluís Trapero. (EFE)
Señal institucional de TV de la Audiencia Nacional en la que aparece Josep Lluís Trapero. (EFE)

El exjefe de los Mossos también cuida de su madre, Laura, una mujer apegada a sus raíces que vive en Santa Coloma, un enclave trabajador en el que se crio Trapero. Su padre falleció hace más de una década, uno de los momentos más duros en la vida del policía. De él heredó un huerto en el que crecen tomates, lechugas y hortalizas varias y que Trapero cuida con esmero y regala a sus pocos amigos. Es una forma de mantener el recuerdo de Lino.

Marcado por la muerte del padre

Su amor a su padre fue lo único que logró que abandonase temporalmente el tabaco, hábito que le había acompañado durante décadas. Fue fumador empedernido hasta hace poco más de tres años, cuando lo dejó. Entonces engordó, se enfurruñó e intensificó el deporte para hacerle frente al ‘mono’. Su padre, Lino, un taxista de Valladolid, falleció y desde entonces su hijo se determinó a dejar de fumar. La muerte marcó al 'major', quien mandó una carta a un periódico para recordarle y dar las gracias a los equipos sanitarios que le atendieron. “Ayer por la mañana mi familia enterró a mi padre. Hace un año y medio que le diagnosticaron un cáncer de páncreas que había afectado a otros órganos. Quiero agradecerle, en primer lugar, su fuerza, porque solo ella explica el tiempo que nos ha regalado. Gracias, papá”.

placeholder Chocolatinas en homenaje a Trapero de venta en las pastelerías Escribà. (S. T.)
Chocolatinas en homenaje a Trapero de venta en las pastelerías Escribà. (S. T.)

Ahora vive con su mujer desde hace años en la rica y elegante Sant Cugat. Su amor por la montaña y el frío son el motivo que le permite tomarse algunos de sus pocos caprichos: excursiones monte arriba, con nieve si la hay, en soledad.

Es el mayor de tres hermanos y en casa, donde le llaman Jose, siempre se habló en castellano. Lo recuerda la periodista Mayka Navarro en un célebre perfil que escribió: 'El mayor de Luisa y Lino manda en la policía catalana'. Criado en Santa Coloma de Gramenet -como la periodista-, uno de los municipios con mayor densidad de población del mundo (110.000 habitantes en siete kilómetros cuadrados), Trapero ha superado con creces cualquier expectativa, tal como cuentan quienes le conocen.

Solitario

Con alta formación, llegó a la cúpula de la policía catalana tras una larga y tenaz carrera. Un logro en el que también tienen que ver sus aficiones, austeras como él mismo. Aunque también le guste mezclarse con la 'gente bien', lo que más adora es caminar por la montaña. Es a lo que le hubiera gustado dedicarse de manera profesional: trabajar en la naturaleza, con animales y plantas, pero la carrera de policía se cruzó en su camino por casualidad hace 30 años.

Trapero ha pasado de vivir en la Guinardera, un barrio obrero dentro de la obrera Santacoz, a tener un piso con jardín y piscina en una bonita urbanización de Sant Cugat del Vallés, uno de los municipios con mayor renta per cápita de Catalunya, que no es poco. Un piso de poco más de 100 metros cuadrados en el que encuentra la paz que últimamente tanto le falta.

Le gusta pasar tiempo con su mujer, su novia de toda la vida, Sonia Jiménez, también de Santa Coloma, una mujer con la que le vimos hace unos años en Cadaqués, uno de los destinos más caros de Cataluña, en una ya mítica reunión. El entonces comisario cantaba ‘Paraules d’amor’, de Joan Manuel Serrat (es casi justicia poética). Trapero tocaba la guitarra, como suele hacer en las cenas de gala de los Mossos. Y lo hacía rodeado de amigos, como Pilar Rahola, Puigdemont o Bonaventura Clotet. Sí, nada de soledad esta vez, el 'major' estuvo muy cómodo entre la élite social y política. Será porque está acostumbrado, puesto que cada verano visita Cadaqués, destino de la burguesía catalana.

La tertuliana colgó varios vídeos y fotografías en Twitter, algo que desagradó a Trapero y lo puso además en la diana: ¿qué hacía un responsable policial de comida y copas con el presidente de la Generalitat? Sea como sea, las cosas se repitieron. Trapero fue famoso entonces por ser el encargado de cocinar la paella. Ahora, desaparecido de los focos y recién destituido, podrá volver a su tranquila soledad, a sus paseos por la montaña y al huerto del padre.

Con su aura de hombre serio, solitario, huraño y silencioso, Josep Lluís Trapero se convirtió durante un tiempo en un héroe para los independentistas, los mismos que luego lo tiraron a los leones y le llamaron traidor por no apoyar su causa. El jefe de los Mossos d’Esquadra, el ‘major’ Trapero, ha sido destituido este lunes, firmando el final laboral de una travesía que le sacó del anonimato al compás de la situación política en Cataluña.

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