El hermano de Sofía Palazuelo da un paso más en su negocio hotelero en España

Fernando Palazuelo, hermano de Sofía Palazuelo, actual duquesa consorte de Huéscar, fue uno de los protagonistas de la boda que unió a su familia con la Casa de Alba cuando la llevó al altar en el palacio de Liria. Padrino en lugar de su padre, que no acudió al enlace, en ese momento poco sabíamos de él más allá de que era arquitecto y vivía en Perú (donde, por cierto, había desarrollado el 100% de su carrera). Ahora han cambiado las tornas, y si por aquel entonces supimos que tenía un proyecto en España, ahora sabemos que también ha creado una empresa para gestionarlo.

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El día de Nochebuena de 2018, ante la atenta y orgullosa mirada de su hermana y su marido, Fernando Fitz James-Stuart, presentó en Cáceres la rehabilitación del palacio de Godoy (1536) y su transformación en un hotel de lujo.

Una obra que, tal y como adelantamos entonces, había proyectado él mismo con el apoyo del grupo inversor Scipion Perú S.A.C., que había aportado los 10 millones de euros necesarios para llevarlo a cabo, y que aún no ha visto la luz.

Palacio de Francisco Godoy SL

Ubicado en el centro histórico de la ciudad, junto a la plaza de Santiago y a pocos metros de la plaza Mayor, pertenece a la Administración regional. De hecho, albergó durante años las dependencias provinciales de la Consejería de Educación y Cultura. En los inicios del proyecto, hace ahora casi año y medio, se lo cedieron a esta promotora por 2 millones de euros.

No obstante, tal y como hemos sabido desde Vanitatis, no será ella quien gestione el proyecto sino una empresa llamada Palacio de Francisco Godoy SL, en la que Fernando es el administrador único.

Y será el hermano de Sofía el encargado a través de esta empresa, creada en junio del año pasado, de explotar el hotel palacio cuando esté terminado. Una fecha que aún dista de ser definitiva ya que varios han sido los contratiempos que durante estos 15 meses han ido retrasando las obras.

Unas obras que no acaban

Según estaba previsto entonces, contaría con 72 habitaciones repletas de comodidades, un restaurante de alta cocina, jardín e incluso un modernísimo centro de convenciones. Meses más tarde, se le añadieron una biblioteca y otras estancias que retrasaron en primera instancia.

Unos tiempos que han vuelto a alargarse por culpa del estado de alarma decretado por el Gobierno hace ya más de un mes. Con todo paralizado por el coronavirus, nada parece apuntar a que consiga terminar la primera fase de su negocio antes de mediados de año, por lo que su sueño de tener un palacio aún tendrá que esperar un poco más.

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