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Rocío Carrasco: la foto de familia de 1996 que supuso el principio del fin del clan
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UN ACONTECIMIENTO MUY MEDIÁTICO

Rocío Carrasco: la foto de familia de 1996 que supuso el principio del fin del clan

La boda de la hija de Rocío Jurado con Antonio David marcó el inicio de una larga batalla familiar que a día de hoy no ha terminado

Foto: Rocío Carrasco, en una imagen de archivo. (EFE)
Rocío Carrasco, en una imagen de archivo. (EFE)

Si pudiéramos detener el tiempo y establecer una foto fija de cualquier situación, podríamos decir sin ánimo de exagerar que la de la boda religiosa de Rocío Carrasco con Antonio David Flores el 31 de marzo de 1996 no solo ha tomado tonalidades sepia, sino que se ha desintegrado. Poco quedan ya de los cimientos de esa familia que solo un año antes, el 17 de febrero de 1995, había celebrado, con idéntica pompa y en el mismo escenario, la finca Yerbabuena, la boda de Rocío Jurado con el torero José Ortega Cano.

Casi un cuarto de siglo después, los protagonistas de un enlace que se produjo en unas circunstancias muy particulares (Rocío Carrasco estaba embarazada y aparentemente no contaba con el beneplácito familiar para este enlace) están enzarzados en una guerra judicial y mediática que todavía tiene muchos capítulos por escribir y no precisamente en términos de reconociliación o de cerrar heridas. Parece que más bien será al contrario.

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Aunque haya quien pueda afirmar que aquella boda nacía condenada al fracaso por no estar basada en unos cimientos sólidos, Rocío Jurado cerró filas sobre su única hija, al igual que hiciera su padre y padrino, Pedro Carrasco, que hizo todo lo posible por mantenerse en un segundo plano ese día. Una actitud que mantuvo hasta el final de sus días, el 27 de enero de 2001, cuando falleció víctima de un infarto, poco después de haber realizado un idílico viaje a Cuba con su mujer, Raquel Mosquera, que fue quien se encontró su cuerpo sin vida en su domicilio madrileño.

Cierto es que el exboxeador vendió algunas exclusivas, pero todas sobre su vida en común con la peluquera, quien años más tarde, en diversos platós de televisión, desvelaría supuestas discrepancias entre padre e hija sobre las que esta última nunca se ha pronunciado. Más allá de la veracidad o no de sus palabras, Rocío y Raquel dejaron de tener relación, aunque parecían haberla tenido y muy estrecha cuando la única hija del exdeportista era una adolescente.

Sus discrepancias alcanzaron su máximo exponente por el patrimonio de Pedro Carrasco, cuya pieza clave era el que había sido el hogar conyugal de la pareja, un modesto piso en el madrileño paseo de La Habana del que Raquel siguió disfrutando en régimen de usufructo seis años después de su muerte, porque así lo habían acordado. "Salí muy mal parada de la herencia. Al morir Pedro nadie me pidió un recuerdo o una fotografía suya, pero Rocío Carrasco sí me pidió un Rolex de oro y una escultura que yo le entregué sín pedir nada a cambio", manifestó en 2016.

Quien sí ha salido a dar la cara por su sobrina ha sido Antonio Carrasco, hermano de su padre, quien manifestaba en 'Semana' que "estaré al lado de mi sobrina a muerte, como siempre. Ella no solo me tiene a mí, tiene muchos amigos que la cuidan y la quieren, lo que pasa es que cuando tengan que salir, saldrán, y cuando tengan que hablar, hablarán", dijo en alusión a otras personas claves en la vida de Rocío, como Terelu Campos, a quien siempre ha considerado como su hermana y que, por supuesto, no se perdió ni esta boda ni la siguiente con Fidel Albiac.

Amador Mohedano, el padrino

La relación con el padrino de su boda, Amador Mohedano, tampoco resistió el paso del tiempo y ya estaba muy deteriorada antes de que muriera la propia Rocío Jurado, víctima de un cáncer de páncreas el 1 de marzo de 2006. El momento clave fue la grabación del que fue su testamento musical, el especial televisivo 'Rocío, siempre', que emitió TVE y que fue producido por Fidel Albiac, ahora marido de su hija, entonces su pareja, lo que fue un duro golpe para Amador, que había sido su mánager toda la vida y se sintió desplazado. "Ellos lo planificaron y yo los ayudé para que los pudieran atender. No tuve más remedio. Mi hermana Rocío me lo pidió de rodillas. Me agarró por los tobillos y me dijo: 'Amador, que esto como tú no estés, no se hace, ¿eh?'. Por ella y por el momento en el que estaba mi hermana, me quedé. Al final el que se quedó haciendo el especial fui yo, ellos se quitaron del medio. Rocío estaba con sus dolores otra vez por la segunda operación en Houston y fue muy cruel", declaraba el pasado mes de septiembre.

placeholder Carolina Sobe, Amador Mohedano y Emma García, en 'Viva la vida'. (Telecinco)
Carolina Sobe, Amador Mohedano y Emma García, en 'Viva la vida'. (Telecinco)

Tampoco mantiene relación Rocío con Gloria Mohedano, hermana de su madre, otra de las invitadas que no faltó a su boda con Antonio David, cuyas diferencias ha sido su marido, José Antonio, el encargado de difundirlas en los medios de comunicación. Ya en 2016 manifestaba que "hay muchos capítulos muy duros. Mi mujer ha sufrido mucho, no han cicatrizado todavía". Tres años más tarde, aseguraba en 'Chance' que "para mí Rocío no está en la familia. Para mí es familia en un papel que no puede quitarse de la familia, pero en la práctica no lo es."

"Estamos tan a gustito"

Como decimos, todo parecía unión y armonía en la boda de Rocío Carrasco y Antonio David, y una de las personas que más disfrutó en el ágape fue José Ortega Cano, que entonó aquel ya histórico "estamos tan a gustito." Tras la muerte de 'la más grande', la vida le tenía preparados momentos muy dramáticos, más allá del gran duelo que atravesó por su pérdida, ya que fue condenado por homicidio imprudente y conducción temeraria a dos años y medio de cárcel por la muerte de Carlos Parra, e ingresó en prisión el 23 de abril de 2014. Un trance en el que estuvo muy apoyado por Gloria Camila, y al que hubo que añadir los enormes problemas que ha atravesado su hijo José Fernando, ahora completamente apartado de la vida pública.

placeholder Ortega Cano, durante la presentación de un libro sobre Rocío Jurado. (Cordon Press)
Ortega Cano, durante la presentación de un libro sobre Rocío Jurado. (Cordon Press)

Los acontecimientos que siguieron a esta boda son historia de la crónica social: Rocío Carrasco, en aquel entonces conocida popularmente como Rociito, se mudó con su marido a Argentona (Barcelona), donde se fraguó el desastre de la relación. En 1997, el guardia civil solicitó su baja en el cuerpo tras ser condenado por malversación de caudales públicos, y se establecieron en la casa de Rocío Jurado, en La Moraleja, conocida como Villa Jurado. Una vivienda que Antonio David se negaba a abandonar pese a haber roto con su mujer, pues consideraba que era su hogar conyugal, lo que propició una situación familiar muy incómoda, habida cuenta de que sus dos hijos se habían ido con su madre.

Mientras Rocío Carrasco ponía sus asuntos legales en manos del prestigioso y ya fallecido abogado Doroteo López Royo, Antonio David se encomendaba al controvertido Emilio Rodíguez Menéndez, con quien puso una demanda millonaria a Rocío Jurado por unas declaraciones que la chipionera había realizado en el programa de Mirtha Legrand en Argentina y que ella pensaba que estaban siendo realizadas en el ámbito privado y no para emitirse. Solicitaba una indemnización de seis millones de euros, pero el Tribunal Supremo, en 2009, tras la muerte de la cantante, le daba la razón a la intérprete de 'Me ha dicho la luna'.

placeholder Antonio David Flores, en 'Sábado Deluxe'. (Captura de Mediaset)
Antonio David Flores, en 'Sábado Deluxe'. (Captura de Mediaset)

Por cierto, que aunque Antonio David dijo hace unos meses en 'GH VIP' que la que fuera su suegra le adoraba, esta, en las mencionadas declaraciones, dejaba muy claro a favor de quién se había posicionado: "Ha sido una persona nefasta y eso afectó a la vida de todos nosotros. Él nunca se integró en la familia. Nosotros hicimos todo lo posible, pero... A raíz de la separación matrimonial, mi hija Rocío estuvo a punto de cometer una barbaridad. Por eso le agradezco a Dios que Fidel haya aparecido en su vida, por lo alegre y feliz que la veo".

Ahora David está felizmente casado con Olga Moreno, propietaria de una boutique de ropa en Málaga, y tiene a sus dos hijos de su parte. Rocío, por la suya, sigue muy unida a Fidel, con quien ha producido el musical 'Qué no daría yo por ser Rocío Jurado', que el abogado ha dirigido. Por cierto, que en la presentación de la función en Madrid hizo unas manifestaciones que eran todo un aviso a navegantes: "El que calla lo hace porque así lo ha considerado, pero eso dura lo mismo que dura que decida hablar".

Si pudiéramos detener el tiempo y establecer una foto fija de cualquier situación, podríamos decir sin ánimo de exagerar que la de la boda religiosa de Rocío Carrasco con Antonio David Flores el 31 de marzo de 1996 no solo ha tomado tonalidades sepia, sino que se ha desintegrado. Poco quedan ya de los cimientos de esa familia que solo un año antes, el 17 de febrero de 1995, había celebrado, con idéntica pompa y en el mismo escenario, la finca Yerbabuena, la boda de Rocío Jurado con el torero José Ortega Cano.

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