La triste ceremonia de incineración de Carlos Falcó: solo 5 minutos y 4 personas
El mayor, Manolo, voló de Londres para darle el triste y último adiós a su padre
“Los hijos cumplieron el protocolo a rajatabla y lo cumplirán en lo que se refiere al tratamiento de los restos mortales de su padre”, aseguraba una fuente cercana a la familia consultada por Vanitatis hace unos días. Una afirmación que se ha cumplido al pie de la letra. Carlos Falcó fallecía el pasado viernes por culpa del coronavirus solo y aislado en la UCI de la Fundación Jiménez Díaz y su despedida tampoco ha sido como esperaban sus hijos.
Lejos de poder enterrarlo con los honores que merecía, el marqués de Griñon ha sido despedido según han estipulado los responsables del Gobierno: en la más estricta intimidad, con todas las medidas de seguridad y prevención necesarias y sin contacto físico.
El lunes por la tarde, le decían adiós en el crematorio Sur de Madrid en un frío responso que apenas duró cinco minutos y en el que, según ha desvelado la revista 'Lecturas', tan solo participaron tres de sus hijos. Los mayores: Manolo, el heredero del título, que voló desde Londres para la ceremonia; Xandra, la que fuera su mano derecha en la empresa, y Tamara, la niña de sus ojos.
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Cumpliendo los protocolos
Un encuentro entre los tres que de poco o ningún consuelo les habrá servido. Ataviados con mascarillas y guantes, mantuvieron la distancia de seguridad en todo momento y sin, por supuesto, abrazarse ni tan siquiera tocarse en estos momentos tan tristes para los tres.
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Peor suerte corrieron los dos pequeños, Duarte y Aldara, quienes debido a las elevadas restricciones no pudieron estar presentes durante esta despedida tan triste. Tampoco lo estuvo su viuda, Esther Doña, quien se dice que también está contagiada de coronavirus y aislada en el palacio que preside la finca El Rincón, último lugar en el que estuvo Carlos Falcó antes de ser ingresado.
Despedida en Casa de Vacas
Una vez levanten el estado de alarma y la vida vuelva a la normalidad, está previsto que Esther y los cinco hijos del marqués repartan sus cenizas en la finca Casa de Vacas en Toledo, su propiedad favorita, que pertenece a una de las empresas familiares, Marqués de Griñón Real Estates.
Allí descansarán sus restos para la eternidad, tal y como él habría querido.
“Los hijos cumplieron el protocolo a rajatabla y lo cumplirán en lo que se refiere al tratamiento de los restos mortales de su padre”, aseguraba una fuente cercana a la familia consultada por Vanitatis hace unos días. Una afirmación que se ha cumplido al pie de la letra. Carlos Falcó fallecía el pasado viernes por culpa del coronavirus solo y aislado en la UCI de la Fundación Jiménez Díaz y su despedida tampoco ha sido como esperaban sus hijos.