Sofía Palazuelo, futura duquesa de Alba: de su embarazo a su drama en los juzgados
La esposa de Fernando Fitz-James Stuart vive unos días de felicidad plena tras conocerse la llegada en otoño de su primera hija. No obstante, no todo son luces en su vida familiar
Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar y futura duquesa de Alba, es un personaje de lo más interesante. Con una apariencia y modales hechos para ostentar el cargo que algún día le tocará por matrimonio (se casó en 2018 con Fernando Fitz-James Stuart), Sofía ha conseguido esquivar muy bien las salpicaduras mediáticas de los asuntos familiares que llevaron a sus padres a los tribunales.
Elegante, sofisticada y siempre discreta, parece casi inverosímil que forme parte del complicado y enrevesado vodevil en el que se ha convertido su familia desde que se separaron sus padres en 2005. Deudas, condenas en firme, infidelidades, engaños y familias ocultas componen un entramado en el que nos cuesta imaginarnos a Sofía Palazuelo, que, hasta donde sabemos, comparte una vida idílica con su marido en Madrid. Allí trabaja y espera la llegada de su primera hija, que algún día será la XXI duquesa de Alba.
La vida paralela de su padre
Pero vamos por partes. Sofía fue una niña completamente feliz hasta el año 2005 cuando empezaron todos sus problemas. Hasta entonces, vivió en Palma, junto a sus hermanos y sus padres, Fernando Palazuelo y Sofía Barroso, dedicados a la compra de edificios que restauraban y posteriormente vendían. Un negocio que hizo que tuviera una infancia llena de comodidades. Sus padres llevaban un tren de vida elevado y nada parecía presagiar todo lo que pasaría después.
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En el año 2000 todo comenzó a torcerse. Ese año, el promotor fue denunciado por presionar a varias personas para que abandonaran uno de los edificios históricos que quería rehabilitar. Fue condenado en 2006.
Para entonces, Palazuelo llevaba un año en Perú, donde se había instalado dejando a su mujer y a sus cuatros hijos (Jaime, Fernando, Sofía y Beltrán) en España en busca de nuevas oportunidades de negocio. También dejó varias deudas (Hacienda le reclama casi 5 millones de euros) y su empresa en concurso de acreedores. Estábamos en plena crisis y se instaló en Lima buscándose la vida.
Sin embargo, no todo fueron negocios en su nuevo destino. Tiempo después se descubriría que también tenía una segunda familia, la que formó con la arquitecta Luciana Soldi, con la que tiene dos hijos más y un nuevo y solvente negocio, una continuación de Arte Express, el que compartía con su primera esposa, dedicado a exactamente lo mismo que el de Palma: rehabilitar el centro histórico. Ahora poseen más de una veintena de edificios.
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En juego, 50 millones
Y aquí llega la causa que les ha llevado a los tribunales. Sofía Barroso aduce que su esposo y su amante peruana trazaron un plan para, presuntamente, desviar los fondos de las sociedades españolas a las peruanas. ¿Cómo? Aprovechándose de su confianza y del hecho de que él era administrador único de Arte Express, la empresa que fundaron en los 80 y que dejó en concurso de acreedores mientras el dinero volaba a sociedades radicadas en paraísos fiscales. Transacciones que se hicieron con la intermediación del famoso bufete Mossak Fonseca, conocido por ser el epicentro de los llamados Papeles de Panamá. Hablamos de 50 millones de euros.
Un patrimonio por el que los dos hijos mayores del matrimonio, defensores a ultranza de su madre, han declarado ya en sede judicial.
La infidelidad, también a juicio
Pero no es lo único por lo que han dado su versión. Los detalles de la ruptura de sus padres también forman parte de la causa de la que aún hoy no hay sentencia.
Según Fernando Palazuelo, el matrimonio se rompió cuando Sofía Barroso descubrió en 2012 que había tenido una hija en Perú con Luciana Soldi. Algo que contradicen también Jaime y Fernando, quienes aseguran que su madre conocía la relación paralela de su padre desde 2005, cuando pusieron tierra de por medio y se instalaron, como decíamos, en Madrid.
Temas delicados que no han enturbiado ni un ápice la imagen impoluta que tenemos de Sofía Palazuelo, quien, por cierto, no ha declarado, como tampoco lo ha hecho su hermano Beltrán.
La nuera del duque de Alba lleva desde que se casó demostrando que está sobradamente preparada para asumir las responsabilidades derivadas del título que ostenta Fernando y del que ostentará algún día. El apoyo de su familia política es más que evidente.
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Sofía Palazuelo, duquesa de Huéscar y futura duquesa de Alba, es un personaje de lo más interesante. Con una apariencia y modales hechos para ostentar el cargo que algún día le tocará por matrimonio (se casó en 2018 con Fernando Fitz-James Stuart), Sofía ha conseguido esquivar muy bien las salpicaduras mediáticas de los asuntos familiares que llevaron a sus padres a los tribunales.