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Belén Rueda: amores, hija (también actriz) y proyectos
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Belén Rueda: amores, hija (también actriz) y proyectos

Desde que saltara a la fama de la mano de Emilio Aragón en los años 90, la vida de esta madrileña ha dado muchos giros profesionales y personales

Foto: Belén Rueda, en una imagen de archivo. (EFE/Chema Moya)
Belén Rueda, en una imagen de archivo. (EFE/Chema Moya)

Belén Rueda vuelve a nuestras vidas. Su imparable carrera en el mundo de la interpretación hace que, cada cierto tiempo, la actriz se asome por nuestros televisores en plena promoción de alguno de sus últimos proyectos. A sus 56 años, pocas ganas tiene de abandonar la profesión, ni nosotros de que lo haga; su talento sigue cautivando a generaciones pasadas y sorprendiendo a las futuras y es que no hay reto que se le resista a la actriz en el plano profesional, pero tampoco en el personal.

Rostro habitual del entretenimiento en España desde la década de los 90, su vida ha cambiado mucho desde que saltase a la fama junto a Emilio Aragón en 'VIP Noche'. También su vida privada. En estos últimos tiempos, ha visto como una de sus hijas, Belén Écija, también ha debutado como intérprete y hace apenas unas semanas, presentaba a su actual novio, el joven piloto Javier Artime, a golpe de photocall, dos años después de iniciar su relación. En la ficción, eso sí, su pareja más recordada es Antonio Resines, con el que compartió plató durante varias temporadas.

Aunque en los años transcurridos desde aquel soñado (y polémico) final de 'Los Serrano' Belén ha protagonizado películas como 'Los ojos de Julia' o 'El cuerpo', lo cierto es que no ha vuelto a vivir época tan dorada, profesionalmente, como la del Oscar a 'Mar adentro' o el éxito internacional de 'El orfanato'. En lo personal también le ha costado encontrar la estabilidad tras dos matrimonios y una relación de cinco años que se rompió hace un tiempo, hasta conocer a su media naranja, Javier Artime.

Su vida, como la de tantas estrellas patrias, ha sido toda una montaña rusa. Esos vaivenes hacen aún más milagroso volver a ver a la Belén de principios de los 90; aquella que estudiaba arquitectura, vino a Madrid a vender pisos y fue descubierta por José Luis Moreno, que la colocó de azafata en 'VIP Noche' y poco más tarde la convirtió en copresentadora del programa junto a Emilio Aragón..

placeholder Fotograma de 'El orfanato'. (Cordon Press)
Fotograma de 'El orfanato'. (Cordon Press)

“Cuando me ponen algún casting de aquella época, que les gusta tanto repetirlo, digo: pero ¿qué es esto?”, aseguraba entre risas durante una entrevista con Vanitatis. “Todos cambiamos, pero afortunadamente hemos pasado por un proceso. Cuando ya tienes un recorrido en la vida no puedes pensar en que todo lo que vas haciendo es un acierto porque la cabeza se te va”, añadía.

“El rostro de Belén es el de la sabiduría; el de la inteligencia. Si comparas a la mujer de 'La embajada' con aquella cría que empezaba en la tele, con aspecto graciosete, verás una evolución tremenda que se refleja en su cara. Los palos la han hecho aprender”, aseguran fuentes cercanas al universo cinematográfico en el que se ha movido como pez en el agua desde que Alejandro Amenábar demostrase al mundo, gracias a 'Mar adentro', que tenía verdadera madera de actriz. Esos 'palos' personales no han sido pocos. A saber: su primer matrimonio con un italiano llamado Massina solo duró dos años. Ya en 1990, el cofundador de Globomedia, Daniel Écija, se convirtió en su segundo marido, aunque el matrimonio solo duraría 14 años. “A Dani le sigue teniendo un respeto máximo. Él también fue su mentor, la primera persona que confió en ella como actriz”.

Vida personal y profesional

placeholder Belén Rueda posa junto a su novio Javier Artime. (EFE/Quique García)
Belén Rueda posa junto a su novio Javier Artime. (EFE/Quique García)

Padre de sus tres hijas, Écija vivió con Belén alegrías y penas; en lo personal y en lo profesional, en lo bueno y en lo malo, en la salud y en la enfermedad, como se habían jurado el día en que se convirtieron en marido y mujer. Con él perdió a una de sus tres niñas a los pocos meses de nacer esta. También con él supo lo que era interpretar gracias a la serie 'Médico de familia', el éxito de Globomedia que significó su primera oportunidad para demostrar sus capacidades como actriz. Después llegaron 'Periodistas', 'Los Serrano' y más tarde, en 2004, la sorprendente llamada de una persona cercana a Alejandro Amenábar. “Cuando me llamó el director de casting de Alejandro para hacer 'Mar adentro' le colgué. Son cosas que no te esperas”. Afortunadamente, Belén recuperó aquella llamada y gracias a esa película y al joven director, pudo demostrar que era algo más que la simpática rubia de la tele. Con 'The Sea Inside', tal y como se distribuyó el filme en el resto del planeta, viajó a Hollywood, vivió en primera persona cómo la película se llevaba un Oscar y le llegó la oportunidad de elegir una carrera relacionada con el séptimo arte.

Paradójicamente, por aquella época también se separaba de Daniel Écija. “La pareja ha llegado a un cordial acuerdo de separación con el que ambos han buscado, ante todo, el bien de sus dos hijas”, aseguraba un comunicado que ponía punto y final a cualquier habladuría sobre su situación sentimental. Belén vivía el éxito de una nueva carrera en el cine y también la amargura del fin de un matrimonio. El cielo profesional y el infierno personal formando un tándem inseparable que, de cuando en cuando, volvería a aparecer en su vida.

Desde que se separó del gerifalte de Globomedia, la prensa le adjudicó varios romances. La lista es interminable: Javier Bardem (compañero en 'Mar adentro'), José Luis García Pérez o el técnico Eduard Bonilla fueron algunas de esas presuntas conquistas amorosas. Al último lo había conocido en el rodaje del que supondría uno de sus grandes éxitos cinematográficos, la terrorífica 'El orfanato', que le valió un pasaporte para volver a estar nominada al Goya como mejor actriz principal. Ajena a las publicaciones sobre su vida, en 2008 Rueda encontraría cierta estabilidad con el empresario parisino Roger Vicent.

Sin embargo, nada es eterno. Ni siquiera en el cine. Aunque 'Los ojos de Julia' fue un éxito y le proporcionó una nominación al Goya como mejor actriz, películas como 'Ismael' o 'Séptimo' no parecían estar a la altura de sus capacidades ni demostraron demasiado poderío en taquilla. Tampoco la serie 'B&B', cuya segunda temporada fue un pinchazo televisivo para Telecinco. Con Roger Vicent también rompía en 2014. La Belén Rueda que se acercaba a los 50 años vivía otro bajón en su particular montaña rusa.

Compañeros periodistas confirman que Belén es la simpatía personificada cuando se trata de atenderlos. Incluso cuando se le pregunta por cuestiones que ella evita con elegancia. Ya es, con todos los honores, uno de los rostros imprescindibles del audiovisual español. “Yo siempre digo que Belén posee en su mirada un trasfondo de tristeza que les ha venido muy bien a sus personajes. Probablemente porque a nivel personal está muy curtida y eso no hay escuela de interpretación que lo enseñe”, nos contaba un amigo cercano. No hay manera de describir mejor a Belén.

Belén Rueda vuelve a nuestras vidas. Su imparable carrera en el mundo de la interpretación hace que, cada cierto tiempo, la actriz se asome por nuestros televisores en plena promoción de alguno de sus últimos proyectos. A sus 56 años, pocas ganas tiene de abandonar la profesión, ni nosotros de que lo haga; su talento sigue cautivando a generaciones pasadas y sorprendiendo a las futuras y es que no hay reto que se le resista a la actriz en el plano profesional, pero tampoco en el personal.

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