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Carme Chaparro: "Me preocupan mis padres, que están divorciados y viven solos"
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ENTREVISTA

Carme Chaparro: "Me preocupan mis padres, que están divorciados y viven solos"

La periodista, que prepara la vuelta del programa 'Mujeres al poder', nos cuenta cómo está viviendo la crisis del coronavirus junto a su marido y sus hijas

Foto: Carme Chaparro. (Cordon Press)
Carme Chaparro. (Cordon Press)

La voz de Carme Chaparro trasmite tranquilidad. Esa es la primera conclusión que saco de nuestra entrevista telefónica. Dadas las circunstancias de confinamiento, ahora no puede ser de otra manera. La periodista y escritora no rezuma queja sino aceptación y, según nos desvela, hace todo lo que está en su mano por adaptarse a la complicada situación actual y que sus hijas, Laia y Emma, lleven una vida lo más normal posible dentro de las limitaciones actuales.

Carme sigue trabajando desde casa y nos atiende entre la escritura de un artículo periodístico y los deberes escolares de sus hijas, que, según nos comenta, tienen un carácter fabuloso y están siendo muy conscientes del gran desafío al que se enfrenta el mundo en estos días tan duros, en los que incide en la importancia de quedarse en casa: "Si con esta entrevista se consigue que alguien que no lo estaba haciendo, deje de salir, estaré muy satisfecha".

PREGUNTA: ¿Cómo estás organizando tu día a día?

RESPUESTA: Buena parte del día se ajusta a mis hijas y a sus deberes. Siguen teniendo clase, pero como los profesores no les pueden explicar las materias, aunque tienen todos los materiales y las tareas por medios digitales, tengo que estar yo con ellas para que puedan hacerlos. Intentamos acabar sobre las tres de la tarde, aunque no siempre es así, a la mayor, por ejemplo, ahora le queda inglés y karate. Además, suelo hacer gimnasia a diario, más que antes. Tengo una elíptica en casa y hago unos 45 minutos, también estiramientos. Es también una excusa para tener un rato para mí y tener el cuerpo afinado. Además, hay que hacer todas las tareas de la casa, desde limpiar, planchar, quitar el polvo... Mi intención era aprovechar para sacar la ropa de los armarios y ponerla en bolsas para entregarla en la parroquia, pero no me da la vida. Tengo amigas que lo hacen y no sé de dónde sacan el tiempo. Yo a las diez de la noche ya estoy derrotada.

P: ¿Y las niñas cómo lo llevan?

R: Bien. Cuando acaban sus tareas, claro, te piden jugar, así que hacemos muchas cosas para que estén entretenidas, como ver una película cada día juntas y hacemos como si fuera un cine, bajamos las persianas de casa y hasta hacemos las entradas. Intento que realicen cosas que les den la sensación de estar fuera de casa. Se están portando muy bien.

P: ¿Están al tanto de lo que está pasando?

R: Sí, ellas ya lo saben desde hace dos meses y además intento que estén también implicadas. Como es muy difícil conseguir geles desinfectantes en las farmacias, nos hemos puesto a crear un remedio con alcohol, con plantas de aloe vera... y hasta estamos cosiendo mascarillas para que tomen conciencia y que sepan que tienen que ayudar.

P: ¿Tu marido, Bernabé, sale a trabajar?

R: Sí, es cámara de informativos, pero toma las precauciones pertinentes. Ya sabemos que cuando se sale hay un riesgo, pero los que realmente están en las trincheras son los sanitarios. Lo que se está viviendo en estos días no lo sabemos. Lo descubriremos cuando todo esto termine. También los que trabajan en los supermercados, que cuando pasan los códigos de barras por los escáneres no saben si la persona que ha tocado los productos antes puede estar infectada. No me olvido tampoco de las personas que llevan camiones, que, además, no pueden entrar en las áreas de servicio. Son ellos los que están luchando por nosotros.

P: En muchos casos, además, con sueldos minúsculos...

R: Así es. Y se están jugando la vida. En estos momentos no puedo dejar de pensar en una conductora de camión que grabamos para la segunda temporada de 'Mujeres al poder', que paramos cuando empezó esta crisis del coronavirus. Tiene detrás una gran historia de superación y me planteo cosas tan básicas como qué hará cuando tenga que ir al baño, si no tiene la posibilidad de entrar en ninguno. Tampoco podrá comer caliente, porque no puede acceder a restaurantes. Tenemos un chat del programa y nos preguntamos si estará bien y cómo lo estará pasando. Porque gracias a personas como ella nos llega la comida, la gasolina, las mascarillas. Nos creemos que que nos llegue el agua o la electricidad es algo que se produce por arte de magia y no es así. Hay muchos trabajos ocultos que hacen que todo funcione y que merecen nuestro aplauso.

placeholder Con su marido, Bernabé Domínguez. (Cordon Press)
Con su marido, Bernabé Domínguez. (Cordon Press)

P: ¿Cómo te imaginas el día después?

R: Va a ser poco a poco, me da la sensación. Como en China, vamos a empezar a salir pero con medidas de protección, comiendo en restaurantes a dos metros los unos de los otros... Se aplicarán medidas para que no haya un rebrote. Tengo un bosque al lado de casa y anoche soñaba que pasaba la mano por los pinos para sentir la rugosidad de su corteza. Recuperaremos aquellas cosas que siempre hemos dado por hecho y que ahora no podemos hacer como comer o tomarte un café con los amigos. Todo esto nos va a cambiar para siempre. Nos va a dejar un poso de miedo que yo creo que nos va a durar un par de años. La parte buena es que hay tantas buenas personas y solidarias en todos los ámbitos... Desde quien cose mascarillas en casa a empresas cosméticas o de bebidas alcohólicas que han cambiado su línea de producción para ponerse al servicio de las necesidades de este momento.

P: ¿Quién te preocupa más de tu entorno?

R: Mis padres, que están divorciados y viven solos. Mi madre vive en un piso y le digo constantemente que no salga. Mi padre está en un pueblo y es diabético. Además tuvo un par de neumonías no hace demasiado tiempo, así que es especialmente vulnerable. Ella tiene 78 años y él 80. Que estén solos es lo que más me agobia. Estamos viviendo lo peor que nos ha pasado desde la Segunda Guerra Mundial, ahora que hace cien años de la gripe española, de la Revolución rusa y de la Primera Guerra Mundial. Ahora no hay trincheras ni bombas, pero no nos ha sucedido nada a nivel emocional que nos haya cambiado tanto.

placeholder En una imagen cedida por Mediaset.
En una imagen cedida por Mediaset.

P: ¿Qué opinas de la gestión que están haciendo nuestros políticos?

R: Mira, llevo 23 o 24 años trabajando en programas en directo y cuando pasa algún error grave que hay que solucionar, no te pones en directo a pedir responsabilidades. Esperas a que acabe y luego averiguas qué ha sucedido. Considero que con los políticos es lo mismo. Eso sí, hay que estar vigilantes, pero yo no sé lo suficiente de ciencia, quizás los periodistas especializados sean los que tengan que hacer más esa labor. Incluso los propios científicos.

P: También hay ataques furibundos en las redes sociales.

R: Estamos encendiendo un ventilador de mierda del pasado que no sirve para nada. Ahora lo que hay que ver es qué hacemos como país. No hay que gastar las energías en esto sino en solucionar lo que va ocurriendo. Cuando acabe debemos ver los errores, lo que se hizo mal, para no repetirlo. Y, por supuesto, estaría de acuerdo en investigar al Gobierno llegado el momento. A Europa todo esto le ha pillado en ropa interior. Hasta la propia comunidad científica no se pone de acuerdo en muchas cosas. Estamos hablando demasiado sin saber.

La voz de Carme Chaparro trasmite tranquilidad. Esa es la primera conclusión que saco de nuestra entrevista telefónica. Dadas las circunstancias de confinamiento, ahora no puede ser de otra manera. La periodista y escritora no rezuma queja sino aceptación y, según nos desvela, hace todo lo que está en su mano por adaptarse a la complicada situación actual y que sus hijas, Laia y Emma, lleven una vida lo más normal posible dentro de las limitaciones actuales.