Lío en la nobleza por los títulos franquistas, más cerca de desaparecer
El proyecto de ley en el que trabaja el Gobierno sigue con la intención de "proceder a la supresión" de los títulos que representan la exaltación de la Guerra Civil y la dictadura
El inicio de los trámites para despojar a los Franco de sus títulos nobiliarios ya es un hecho. Según 'La Información', el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos ya ha puesto en marcha el procedimiento (una proposición no de ley presentada hace unos días) que dejaría a Carmen Martínez-Bordiú sin su título como duquesa de Franco. La nieta del dictador recibió el título nobiliario el 31 de mayo de 2018. En aquellos días, el Congreso de los Diputados debatía la moción de censura que acabó llevando a Sánchez a la Moncloa. Dos años más tarde, las cosas son bien distintas para la familia Franco.
El pasado 24 de enero, el Grupo Parlamentario Socialista ya registró en el Congreso su primer paquete de iniciativas y en él abordaban las cuestiones prioritarias del Gobierno de coalición traducidas en cuatro proposiciones de ley sobre cuatro cuestiones primordiales para el Ejecutivo. A saber: la eutanasia, la establidad presupuestaria, agilizar la justicia penal... y la memoria histórica. Tras la exhumación de Franco en la pasada legislatura, los socialistas quieren ampliar y reformar lo que ya hizo Zapatero para alumbrar una nueva Ley de Memoria Histórica y Democrática que tocará varios puntos clave. Uno de ellos, aunque de momento un tanto somero, es el referente a los títulos franquistas.
En el punto número cinco de la proposición de ley presentada se realiza la declaración de intenciones respecto a esta cuestión: "El ministro competente en materia de memoria histórica o, por delegación, el órgano designado por aquel, elaborará un catálogo de títulos nobiliarios concedidos entre 1948 y 1977, así como de concesión posterior, que representen la exaltación de la Guerra Civil y la dictadura, y se procederá a su supresión".
En realidad, es una vieja aspiración socialista que hoy está más cerca que nunca, aunque de momento no se ha pormenorizado cuál va a ser el procedimiento a seguir para revocar estos títulos. Emilio Silva, presidente de la Asociación para la Recuperación de Memoria Histórica, reconocía a este medio que "no sabe nada" de lo que está preparando el Ejecutivo en este sentido. "Es cierto que no es una de nuestras principales prioridades, hay muchos muertos que desenterrar primero", explicaba a Vanitatis, "pero también lo es que es algo que llevamos pidiendo desde el año 2012, cuando se sucedió el título del general Mola [el ducado de Mola]. Ahí empezaron nuestras protestas, por ese título y por todos los demás. Están reconociendo a gente que participó en un golpe de Estado. No es una prioridad, pero simbólicamente sí es importante".
Hoy por hoy, no hay resquicio legal
"La concesión de esos títulos es todo un procedimiento reglado que no se puede quebrantar así como así", afirmaba el conde de los Acevedos, portavoz de la Diputación de la Grandeza, en estas mismas páginas hace menos de un año. Hoy por hoy, no hay resquicio en la normativa vigente que permita suprimir o anular esos títulos, por lo que la única salida que le queda al Ejecutivo es reformar la ley, algo que lleva meses estudiándose y que parece anunciar en esa proposición.
La Diputación de la Grandeza, el organismo que aglutina a todos aquellos en posesión de un título nobiliario, confirmaba en febrero a este medio que ni siquiera ha sido consultada al respecto. Creada en 1815, la corporación suele realizar informes sobre estos temas, habida cuenta de su amplio conocimiento sobre derecho nobiliario, pero en este caso no ha podido aportar sus conocimientos ni dar su punto de vista sobre la viabilidad del proyecto. El rey Felipe recibió esta semana en el palacio de la Zarzuela al nuevo Consejo de la Diputación tras la elección, en marzo de 2018, de Enrique Fernández-Miranda como nuevo decano. Quizá alguien puso el tema sobre la mesa, pero no ha trascendido.
El texto de la proposición de ley parece resolver, a bote pronto, una de las dudas que existían sobre qué títulos serán objeto de la reforma legal prevista por el Gobierno. No serán todos los concedidos o restituidos por Francisco Franco (más de 40), algo que incluía, de haber sido estrictos, al propio Rey, al marquesado de Ramón y Cajal o al ducado de Badajoz (el que ostentaba la infanta Pilar). Serán solo aquellos "que representen la exaltación de la Guerra Civil y la dictadura".
Entre 30 y 40 títulos
¿Y quiénes son? Entre los títulos de marras, podrían encontrarse el ducado de Franco, en manos de Carmen Martínez-Bordiú; el ducado de Primo de Rivera, solicitado por un hijo del fallecido Miguel Primo de Rivera, sobrino del fundador de la Falange; el marquesado de Queipo de Llano, en manos del nieto del general franquista; el marquesado de San Leonardo de Yagüe, en manos del hijo del general que perpetró la masacre de Badajoz, o el condado del Castillo de la Mota, concedido en su día a Pilar Primo de Rivera, presidenta de la Sección Femenina, por haber estimulado "las tradicionales virtudes de la mujer española". Se calcula que podrían ser entre 30 y 40 títulos, pero el Gobierno no ha dado más información por el momento.
Eso sí. Que no esperen sumisión y acatamiento. Los 'nobles de Franco' ya anunciaron en 'El Mundo', en un reportaje publicado en 2018, que lucharían "ante la injusticia". Este medio, además, ha podido confirmar que ya se ha consultado a distintos abogados sobre cómo proceder y están preparados. También para ellos es una cuestión de memoria histórica.
El inicio de los trámites para despojar a los Franco de sus títulos nobiliarios ya es un hecho. Según 'La Información', el Gobierno de coalición de PSOE y Unidas Podemos ya ha puesto en marcha el procedimiento (una proposición no de ley presentada hace unos días) que dejaría a Carmen Martínez-Bordiú sin su título como duquesa de Franco. La nieta del dictador recibió el título nobiliario el 31 de mayo de 2018. En aquellos días, el Congreso de los Diputados debatía la moción de censura que acabó llevando a Sánchez a la Moncloa. Dos años más tarde, las cosas son bien distintas para la familia Franco.