Junot, Cortina, Carlos de Inglaterra... Delitos, faltas e infidelidades de los famosos
Junot con Giannina Facccio, Estefanía y el guardaespaldas, Alicia Koplowitz, Concha Velasco y Paco Masó, Falcó y Preysler...
Las infidelidades han formado parte de la vida de muchas parejas. Tanto si son famosas como si no lo son. Aseguran los infieles que lo más efectivo es negar la realidad salvo que esta realidad sea con luz y taquígrafos. La pillada al periodista Alfonso Merlos con la compañera de cadena Alexia Rivas mientras mantenía una relación aparentemente estable (con palabra de matrimonio) con Marta López ha convertido la historia en un enganche televisivo. También sirve para recordar otras grandes pilladas que sí tuvieron unas consecuencias importantes. Algunas empresariales, como fue el caso de Alicia Koplowitz y Alberto Cortina, que acabaron en uno de los divorcios más mediáticos; un divorcio que acaparó los titulares de la prensa económica, nacional e internacional. Poco después y también por la infidelidad manifiesta de Alberto Alcocer con Margarita Hernández, secretaria de Javier de la Rosa, Esther Koplowitz tomaría la misma decisión que su hermana.
El desencadenante fueron unas fotos de Marta Chávarri, marquesa de Cubas, con el financiero. La pareja fue sorprendida a las puertas de un hotel de Viena y allí surgió el escándalo. Se supo que el imperio de Construcciones y Contratas no era de los Albertos sino de sus mujeres, que lo habían heredado de su padre, Ernesto Koplowitz. Fueron divorcios traumáticos en los que hubo intrigas y traiciones de poder más allá de las razones exclusivas de índole sexual.
Las amistades comunes aseguraban en aquellas fechas que si no se hubieran publicado las fotos, los dos matrimonios habrían seguido con su vida habitual. Las Koplowitz, madres de familia, y los primos de la gabardina, con sus historias alternativas. La humillación pública es lo que más cuesta perdonar y olvidar.
Las hermanas monegascas, Carolina y Estefanía, también sufrieron sus traiciones correspondientes con sus preceptivos documentos gráficos. La primogénita se casó con Philipe Junot por puro capricho. Ella tenía 21 años y se encontró con la oposición de sus padres. Los chicos de su edad la aburrían y Junot era el prototipo de malote y poseía un currículum sentimental amplio. Se casaron y lo que tenía que pasar pasó. Los paparazzi, que sabían de sus querencias fuera del matrimonio, pillaron al casanova con Giannina Faccio. La espectacular costarricense era hija de un diplomático y exministro de Asuntos Exteriores de su país. Actualmente, está casada con el director y productor de cine Ridley Scott.
Para Estefanía la repercusión pública fue mucho peor. Unas imágenes de su marido, Daniel Ducruet, en una piscina realizando el acto sexual con una chica dieron la vuelta al mundo. La pequeña de los Grimaldi no tuvo más remedio que poner las maletas de su pareja en la frontera del principado. En aquellos años, se dijo que fue Carolina la que obligó a su hermana a tomar la decisión. Si hubiera sido por ella, habría perdonado al padre de sus dos hijos. Consideraba que a Ducruet le habían tendido una trampa y estaba dispuesta a comenzar de nuevo. Como en los casos anteriores, el conocimiento público sirvió como agravante de la humillación cósmica.
Hubo también traiciones que no se acompañaron de imágenes hasta que la relación no se hizo oficial, como sucedió con el príncipe de Gales y Camilla Parker Bowles. Una infidelidad que se mantuvo en el tiempo desde el minuto en que Lady Di se casó con el heredero en la catedral de San Pablo, ante Dios y ante los hombres, el 29 de julio de 1981. Nueve años después se grabaron unas conversaciones eróticas entre los dos amantes que se hicieron públicas en 1992.
Las infidelidades han formado parte de la vida de muchas parejas. Tanto si son famosas como si no lo son. Aseguran los infieles que lo más efectivo es negar la realidad salvo que esta realidad sea con luz y taquígrafos. La pillada al periodista Alfonso Merlos con la compañera de cadena Alexia Rivas mientras mantenía una relación aparentemente estable (con palabra de matrimonio) con Marta López ha convertido la historia en un enganche televisivo. También sirve para recordar otras grandes pilladas que sí tuvieron unas consecuencias importantes. Algunas empresariales, como fue el caso de Alicia Koplowitz y Alberto Cortina, que acabaron en uno de los divorcios más mediáticos; un divorcio que acaparó los titulares de la prensa económica, nacional e internacional. Poco después y también por la infidelidad manifiesta de Alberto Alcocer con Margarita Hernández, secretaria de Javier de la Rosa, Esther Koplowitz tomaría la misma decisión que su hermana.